Volcán Vesubio
Como llegar y subir hasta el cráter.
Como llegar y subir hasta el cráter.
Para llegar al Vesubio en transporte público primero hay que ir hasta la ciudad de Pompeya.
Allí tendrás que hacer transbordo antes de subir hacia la cima del volcán.
Esta es la forma que yo recomiendo, ya que si vas en excursión sale carísimo y además te tenés que ceñir a sus tiempos y no te da para ver el cráter del volcán y luego disfrutar tranquilo de la impresionante vista panorámica desde lo más alto del volcán.Desde la Estación Central de Napoles se debe tomar el tren Circumvesuviano.
Más concretamente, la línea 1 que conecta Nápoles con Sorrento.
En unos 40 minutos se llega a la estación de Pompei Scavi – Villa dei Misteri. El billete costaba en mayo 2019 aprox. 3€.Yo no tuve problemas para encontra asiento por la éopca del año, pero calculo que en verano debe ser una locura tomar ese tren, ya que mucha gente se dirige a la costa.A unos 100 metros a la izquierda de la salida de la estación está la entrada a las ruinas de Pompeya.Si no las conocés te recomiendo visitarlas, es una experiencia impresionante, yo las visité hace unos años, - puedes leer mi crónica haciendo click AQUÍ - , así que seguí de largo rumbo a la parada de buses. En la vereda de enfrente a la entrada del recinto arqueológico está la parada del autobús EAV. El boleto cuesta 2,70€ que se pueden pagar al conductor o previamente en la estación de trenes. El viaje dura unos 50 minutos y te deja a una altitud de 1000 metros.Tengan en cuenta que hablo del mes de mayo, en verano seguramente los buses vayan llenos y el tiempo de viaje sea mayor.
Una vez arriba, tendrás que comprar la entrada al recinto que costaba 12€. Allí tendrás que hacer transbordo antes de subir hacia la cima del volcán.
Esta es la forma que yo recomiendo, ya que si vas en excursión sale carísimo y además te tenés que ceñir a sus tiempos y no te da para ver el cráter del volcán y luego disfrutar tranquilo de la impresionante vista panorámica desde lo más alto del volcán.Desde la Estación Central de Napoles se debe tomar el tren Circumvesuviano.
Más concretamente, la línea 1 que conecta Nápoles con Sorrento.
En unos 40 minutos se llega a la estación de Pompei Scavi – Villa dei Misteri. El billete costaba en mayo 2019 aprox. 3€.Yo no tuve problemas para encontra asiento por la éopca del año, pero calculo que en verano debe ser una locura tomar ese tren, ya que mucha gente se dirige a la costa.A unos 100 metros a la izquierda de la salida de la estación está la entrada a las ruinas de Pompeya.Si no las conocés te recomiendo visitarlas, es una experiencia impresionante, yo las visité hace unos años, - puedes leer mi crónica haciendo click AQUÍ - , así que seguí de largo rumbo a la parada de buses. En la vereda de enfrente a la entrada del recinto arqueológico está la parada del autobús EAV. El boleto cuesta 2,70€ que se pueden pagar al conductor o previamente en la estación de trenes. El viaje dura unos 50 minutos y te deja a una altitud de 1000 metros.Tengan en cuenta que hablo del mes de mayo, en verano seguramente los buses vayan llenos y el tiempo de viaje sea mayor.
Los niños que miden menos de 1,20m entran gratis.
Hay que caminar unos 40 minutos por un terreno empinado hasta el cráter.
Así que te recomiendo llevar ropa y calzado cómodos, además de una botellita de agua si vas en verano.
Si tenés problemas físicos, cardíacos o problemas de movilidad NO TE RECOMIENDO ESTE PASEO, la subida es dura, y la bajada complicada, ya que el terreno como podrán ver más adelante en las fotos es complicado.
Luego de llegar a este monolito comienza la subida al cráter del volcán.
El paisaje es espectacular, la vista de la ciudad de Nápoles te hace olvidar el esfuerzo físico que estás realizando. Bueno, no, no te hace olvidar nada, pero vean la foto, vale la pena, no ?
Luego de esos minutos agotadores se llega al cráter del volcán, que es de dimensiones gigantescas y está rodeado por una baranda de madera. Y hay que seguir subiendo un poco más.
Para que tomen dimensión del tamaño del cráter, - que en las fotos es imposible de apreciar - , les cuento que tiene el tamaño de un estadio de fútbol con tribunas incluídas, más o menos del tamaño del Centeanrio de Montevideo o del Monumental de Nuñez de Buenos Aires.
Por momentos la tonalidad de la roca volcánica vira al rojo violáceo, parece un paisaje marciano.
En algunos lugares del cráter se pueden visualizar pequeñas fumarolas, que nos avisan que el monstruo está apenas dormido, no muerto.
El camino que recorre parte del cráter es largo, sinuoso y con constante subidas y bajadas, que si bien no son tan pronunciadas como las del ascenso, también exigirán al visitante y mínimo de estado físico aceptable,
La última parte del recorrido bordeando el cráter nos lleva a una pasarela de madera empinada, que desemboca en una parte plana en cuyo final hay un barcito y puesto de venta de souvenirs.
Como de costumbre, los precios en estos lugares claves, con vistas privilegiadas son realmente caros. Recomiendo comprar los souvenirs luego de bajar del volcán.
Si tenés sed y no fuiste lo suficientemente previsor, en este kioskito encontrarás todo tipo de bebidas, desde refrescos a vino, pasando por varios tipos de jugos y licores.
Almorzando en la cima del Vesubio, que nivel los veteranos, eh ?
Los vi pasar más tarde cuando iban bajando y andaban volando, un estado físico envidiable, y calculo que estan arriba de los 70 años. Un lujo llegar a viejo así !!
En la ladera del volcán se pueden ver varios sismógrafos, que monitorean minuto a minuto la actividad bajo tierra. Nadie quiere que una posible erupción los agarre desprevenido, ya que sería una catástrofe de magnitudes inimaginables.
Aunque les parezca raro la bajada no es nada sencilla tampoco.
El ángulo de inclinación que se debe adoptar para bajar más o menos rápido sin caer rodando hace que luego las pantorrillas y los talones te duelan por un rato.
El ángulo de inclinación que se debe adoptar para bajar más o menos rápido sin caer rodando hace que luego las pantorrillas y los talones te duelan por un rato.
Salida del Parque hacia la terminal de buses.
Una vez en el lugar donde paran los buses hay que consultar la hora de salida y hacer cola, ya que la frecuencia por lo menos en el mes de mayo no era muy alta a pesar de la buena afluencia de público al parque.
Ese es el momento ideal para comprar souvenirs, alguna camperita como la que se ve en la foto o lo que se te ocurra, ya que los precios ahí son inferiores incluso a los de la ciudad de Pompeya.
De nada por el dato, yo no lo tenía y pagué más por todo en Pompeya por no saberlo.
El bus de la vuelta también te deja frente a la entrada del sitio arqueológico de Pompeya.
Nos detuvimos un momento a contemplar la vista, hace unos minutos estábamos allá arriba, a más de 1200 metros, ahora estábamos en el llano, con el mismo panorama que tuvieron miles de pompeyanos antes de ser arrados por la furia del Vesubio en erupción.
Impresiona, no ?
En el centro de Pompeya no hay mucho para ver más allá de los puestos de venta de souvenirs, productos típicos y ropa.
Y por supuesto limones, licor de limones, granita de limones, dulce de limones, limones y más limones como en toda la costa amalfitana y aledaños.
Luego de tanto ejercicio había que almozar, nos metimos en el primer bar abierto que encontramos.
Lo raro del lugar era la decoración, escaleras en el techo con embutidos colgando. WTF ?
Lo que no era raro era la pizza, espantosa como en casi toda Italia, y más espantosa aún en Nápoles y Sicilia.
He comido pizza en medio mundo, y la peor lejos la italiana, y encima hay que soportar que ellos digan que es la mejor pizza del mundo.
Para mi gusto, luego de haber probado esta deliciosa comida en mas de 140 ciudades, la mejor pizza del mundo es argentina y la venden en Pizzería Guerrín, de píe señores.
Aquí el cadaver de la horrible pizza napolitana, bordes gruesos y quemados, centro finito y medio crudo, salsa de tomates natural, un poco de muzza por arriba y unas hojas de albahaca quemada.
Y como no podría ser de otra forma, me conminaron a visitar la iglesia N° 727 de este viaje por Italia. Se trató de la Basílica-Santuario Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya .
El actual santuario fue construido con las ofrendas espontáneas de los fieles de todo el mundo. Su construcción se inició el 8 de mayo de 1876. El 8 de mayo de 1891, se llevó a cabo la Solemne Consagración del nuevo Santuario de Pompeya. El santuario fue elevado a la dignidad de Basílica Pontificia por el papa León XIII el 4 de mayo de 1901. El campanario, que tiene 88 m, fue iniciado en 1912 y finalizado en 1925.
En los años siguientes el santuario sobrevivió a grandes altercados, como la erupción del Vesubio en 1944 y la llegada de las tropas nazis que llegaron a amenazar con la destrucción del santuario.
Es muy bonita por dentro, tiene unos frescos espectaculares donde resalta el color dorado y lo mejor de todo es que es GRATIS !!
Luego de cumplir con la visita religiosa obligatoria de cada ciudad, nos encaminamos hacia la estación de trenes de Pompeya para volver a Nápoles, una ciudad increíble de la que escribiré en mi próxima nota.
