Puede que lo que estoy escribiendo a muchos le suene a memez, incluso a mí. La verdad es que hace algún tiempo que le estoy dando vueltas a la relación que se mueve entre, la Monarquía Española, la Iglesia Católica y los independentistas catalanes. Un tripartito que se agita en torno a uno, la Iglesia Católica, algo así como la Santísima Trinidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres en uno, Dios.

Los tres tienen tres cosas en común, apego al Dinero, el enredo y la represión, tres en uno, la máxima estar en posesión de la verdad. El apego al dinero se traslada a la corrupción; el enredo a la falta de transparencia diciendo lo que no es, digamos mintiendo; la represión que le piden a todos y ellos no hacen, incluso caen en la infracción y se creen Dios.

La Monarquía en este país ha estado endiosada, ya que con ella llegó la democracia a unas gentes que lucharon durante cuarenta años para conseguirla, después que algunas de ellas lo habían hecho en una guerra civil. La Corona con Juan Carlos I al frente, paró la intentona del golpe de Estado militar, al más puro estilo franquista. Eso le ha movido a ser infalible a tener la verdad por bandera. Al mismo tiempo le llevó al amor por el dinero fácil. Tan fácil que, al sentirse infalible, que lo era, nunca pensó que se le acabaría para trasladarse a la corrupción. La Monarquía ha predicado ejemplaridad, transparencia, represión para no caer en el pecado, que ellos han caído.

La Iglesia Católica, subida al pulpito y al pregón del Dios de la fe, han repartido por doquier la verdad, según ellos. Durante siglos en la España de Reyes, del descubrimiento de América, ha ido sumando a su patrimonio, con todas las artes que ha podido, muchas de ellas ligadas a la corrupción, bajo el beneplácito del poder, incluso de la dictadura fascista, todo por amor al dinero. En cuanto a la represión, no paran de asustarnos para luego sus santidades hacer lo que piden a los demás que no hagan y que se repriman, en especial en el sexo.

El independentismo catalán, busca afanosamente un poder que no llega, por mucho que lo intentan. En lo referente al amor por el dinero, me parece que no hace falta que diga nada pues la corrupción está centrada en buena parte de ellos. Reconozco que hay dos partidos que siendo independentistas, lo cual es su derecho, no ha caído bajo esa tentación, me refiero a ERC y la CUP. En cuanto a la represión lo mismo que los otros dos, predicar con la transparencia, la que ellos no hacen.

Los tres grupos, sus gentes poseen ansias de poder; la posesión del dinero y del patrimonio, es una balanza constante a conseguirlo; y de rodillas rezan con devoción para la represión generalizada de todos frente a un pecado que son los que ellos únicamente reconocen en los demás, y son los que no la practican.

Verdad que es una memez, pero observen y verán como los tres poseen unas coincidencias en común.