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Quinta de Olivos: políticos peronistas vs. civiles durante la cuarentena estricta

Alberto Fernández y Evo Morales, sin barbijos ni distanciamiento. FUENTE: LMNeuquén

Y se armó nomás. Y por un simple pedido, de un simple tuitero, por una ley simple aprobada por un gobierno anterior. Así, de la nada, a @gonziver se le ocurrió pedir un año y monedas de entradas y salidas de la Quinta de Olivos, amparado en la olvidada ley de Acceso a la Información Pública. Y seguramente, por ser olvidada, también se le pasó al Gobierno de científicos que alguien podía usarla. Porque a veces no recuerdan que el ciudadano de a pie es el que debe vigilar, reprochar y denunciar a los políticos, que trabajan para nosotros. A veces olvidan que no es al revés.

Como bien hacía notar Osvaldo Bazán, lo que debería haber hecho cualquier periodista (contratado, pago), lo hizo un tuitero que no tenía ese trabajo (contratado, pago). Y no sólo se tomó la molestia de hacer el pedido, con sus datos personales (un deporte de riesgo en la Argentina de hoy), hacer el seguimiento, y hasta ir a buscar el DVD con las bases de datos hasta la misma puerta de la quinta, sino que puso dicha base a disposición de cualquiera que quisiera bajarla:

Por eso, y aunque desganado por el país y la situación que vivimos, también oxidado por la falta de roce con las letras en este blog, decidí hacer mi propia investigación sobre la base de datos ofrecida por Gonzalo (que vuelvo a repetir, está a disposición de cualquiera). Y me pareció muy importante darle el contraste sabido por todos, defendido por muchos, pero completamente inadmisible (desde lo moral hasta prohibido expresamente por la Constitución Argentina): la quita de Derechos y la diferencia abismal entre las reglas que aplican para los altos (y enanos también) dirigentes políticos y las otras que se arrojan a granel sobre el público común. A vos y a mí. Y como verás más adelante, a gente que ya no puede contarla.

Hay que recordar que el 2020 fue un año muy particular para el mundo, pero mucho más para Argentina, que vio una de las cuarentenas más largas y restrictivas de todo el planeta Tierra. Así, pasamos de una cuarentena “normal” de 2 semanas, hasta su extensión a una nueva cuareterna que dura hasta estos mismos momentos (sigue la restricción de movimiento, hay miles de argentinos varados afuera, y hoy mismo si quiero usar el transporte público, no puedo). A golpe (simbólico, aunque también no figurativo) de decretos presidenciales, el Gobierno de la ampliación de derechos, eliminó muchos derechos más antiguos, necesarios, inalienables y humanos. Así, estuvo prohibido salir a la calle, lisa y llanamente. Era necesario un permiso (muy difícil de conseguir) para asomarse por la puerta. Las compras debían ser sólo en negocios de cercanía (muchos ni siquiera habilitados para trabajar), y en los papeles, no podías ni siquiera sacar al perro a la calle. Las fuerzas de seguridad contaban con controles y retenes con la capacidad de incautar vehículos y demorar a personas en comisarías, invocando sólo el decreto firmado por un Presidente, y avalado por todo el arco político (oposición incluida). Si era constitucional o no, es un simple detalle…

Muchas personas fueron detenidas e inclusive enviadas a juicio por el simple hecho de caminar por la calle. Se los acusó de contagiar a otras personas, y aún siguen con causas abiertas y penas pendientes que van desde lo económico al encierro liso y llano. Incluso luego de una leve apertura de la cuareterna, las clases estuvieron suspendidas por meses, la gente no se podía juntar en las plazas, los chicos no podían acompañar a sus padres ni a hacer las compras, las actividades comerciales estuvieron paralizadas (y aunque las PyMEs no podían despedir empleados por decreto, sí tenían que pagar todos sus impuestos como si estuviesen abiertos), y luego de miles de reclamos para sacar a pasear chicos, se permitió que solo un padre podía sacar a un solo hijo, según terminación de DNI, y no ir más allá de los 400 metros de la puerta de entrada del domicilio que figuraba en el documento. Recuerdo una de esas salidas, en donde una mujer policía me paró, me pidió documentos, y haciendo cuentas dijo “le quedan 20 metros y regresa”. Me pregunto en qué Estado de Derecho, en qué Democracia, una fuerza de seguridad le dice a un ciudadano común en un espacio público que estaba a 20 metros de ir detenido con su hija. De sospechoso a rebelde anticuarentena, a 20 pasos de distancia.

Como es de público conocimiento, y por más deconstrucción y revisionismo que se encargue de hacer el zurdoperonismo nacional y popular, las cosas no fueron muy bien. Muertos por covid (107.000 al día de hoy) y sin covid, sistema de salud público y privado paralizado, gente con enfermedades crónicas muriendo abandonadas en sus casas o en pasillos de hospitales que no las admitían, aumento exponencial de enfermedades psicológicas y psiquiátricas, muertos sin sepelios ni tener quiénes los despidan por última vez, chicos sin saber leer ni escribir, 50% de abandono escolar por no tener internet, millones de nuevos pobres, cientos de miles de pequeñas y medianas empresas quebradas y cerradas (incluso históricas que sobrevivieron décadas en Argentina, logro suficiente para sobrevivir (casi) a cualquier cosa), cerca de 50% de inflación anual (la segunda en el mundo detrás de nuestro modelo utópico, Venezuela), vacunas inexistentes (hasta que llegaron algunas y se aplicaron primero a militantes y personal funcional al Gobierno), y miles de cosas más. “Hay que elegir entre salud y economía”, decía Alberstina Fernández, y no tuvimos ni esas dos ni nuestros derechos.

Pero hete aquí, que las reglas restrictivas y la quita de Derechos eran para la gente común, la de a pie, la que hace funcionar realmente al país, y no para los que se lo roban. Porque para los segundos, las reglas fueron inexistentes y sus derechos, intocables. Se los vio vacunándose antes que los ancianos que morían a diario, en actos públicos sin barbijo y sin distanciamiento, en asados con sindicalistas entre abrazos. Pero para no hablar de más, vamos directamente a los datos.


CUMPLEAÑOS

Mientras ustedes hacían zooms o videollamadas por WhatsApp (los que podían) para festejar a distancia, la presencialidad en cumpleaños fue una norma para nuestros gobernantes (los mismos que firmaban para que vos te quedes en casa). Pido disculpas por no reconocer a todos los de la lista, no estoy tanto en política, y menos en espectáculo.

El día 2 de Abril del 2020, cumpleaños de nuestro benemérito Presidente de la Nación, podemos ver:

Podemos ver que, fuera del personal administrativo, el Presidente tuvo 37 visitas (en esa fecha, no podías ni sacar a tus hijos a la calle). Todas son visitas privadas (no hubo audiencias ese día). En verde pueden ver los personajes más públicos que no deberían tener relación directa con el Presidente (pero ahí están visitándolo para el cumple).

En amarillo, la curiosidad llamada Sofía Pacchi: tiene un pasado dudoso, controvertido, y no se sabe bien de qué trabaja (y menos, qué relación tiene con el Gobierno); aunque dice ser modelo. Algunos medios dicen que es asistente de Fabiola Yáñez (la Primera Dama), pero según AFIP está ingresada como “Transporte” relacionado con cargas (¿fletera?). El 2 de abril tiene 2 entradas: una al mediodía por 3 horas, y una a la noche por 2 horas. 5 horas de visita en calidad ¿de qué? Como curiosidad extra, la visita de Chien Chia Hong, también por 5 horas. Una búsqueda rápida dice que es empresario, y es el novio de Sofía Pacchi. Lo hiper curioso, es que no compartieron esas 5 horas a la vez. Llegaron juntos en la visita nocturna, ¿pero la novia deja al novio más de una hora a solas con el Presidente?


El 14 de Julio es el cumpleaños de Fabiola Yáñez, Primera Dama:

Podemos ver que tuvo 17 visitas, y 9 se quedaron para el festejo (hasta la madrugada del día siguiente). En ese momento, no estaba permitido recibir a nadie fuera del entorno familiar bajo un mismo techo. Sofía Pacchi, nuevamente asiste.


El 6 de Enero es el turno del perro instagrammer, Dylan Fernández, con 270.000 seguidores. Ese día 37 personas asistieron entre audiencias, privados y servicios. Sofía Pacchi vuelve a aparecer, pero con una curiosa visita de 5 minutos. Me pregunto qué tipo de asistencia pudo darle a la Primera Dama en ese tiempo (o qué flete pudo haber realizado)…

Como nota de color, hasta a Dylan el Presidente le metió el perro. En su cuenta oficial dice que su amo le hizo una torta:

…pero entre las visitas a la Quinta de ese día…

Ni Dylan se salvó de las mentiras del Presidente…


FECHAS IMPORTANTES:

Las fiestas de Navidad y Año Nuevo fueron duras para todo el país en lo restrictivo. Muy poca gente pudo reencontrarse con sus afectos, y fue imposible para quienes no podían ingresar a otras provincias o no tenían internet siquiera como para un saludo virtual. No había dinero ni muchas razones para poder festejar como se debía. Pero de todas formas, el Gobierno tenía bastante que celebrar.

El 23 de Diciembre, cuando no más de 10 personas podían estar siquiera al aire libre:

Un total de 30 personas sólo como visita personal. 26 personas juntas en una cena para Ministros. Como personal a pie hay que sumarle 35 personas más, con las curiosas necesidades de 11 jardineros y 9 operadores de aire acondicionado (que no sucede otros días):

Al día siguiente, 24 de Diciembre, 6 personas se quedaron a cenar, hasta las 2.30 de la mañana (cuando vos no podías salir de noche):


El 30 de Diciembre, hubo gran fiesta gran, al momento en que vos no podías cruzar ciudades importantes o provincias para ver afectos. 72 personas (iba a escribir “almas”, pero no se si las tienen) brindaron bajo un mismo techo, cuando ni siquiera 10 personas (no políticas) estaban habilitadas a estar al aire libre:

Como curiosidades, tanto Cafiero como Sergio Massa estuvieron más de 7 horas ahí (se quedaron a la fiesta y siguieron después). También fue invitado Fernando “Chino” Navarro, periodista militante y cabeza del Movimiento Evita (piquetero, opositor en la teoría). Y como corolario, el quincho de Olivos fue rebautizado como “Quincho Frente de Todos”

Pero las peculiaridades no terminan ahí. Ésta es la planilla del personal vehicular. Díganme si notan las 2 cosas inexplicables (una es fácil, se las dejo marcadas):

¿Lo notaron? Primero, parece que los choferes manejan De Lorean, con Marty McFly y todo, porque son capaces de viajar en el tiempo. Entran más tarde que la hora de salida. Los mortales tardamos horas de viaje, pero el peronismo tiene choferes que llegan antes de salir. Impresionante. Y como singularidad adicional, fíjense en todos los asistentes al “Quincho Frente de Todos”. Cotejando ambas planillas, ningún político llevó choferes (cuando casi todos los tienen), y los choferes que estaban jamás se movieron antes ni después de la fiestita. O sea que nuestros políticos viajan de 2 formas: o se toman una máquina del tiempo, o se materializan de la nada y se desmaterializan de igual forma…

El 31 de Diciembre, curiosamente, no figuran ni audiencias ni visitas, pero hay un equipo de filmación que estuvo horas registrando ¿la nada misma? Y se agrega la visita del hijo del ama de llaves, que ingresó y nunca salió:


El 12 de Febrero del 2021 parece una fecha cualquiera, pero es la histórica cuando Argentina alcanzó los 50.000 muertos por covid. Empezaban las restricciones a los vacacionantes (recordemos que muchos quedaron varados entre ciudades), y ya avisaban que no volverían las clases a nivel nacional. En esos tiempos se recrudecía la pelea con CABA por la presencialidad, llegando a instancias judiciales. Con todo eso en mente, en el Universo Político (paralelo al tuyo y al mio) sucedía esto:

Como se puede ver, ese día infame para el país, hubo récord de visitas en Olivos. 58 asistentes, muchos para una reunión presencial de Educación. Para los agremiados que no veían a Baradel o Yasky desde hace 2 años, los pueden encontrar almorzando con el jefe. Pero no es todo; en personas a pie encontramos ingresos a gente de quincho, ceremonial, locutora, redes, prensa, y hasta telempromters:

65 asistentes adicionales. Entre privados, servicios, publicidad y personal de la Quinta, son más de 180 personas en un solo lugar. Linda forma de celebrar tan trágica efeméride…


Un domingo 22 de Marzo del 2020, el Presidente daba un duro discurso contra la ciudadanía. “No soy un loco que quiere que quiebre la economía”; “Hemos hecho todo para evitar que el coronavirus se propague a gran velocidad”; “Lo que más preocupa es la incomprensión de la gente, que haya tontos que no entienden el riesgo en el que estamos; “Hay miserables que especulan con la vida de la gente. Si no lo entienden por las buenas lo van a entender por las malas“. Pero al día siguiente, haz-lo-que-yo-digo-pero-no-lo-que-yo-hago, te mete 60 personas de un saque:

Supongo que todos los asistentes son tontos que no entienden el riesgo, que son miserables que especulan con la vida de la gente. Y que al no entender por las buenas, deberían entender por las malas. ¿No era así, Señor Presidente?


FECHAS QUE DUELEN:

Lamentablemente, también tenemos fechas que nos duelen como argentinos, como seres humanos. Momentos en que otros compatriotas que no tuvieron la suerte de ser políticos, mafiosos y/o sindicalistas, sufrieron actos indecibles a causa de la cuarentena y sus restricciones criminales por parte del Estado. Algunos pudieron contarla; otros no. Y dejaron un tendal de familias destruidas por el camino represivo que se nos obligó a recorrer.

El día domingo 5 de Abril, tempranito, en San Luis salía en bicicleta Florencia Magalí Morales de 39 años para hacer compras en un negocio cercano. Es detenida por la policía (primero dirían que por no tener DNI, luego porque no le correspondía salir con la terminación de su documento). Jamás le informan a la familia. A las horas, aparece ahorcada con un cordón de buzo en su celda. La policía dijo que se había suicidado, a la vez que le deslizaban a la molesta familia, que en realidad estaba bien y declarando. Luego se comprobaría que fue suicidada. Mientras tanto, un día después, en la Argentina Privilegiada:

18 personas pudieron asistir (con distintas terminaciones de DNI), y algunos incluso se quedaron HORAS. Nadie los detuvo ni los ahorcó.


El 24 de Abril, también en San Luis, un vecino hablaba con otro en la puerta de su casa. Habiéndose pasado de las 20 horas (fecha del toque de queda encubierto) por apenas 20 minutos (me hace acordar a los 20 pasos por los que me amenazaron a mi), pasa un patrullero y le exige a uno de ellos que los acompañe, que estaba detenido. Aunque la familia intenta impedirlo, se llevan a rastras a Franco Maranguello, de 16 años. La madre va a buscarlo a las 2 horas (arriesgándose también a ser arrestada por anticuarentena). Lo encuentra muerto. “Se suicidó con su remera”, dijeron. Mientras tanto, en una Quinta sin ahorcadores seriales:

16 personas que pudieron transitar por donde se les cantó. Incluso un Ministro de Salud que debería estar cuidando la salud de todos los argentinos y respetando los decretos del Presidente al que visitaba; y un Gobernador de Buenos Aires que no debería haber podido cruzar la General Paz. Ambos con visitas de más de 4 horas. Mención especial a esos nombres que me sonaban, y una simple búsqueda me refrescó de dónde: Esteban Collazo (fotógrafo, 34) y Nicolás Ritacco (27), fueron dos de los cientos que pasaron por los vacunatorios VIP kirchneristas.Con 27 años, Ritacco es uno de los inoculados más jóvenes de la Argentina. El beneficio no se vincula con ninguna condición de salud, sino por trabajar en el área de audiencias de la Nación“, reza el diario. Duro contraste con el más joven asesinado por “violación de caprichos presidenciales”


Apenas un día antes, en Junín, Buenos Aires, el 23 de Abril fallece Daniel Oscar Rosa (23) luego de una agonía de días tras chocar con un terraplén levantado sin señalizar, para evitar que los personas pudiesen entrar o escapar de la ciudad (en un país libre). Apenas ocurrió el accidente, se mandó a sacar los terraplenes con maquinarias estatales para que los periodistas no sacaran fotos ni se hicieran eco. Por suerte, el operativo despiste no sirvió. Lo que sí sirvió, fue la evasión de las reglas gubernamentales por los mismos que las crearon e impusieron. En Olivos pasaba esto:

47 supuestas personas. Y digo supuestas porque si se fijan en la primer captura, las filas de la 29 a la 65, misteriosamente desaparecieron (curiosamente, pertenecientes al “quincho fiestero“). Resaltados los piqueteros Pérsico y Grabois, para los que todavía intenten refutar que son

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