Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

La Alpujarra

calle en La Taha, Granada

La Alpujarra, a menudo Las Alpujarras, es una región andaluza que se encuentra dividida entre la provincia de Granada y la provincia de Almería, en las faldas de la ladera sur de Sierra Nevada. ​Durante muchos años La Alpujarra ha sido la otra cara, la faz oculta de Granada. Se trata de una de las comarcas menos conocidas de Europa y de la misma península debido al aislamiento que su abrupto relieve le proporciona, similar a lo que sucede con Las Hurdes en la provincia de Cáceres. 

Atraídos por la riqueza minera de Sierra Nevada y gracias a su proximidad al mar, entraron en ella los fenicios, cartagineses y griegos y estos últimos así como los romanos establecieron en esta zona algunos poblados. Pero sin duda, los ochocientos años de cultura árabe en esta zona son los que le aportan su indiscutible personalidad, desde el nombre hasta la arquitectura, desde el sistema de regadío a la gastronomía. 

Su topónimo ofrece diferentes variantes ya que distintos autores afirman que puede derivar del árabe Al-Busherat y traducirse como tierra de pastos o tierra de hierba, otros dicen que deriva de Abuxarra que significa indomable o bien de la voz arábiga de Albordjela que se traduce como la fortificada. En cualquier caso, esta región histórica sin duda tomó su nombre en período andalusí.

localización de La Alpujarra en Almería y Granada

La región se compone principalmente de una serie de valles y barrancos que descienden desde las cumbres de Sierra Nevada, en el norte, al eje vertebrador de la comarca, que es el gran valle, dispuesto en dirección este-oeste, formado por las cuencas del río Guadalfeo, en la parte granadina, y del río Andarax, en la parte almeriense. Al sur, la sierra de Lújar, la sierra de la Contraviesa y la sierra de Gádor con sus barrancos, que descienden desde estas sierras al mar Mediterráneo. El puerto de Motril es el lugar de embarque más cercano.

Se trata de un espacio de una enorme belleza natural y grandes contrastes. A causa de su clima suave, combinado con una fuente estable de agua para la irrigación de los ríos que descienden de Sierra Nevada, los valles de La Alpujarra disfrutan de un importante grado de fertilidad, si bien a causa de la naturaleza del terreno sólo pueden ser cultivados en pequeñas parcelas. Abundan los árboles frutales, como naranjos, limoneros, caquis, manzanos, higueras, castaños, almendros, y los viñedos. La zona este de La Alpujarra, la almeriense, así como la cara sur de las sierras costeras, son más áridas.

fuente en Alboloduy, Granada

La localidad de Lanjarón, como su puerta principal desde Granada, debe su topónimo a lugar de manantiales en lengua árabe y nos muestra lujuriosa todo el esplendor de su naturaleza. Recorrer Lanjarón es como ver el revés de Sierra Nevada, con sus estrechas calles aún hoy encaladas y el sonido constante del agua. Por su parte, Órgiva aparece por vez primera en los escritos de Al-Udri en el siglo XI y posteriormente en los de Al-Idrisi, en el siglo XII, con los nombres de yuz Aryuba y Hisn Órgiva respectivamente, como distrito administrativo y castillo de la qura de Elvira.

Durante el reinado nazarí, la Órgiva granadina fue cabeza de una taha y tomó el nombre de Albastch, que se traduce como llano en árabe, y por lo tanto durante varios siglos se la conoció como Albacete de Órgiva. En este municipio hoy se encuentra la comunidad sufí más grande del país en la extensión de tierra más fértil que forma el río Guadalfeo. Pampaneira supera por su parte la cuota de los 1000 m y conserva en su actual iglesia artesonados mudéjares. Sus callejuelas, con el agua recorriéndolas, refrescan el alma a todo viajero nostálgico entre sus pasadizos y sus balconadas de madera y encontrando por doquier granadas y parrales.

agua en calles de Pampaneira, Granada

Bubión, por su parte, con la posición céntrica en la que está situado permite disponer de impresionantes vistas y, en días claros, es posible ver a la vez el mar Mediterráneo y Sierra Nevada desde el mismo punto. Esta población granadina posee una gran riqueza arquitectónica ya que diversas calles y casas fueron construidas en época andalusí y, posteriormente, conservadas por los habitantes del pueblo. En ella son comunes las fuentes, que pueden encontrarse por doquier y sus casas se caracterizan por las chimeneas y la ausencia de tejados como detalle predominante en La Alpujarra.

La Alpujarra aparece principalmente en la historia de Al-Ándalus en lo que sería el fin del reino nazarí de Granada. Tras conseguir entrar en Baza, los cristianos se lanzaron a la conquista de la capital por lo que Boabdil, sin ayuda del norte de África y a pesar de su defensa desde La Alhambra y alcanzando algunas victorias, decidió evitar el asedio y entregar el reino nazarí junto con la llave de la ciudad a un oficial castellano en enero del año 1492. En ese intercambio se concedía a los musulmanes el derecho a permanecer en Granada con sus posesiones, religión y cultura y se entregaba a Boabdil unos terrenos en La Alpujarra, tanto en las provincias de Granada como en Almería.

vista de Úgijar, en La Alpujarra granadina

Los reyes católicos hicieron merced a Boabdil "por juro de heredad para siempre jamás" para él, sus hijos, nietos, biznietos, herederos y sucesores de las villas y lugares de las tahás o particiones de la época de los reinos de taifas de Berja, Dalías, Alboloduy y Láujar de Andarax en la actual provincia de Almería así como de Úgijar, Juviles, Órgiva y Ferreira, en Granada, junto al corto río de montaña en la zona central de Sierra Nevada, el río Poqueira, con todos los pechos y derechos de sus pueblos, excepto del lugar de Adra en Almería, que quedó reservado a los cristianos siendo a su vez la cuarta ciudad más antigua de la península y con salida al mar.

Sierra y valle engloban a Soportújar, un lugar de magia granadina y naturaleza que aún hoy permanece mostrando sus numerosos tinaos o soportales, una especie de pasadizos que debido a la inclinación del terreno, forman las calles al pasar bajo las casas. Como parte del señorío de Órgiva fue concedida a los hijos cristianos de Muley Hacén, padre de Boabdil, y posteriormente, como recompensa por el aplastamiento de la primera revuelta morisca, fue cedida por los reyes cristianos a Gonzalo de Córdoba, el Gran Capitán en el año 1499.

vista aérea de las terrazas de Ohanes, en La Alpujarra almeriense

También al amparo de Sierra Nevada se extiende La Alpujarra almeriense. La localidad de Ohanes ofrece vistas de peculiar arquitectura que más parece del norte de África que de Andalucía. En Almócita, por su parte, pervive la historia árabe y de no ser por su recia iglesia mudéjar podría afirmarse que es un pueblo musulmán, muy próximo a Láujar de Andarax y donde se firmó una efímera paz con los cristianos.

Medina Alfahar tampoco queda lejos de las peculiares lagunas de agua que se forman en lo más alto de Sierra Nevada. Una chorrera característica se cree que es la que da nacimiento al río Genil, que se traduce como cien Nilos y tiene toda una historia tras de sí habiendo sido nominado por autores árabes como uno de los más bellos y maravillosos ríos que entonces existían, asemejándolo a la vida que proporcionaba el río egipcio.

calle en Pitres, La Alpujarra granadina

Por otra parte, la muerte de Morayma, su entierro y la partida de Boabdil El Desdichado dejando atrás Alhambra quedó descrita en varios documentos de la zona cristiana con gran lujo de datos, por lo que sabemos que yendo camino de Láujar de Andarax, en el exilio de la corte de Boabdil hacia La Alpujarra, éste decidió dar sepultura a sus antepasados de la dinastía nazarí así como a su mujer, Morayma, en una zona cercana a la localidad de Mondújar. 

Al parecer, poco después junto con Boabdil salieron de la península un total de 6320 personas y, según el secretario de los reyes, 1700 personas eran de la capital nazarí y unas 4350 personas de La Alpujarra. Junto a la corte nazarí que acompañaba al último rey fueron otras miles las que decidieron refugiarse en La Alpujarra y allí vivieron durante unos ochenta años con sus costumbres y su religión y lengua. 

En La Alpujarra sobresalió el nombre de Ibn Humeya, con nombre cristiano Fernando de Córdoba y Válor, que se proclamó rey de La Alpujarra y son conocidos como los moriscos granadinos aquellos que aguantaron en estas escarpadas montañas hasta que Don Juan de Austria, hermano bastardo del rey Felipe II y enviado especial por éste, decidió terminar con su rebeldía declarándoles una abierta guerra en el año 1567 que casi acaba con el recuerdo en la zona de una civilización milenaria. 

vista de Trevélez en La Alpujarra granadina

En esta rebelión, la abundante y mayoritaria población morisca del reino de Granada protestaba contra la limitación de libertades culturales, lo que conllevaba la prohibición de todos los elementos distintivos de los moriscos como la lengua árabe, los vestidos, los baños, las ceremonias de culto, los ritos que las acompañaban, las zambras, etc. Su matanza, comenzada en la Güejar granadina, y su posterior expulsión de la península fueron duros golpes que sometieron a La Alpujarra a su peor época, el siglo XVII. 

Los moriscos sobrevivientes a la matanza tuvieron que marchar de estas tierras, los mismos que habían enseñado a los cristianos el cultivo del moral, el tejido de la seda, las técnicas de regadío y la carpintería, entre otros. En 1572, el rey Felipe II entregó el lugar de Soportújar a veintisiete familias cristianas traídas de Jaén, Montilla, Carcabuey, Yuste, Castilla La Vieja y Granada, a las que se les otorgó la titularidad pública de casi todo el término municipal, por citar un ejemplo. 

Por orden de la corona, se requirió que dos familias moriscas permaneciesen en cada villa para ayudar a los nuevos habitantes, introducidos desde Castilla, y así enseñarles la forma de trabajar las terrazas y los sistemas de irrigación de los que dependía la agricultura de la región pero la repoblación en La Alpujarra a la larga fracasó. A partir de la expulsión de los moriscos quedó todo el territorio de La Alpujarra almeriense desértica desde Níjar a Mojácar. Podría decirse que toda la zona quedó en un olvido histórico hasta que los viajeros románticos, mayormente durante el siglo XIX, la volvieron a descubrir.

acequia de la vega en Soportújar, La Alpujarra

Cerca del castillo, en Mondújar, los arqueólogos recientemente han hallado algo que puede llegar a ser histórico ya que se trata de un cementerio musulmán en el trazado de la autovía de Granada-Motril, con restos que podrían ser los que se trajeran desde la Rawda Real de Alhambra de Granada pertenecientes a los sultanes Muhammad II, Yusuf I, Yusuf III y Abu Saad, según se hizo constar en el folio 28 del libro de Apeo de Mondújar, escrito en el año 1577. 


This post first appeared on Por Esas Calles, please read the originial post: here

Share the post

La Alpujarra

×

Subscribe to Por Esas Calles

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×