Mientras escribo estas líneas aún se produce entre algunos contactos de Facebook un curioso debate sobre por qué los católicos, en conciencia, no deberíamos votar por quien apoye el aborto y el mal llamado "matrimonio" gay (también llamado, por el buen Eduardo Verástegui, "gaymonio").
Esa respuesta la dio, hace ya casi ocho años, Benedicto XVI en su Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis, cuando subrayó los cuatro valores que los católicos no podemos negociar. A saber: "el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas".
¿Más claro? Los católicos no podemos votar, sabiéndolo, por un candidato que avale o promueva el aborto, el matrimonio gay, una educación ideologizada ni mecanismos de gobierno déspotas o corruptos.
La tenemos difícil, ¿eh?
Pero también debemos tener en cuenta esto: los políticos, que requieren una cuota de respaldo social para mantener su estatus de poder, son siempre sensibles al pulso de la opinión pública. Pocos son los políticos con bando definido (pro-vidas o pro-aborto). La mayoría simplemente fluye con la marea. Su política será la que sientan que les da más votos.
Y esto lo saben bien quienes promueven esa agenda anti-humana que es la del aborto, la del lobby gay o la de la izquierda anticlerical (por poner tres ejemplos, nada más). Por eso es que presionan en medios de comunicación, redes sociales, calles -con tres gatos aunque sea- para llevar a su bando a la mayor cantidad de políticos que puedan.
Por eso es que es de vital importancia continuar la racha de éxito de la anual Marcha por la Vida. El medio millón que participó en 2015 se ha hecho sentir, tal como lo demuestra una reciente evaluación de la oficina para América Latina del Population Research Institute.
¿Queremos un candidato que defienda la vida, la familia, la educación de los padres y el bien común? Pues no nos podemos quedar cruzados de brazos a esperar que eso simplemente suceda. Es hora de actuar. Así, aún si gana un candidato "mal menor", sabrá que encontrará la más grande resistencia contra políticas que atenten contra la dignidad humana.
¡Nos vemos en la Marcha por la Vida 2016, este 12 de marzo!
Foto que ilustra este post: ANDINA.
Esa respuesta la dio, hace ya casi ocho años, Benedicto XVI en su Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis, cuando subrayó los cuatro valores que los católicos no podemos negociar. A saber: "el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas".
¿Más claro? Los católicos no podemos votar, sabiéndolo, por un candidato que avale o promueva el aborto, el matrimonio gay, una educación ideologizada ni mecanismos de gobierno déspotas o corruptos.
La tenemos difícil, ¿eh?
Pero también debemos tener en cuenta esto: los políticos, que requieren una cuota de respaldo social para mantener su estatus de poder, son siempre sensibles al pulso de la opinión pública. Pocos son los políticos con bando definido (pro-vidas o pro-aborto). La mayoría simplemente fluye con la marea. Su política será la que sientan que les da más votos.
Y esto lo saben bien quienes promueven esa agenda anti-humana que es la del aborto, la del lobby gay o la de la izquierda anticlerical (por poner tres ejemplos, nada más). Por eso es que presionan en medios de comunicación, redes sociales, calles -con tres gatos aunque sea- para llevar a su bando a la mayor cantidad de políticos que puedan.
Por eso es que es de vital importancia continuar la racha de éxito de la anual Marcha por la Vida. El medio millón que participó en 2015 se ha hecho sentir, tal como lo demuestra una reciente evaluación de la oficina para América Latina del Population Research Institute.
¿Queremos un candidato que defienda la vida, la familia, la educación de los padres y el bien común? Pues no nos podemos quedar cruzados de brazos a esperar que eso simplemente suceda. Es hora de actuar. Así, aún si gana un candidato "mal menor", sabrá que encontrará la más grande resistencia contra políticas que atenten contra la dignidad humana.
¡Nos vemos en la Marcha por la Vida 2016, este 12 de marzo!
¡Ya sabes! El Sábado 12 de marzo tenemos una cita con la "Marcha por la Vida - Lima 2016" ¡Separa la fecha, comparte este post y avísale a tus amigos para que se unan!
Posted by Marcha por la Vida on viernes, 15 de enero de 2016
Foto que ilustra este post: ANDINA.
