Abrazar a una mujer cuando es tu madre te enseña que no hay nada superior al amor.
Abrazar a una mujer cuando es tu hermana, tu prima, tu tía te enseña que no sólo tu madre te ama sin límites.
Abrazar a una mujer cuando es tu hija te enseña que tu puedes amar igual que ellas.
Abrazar a una mujer cuando es tu abuela te enseña que la ternura no es un oso de felpa.
Abrazar a una mujer cuando es tu amiga te enseña que si puedes amarlas sin desearlas.
Abrazar a una mujer cuando es tu amante te enseña que ellas son el sinónimo idóneo de la palabra perfección.
© Yo, Ernesto | Este feed es de uso personal, sí quieres hacer un uso comercial contacta conmigo a [email protected]