El año 1917, anduvo por la Gobernación
de la entonces Pampa Central, un periodista, que recorrió gran parte
del Territorio Nacional de aquellos años, haciendo entrevistas, buscando
fuentes y destacando las potencialidades que se avizoraban entonces para el
desarrollo y el progreso de estos lares.
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Se llamaba Wenceslao Jaime Molins, quien
cuando retornó a Buenos Aires con todo el material, mucho del cual había sido
enviado al diario La Nación para su publicación, editó un libro al que tituló
simplemente “La Pampa”, publicado el año 1918 por el Establecimiento Gráfico
“Oceana”.
En el itinerario que hizo, utilizó los
ferrocarriles y algún medio de locomoción tracción a sangre que todavía
operaban en las zonas donde no habían llegado aún los rieles.
En el capítulo XXX del libro citado el periodista-escritor dice: “Después de visitar diversos pueblos de la línea de Pico, hemos
pasado a Victorica.” O sea que tomó el Ferrocarril del Oeste que venía desde la
estación Once desde la Capital Federal con boleto de llegada a Victorica, el
primer pueblo fundado por el Ejército Nacional el año 1882.
Don Máximo García fue un pionero del campo pampeano. Inmigrante español, que fue propietario del campo "La Porteña", al norte de Victorica en jurisdicción de San Luis. Su casa de familia está actualmente en poder de la Municipalidad (frente a la Iglesia)
Se ve que tenía buenos ojos de observador y algunos conocimientos previos seguramente, porque escribió estos renglones introductorios: “No es necesario descender del tren para dar juicio sobre la actitud de los campos. La cebadilla agreste, difundida en copiosos matorrales, nos habla con elocuencia de la fertilidad del suelo. Las lluvias de este año han sido frecuentes y abundosas.”
Se ve que tenía buenos ojos de observador y algunos conocimientos previos seguramente, porque escribió estos renglones introductorios: “No es necesario descender del tren para dar juicio sobre la actitud de los campos. La cebadilla agreste, difundida en copiosos matorrales, nos habla con elocuencia de la fertilidad del suelo. Las lluvias de este año han sido frecuentes y abundosas.”
Y ya saliendo de las generalidades,
comienza a adentrarse en los temas relacionados a la Comarca de Victorica y sus
alrededores que comprendía no solo la Pampa Central, sino también el sur de la provincia de San Luis. “Los campos de Victorica, por sus condiciones agrológicas, son
buenos para cultivos de forrajeras. La tierra, arenosa y morena, es propicia a
la alfalfa.” Y a continuación comienza a citar nombres y apellidos de los
pioneros del campo en el noroeste pampeano. “Los primeros alfalfares los inició
en la región y en 1898, don Máximo García. Estos ensayos en su establecimiento
Carro Quemado, fueron una comprobación. Le siguieron en la prueba, don Alberto
Sidebottom, en La Isabel; don Alfonso Capdeville, -el pujante francés-, en sus
campos de Telén; Von Bernard, en Poitahue y Armando Lernoud, en la Morocha”. El nombre correcto de Lernoud era Amand.
Don Máximo García ese año vivía con su
familia en la casa, frente a la Iglesia, cruzando la calle en diagonal está la
plaza y enfrente estaba el almacén de ramos generales de la firma J.Llorens,
J.Antich y Cía. Era un español que antes de comprar el campo “Carro Quemado”, a la familia Martínez, cuando llegó desde Benito Juárez en la provincia de Buenos Aires, con su
familia, adquirió primero una legua de campo al norte de Victorica, pasando el
límite con San Luis, al que bautizó con el nombre “La Porteña”, dado que él se
había casado precisamente con una mujer nativa de la campiña bonaerense, que se
llamaba Fidela López.
Alberto Sidebottom era el hijo de un ex capitán del
ejército inglés, uno de los tantos compradores de títulos, con los que el
Estado Nacional financió la denominada “Conquista al Desierto”, que pagó con
las tierras que le fueron despojadas a los indios que poblaban el paraje
Leuvucó. Cuando se da a la tarea de alambrar su campo, toma la decisión de
echar llave al candado de las tranqueras, lo que producirá una discusión con
Máximo García, porque él tenía que pasar con los carros cargados de lanas y
cueros, lo que venía haciendo por la huella de las antiguas rastrilladas
aborígenes. Al verse impedido por el cierre del camino vecinal, debe dar una
enorme vuelta para llegar con su cargamento y pasar rumbo a la estación de Toay
donde embarcaba su producto.
El francés Capdeville mira con un catalejos que usaban las naves que cruzaban el océano desde Europa para llegar a América, probablemente sea en su estancia "Los Cerrillos".
Hubo una denuncia de García al
Intendente de Victorica, que en ese momento era Alfonso Capdeville, y otra ante
el Gobernador, General Eduardo Pico. La cuestión terminó en la Justicia, porque un día que se
encontraron en la tranquera Sidebottom lo agrede a tiros, aunque sin que la disputa terminara en tragedia.
El asunto fue considerado por la autoridad municipal y lo resuelto se puede leer en el folio 66 del libro de actas número uno, estaban presentes Capdeville, presidente, Defougeres, secretario y Lucero vocal.
"Se puso a discusión el expediente pasado por la Gobernación a propósito del alambrado del campo del Señor D. Alberto Sidebottom resolviéndose ordenar a este señor abra una tranquera frente a Trapales en el punto mismo donde el Señor Juez de Paz mandó cortarle el alambrado, autorizándolo provisionalmente para que cierre la tranquera que tiene en el mismo rumbo y mas o menos a una legua al naciente y ordenandole al mismo tiempo dejar tranquera para el tránsito público y el ….acceso a la calle...alambrado de él y el de D. Máximo García dispensándolo provisionalmente de cumplir con las demás prescripciones del C. Rural".
El asunto fue considerado por la autoridad municipal y lo resuelto se puede leer en el folio 66 del libro de actas número uno, estaban presentes Capdeville, presidente, Defougeres, secretario y Lucero vocal.
"Se puso a discusión el expediente pasado por la Gobernación a propósito del alambrado del campo del Señor D. Alberto Sidebottom resolviéndose ordenar a este señor abra una tranquera frente a Trapales en el punto mismo donde el Señor Juez de Paz mandó cortarle el alambrado, autorizándolo provisionalmente para que cierre la tranquera que tiene en el mismo rumbo y mas o menos a una legua al naciente y ordenandole al mismo tiempo dejar tranquera para el tránsito público y el ….acceso a la calle...alambrado de él y el de D. Máximo García dispensándolo provisionalmente de cumplir con las demás prescripciones del C. Rural".
De Alfonso Capdeville, cuando llegó el
periodista a Victorica y visitó Telén, él ya no vivía más allí, dado que se
había radicado en El Sosneado, provincia de Mendoza, por lo tanto sus consideraciones son por las mentas y referencias que le dieron sus partidarios y amigos en Telén. De Von Bernard de
descendencia probablemente alemana, no tenemos mayores datos, Pero también su
encargado de la estancia Poitahue fue denunciado por varios vecinos por el mismo tema de
los alambrados con tranqueras que impedían el paso por los caminos vecinales
que según el Código Rural eran obligatorios que estuviesen francos al paso. Era el camino de sirga, cuya denominación proviene de las cuerdas que se usaban para remolcar naves y la obligación de dejar franco este camino proviene del derecho romano.
Es que aquellos eran tiempos de
violencia física y verbal. En todas las casas había un wínchester, algunos
portaban arma corta de fuego y todos cuchillo a la cintura, estos últimos absolutamente necesarios en el trabajo diario.
Fue por eso que el periodista estuvo a
punto al hacer el libro de ponerle como título gancho “El Far West Pampeano”,
una frase que había sido acuñada por el cura salesiano RPS Juan Víctor Monticelli.
De don Amand Lernoud, (aunque los periodistas incorrectamente han citado como Armando) un francés, que
también siguió los pasos iniciales en la agricultura temprana en que la alfalfa
venía muy bien y tenía buenos precios internacionales, se puede decir lo que el
mismo periodista dejó escrito.
Es la única entrevista personal de todos
los personajes que se mencionan arriba, que ha dejado un testimonio sobre sus
decisiones relacionadas con las inversiones y la visión de largo plazo.
Don Amand Lernoud aparece al centro, retratado por el periodista de la revista Caras y Caretas, que visitó Victorica y la zona el año 1907