El jamón forma parte de nuestra dieta, ya que es casi imposible ir a una vivienda española y no encontrar este producto en las distintas formas en las que se vende, como la pata entera, en un taco, en lonchas, en taquitos para el salmorejo, etc.

Casi todos, en uno u otro momento, nos hemos puesto a dieta, así que nos preguntamos si el jamón engorda, si este producto es adecuado para perder Peso, etc., y desde el principio podemos decir que sí se puede comer jamón si queremos bajar de peso.

¿Qué beneficios nos aporta comer jamón?

Ya sabemos que el jamón serrano es bueno en la dieta, pero antes de hablar del número de calorías es mejor que comentemos qué beneficios nutricionales nos aporta este producto que gusta a todo el mundo.

Cuando hacemos cambios en nuestra alimentación con el fin de bajar unos kilos, nos ponemos a mirar con lupa las calorías que tienen todos los alimentos, lo que está bien, pues a la hora de adelgazar hay que crear un déficit calórico.

Sin embargo, esto no tiene que cegarnos, ya que antes de averiguar si el jamón engorda (ya hemos dicho que no) hay que mirar qué propiedades posee, qué beneficios aporta a nuestro cuerpo.

El jamón es una fuente de proteína excelente

Con el fin de perder peso hay que comer menos calorías de las que gastamos y eso se puede hacer aumentando la ingesta de proteínas, lo cual conseguimos gracias a alimentos como el jamón, una fuente proteica de muy buena calidad.

Además, contiene una gran cantidad de minerales y grasas buenas, elevando el colesterol que se conoce como beneficioso y bajando el que perjudica a la salud.

En su composición trae alrededor de un 10 % de grasas y también un 4 % de sal, una cifra que deberán tener en cuenta aquellas personas que sufran de hipertensión.

No contiene ni un gramo de azúcar que no esté de manera natural en el músculo del animal, y aquí está la clave de por qué el jamón no engorda, y es que no tiene hidratos de carbono que son los que nos impiden perder peso.

Si pensamos en la forma en que llega del animal a nuestra mesa, tanto los jamones serranos como los ibéricos no sufren de ningún proceso más allá de ponerlos en sal durante unos días, algo que contribuye a que sea excelente en nuestra lucha contra el sobrepeso.

¿Cuánto jamón podemos comer al día?

La cantidad que se puede ingerir al día no es fija. De hecho, si seguimos las recomendaciones de la OMS sobre el consumo máximo de proteína por persona y día, la cantidad tope serían unos 200 gramos, lo que es más que suficiente.

Sin pasarnos de ahí lo podemos tomar a diario en cantidades más pequeñas, poniendo una loncha en el desayuno, envolviendo un trozo de melón con una o varias lonchas finas, etc.

Eso sí, aunque podamos comerlo a diario, no conviene hacerlo, pues la clave de la pérdida de peso es variar la dieta, así que hay que emplear más fuentes de proteínas provenientes del pescado, otras carnes como las de pollo, o incluso las legumbres.

A la hora de incorporarlo a nuestras comidas es muy importante dejar a un lado el pan o los picos con los que nos comemos el salmorejo, un plato muy típico del verano al que se le incorpora el jamón.

Aquí es donde está el mayor problema del jamón si queremos perder peso y por eso hay quien dice que el jamón ibérico engorda, cuando lo que de verdad hace que ganemos kilos es el pan y los picos, que no son más que hidratos de carbono.

De esta manera, con el fin de poder comer jamón más veces hay que dejar a un lado el pan, o al menos reducirlo a su mínima expresión y tomarlo siempre integral.

¿Cuántas calorías aportan 100 gramos de jamón?

Este es un dato que importa mucho a los que están a dieta y, por eso, sitios especializados como la nevera española nos habla de las calorias aqui, que son unas 160 por cada 100 gramos de jamón. Se trata de una cifra muy baja y por eso es un alimento adecuado en procesos de pérdida de peso.

Para hacernos una idea sobre lo que supone esta cantidad de calorías, 100 gramos de pan blanco tienen alrededor de 260, por lo que ya sabemos lo que estaremos incorporando si lo tomamos en un bocadillo al que además solemos añadir aceite, así que las calorías suben aún más.

Esta cantidad de energía lo hace ideal a la hora de cenar de forma ligera con unos vegetales o con salmorejo al que no añadiremos más aceite del que trae si es de brick.

¿El jamón ibérico por la noche engorda más?

Existen muchas preguntas sobre el jamón ibérico y varios mitos alrededor de la ganancia de peso, de forma que otra pregunta muy recurrente es si engorda por la noche.

Esta idea se debe a que, durante años, un error que han aumentado los médicos, se ha dicho que la carne engordaba y también se relaciona con un mantra que dice que comer hidratos por la noche es malísimo.

El tema de los hidratos no nos interesa, ya que el jamón no los tiene, pero si el que la carne engorda y ya hemos visto que el jamón es bueno si queremos perder el peso que nos sobra en este momento.

Así, si no contribuye a que engordemos por el día, tampoco lo hará por la noche, aunque siempre debemos consumirlo con moderación y teniendo en cuenta si hemos cenado algo más o a la hora de la comida la ingesta de alimentos ha sido alta.

En el caso de que estemos llenos porque hemos cenado fuerte, es mejor no comerlo o tomar solo una loncha o dos, la cual apenas aporta calorías y no se van a notar en nuestro cuerpo.

Cuando queremos una cena ligera, el jamón no solo no engorda por la noche, sino que es uno de los mejores alimentos para irnos a la cama, tan sano como el pollo o el pavo, unas carnes de las cuales no tenemos dudas sobre si ganaremos peso cuando las incorporamos a la cena.

¿Cómo podemos incorporar el jamón a la dieta?

A una dieta de adelgazamiento no hay por qué asociar el jamón solo, aunque un buen ibérico se puede comer de esa forma sin ningún problema y siempre habrá quien diga que mezclarlo es estropearlo.

Por las noches, una de las mejores maneras de comerlo es en una ensalada caprese, la cual tiene su origen en Italia y es de lo más ligero y refrescante que podemos cenar.

Solo hay que coger un tomate grande y cortarlo en rodajas finas, sacar un queso fresco como la mozzarella de la bolsa y cortarlo igual que el tomate. Los ponemos uno encima del otro y aliñamos con un poco de sal, pimienta y alguna hierba fresca como la albahaca (si no tenemos no pasa nada).

La ensalada lleva un chorro de aceite de oliva, que como estamos en dieta de pérdida de peso podemos evitar, pues ya añadiremos grasa poniendo unas lonchas de jamón en el centro del plato, completando así una cena espectacular.

También podemos hacer un postre light, envolviendo un poco de queso crema dentro de una bola de jamón que haremos con las manos, evitando el membrillo que suele llevar la receta y que haría que tomásemos demasiadas calorías, aunque no hay problema en que nos tomemos una loncha de jamón de esta forma.

Quizá, otra manera clásica de comer jamón ibérico sea con melón, envolviéndolo, aunque aquí habrá que tener cuidado con las cantidades de melón, al tratarse de una fruta con mucho azúcar.

¿Sirve en la dieta keto?

Una de las formas de perder peso que más seguidores tienen en la actualidad es la dieta keto, la cual se basa en provocar la cetosis en el organismo, ayudando así a que la pérdida de peso sea muy rápida.

Esta dieta tiene sus detractores, pero nos vamos a centrar en el jamón, que sí es apto en un régimen que se basa en eliminar casi por completo los hidratos de carbono como el pan o la pasta.

De este modo, si seguimos esta dieta, el jamón se puede incorporar a ella con varias recetas como las que hemos visto antes o mejor solo, pues así evitamos que haya azúcares que no controlamos o combinarlo con alimentos que no sabemos si contienen hidratos.

Si nos gusta mucho el jamón, esta dieta tiene una ventaja y es que no hay unas cantidades fijas de carne que se pueden ingerir. De ese modo, y sin abusar, no hay problema en que nos comamos 200 gramos de jamón por la noche, a mediodía o cuando nos apetezca.

¿Es mejor el jamón serrano o el ibérico si estamos a dieta?

Otra duda muy frecuente es si a la hora de comer jamón estando a dieta es mejor el ibérico o el serrano.

Por supuesto, siempre es mejor el ibérico, más por un tema de propiedades nutricionales que de calorías, ya que un ibérico (especialmente si es de bellota) va a tener grasas que nos benefician más que las de uno serrano.

De todas formas, es posible comer jamón serrano sin problemas y combinar ambos dependiendo de lo que nos permita la economía, aunque ya se encuentran loncheados de ibérico en las tiendas a precios razonables, con los que poder permitirnos un capricho.

Escojamos el que escojamos, sí que debemos tener en cuenta el peso con el fin de saber cuántas calorías estamos ingiriendo, y unos 50 gramos de producto puede ser una buena cantidad, aumentándola, dependiendo de qué hayamos comido ese día o de lo que pensemos comer después.

A modo de conclusión

Debido a que los médicos han estado diciendo, de manera errónea, que la carne engorda, tenemos la idea de que no podemos comer jamón cuando estamos a dieta, con una alimentación especial para la pérdida de peso.

Eso no es cierto, puesto que debido a las pocas calorías que tiene por cada 100 gramos de producto lo podemos incorporar sin miedo a cualquier régimen de adelgazamiento, con la única salvedad de los hipertensos.

100 gramos apenas aportan 160 calorías, así que va bien a cualquier hora del día, incluso por la noche, aunque lo comamos unas horas antes de que nos vayamos a la cama.

El problema con el jamón es que se suele acompañar de pan, el cual sí que nos perjudica al perder peso, pues tiene demasiados hidratos de carbono. Pero en el jamón son cero y de ahí su idoneidad en las dietas al no tener ningún azúcar.

Hay pocas fuentes de proteínas de más calidad, aportándonos grasas buenas gracias a que en su proceso de producción apenas se manipula, por lo que es un alimento natural de esos que ahora llaman comida de verdad.

Siempre es una buena idea tomarlo solo, en especial si es de calidad, pero también lo podemos acompañar de otros productos, siempre teniendo en cuenta no añadirle azúcares ni calorías en exceso, mirando bien cuánto aceite ponemos si el plato lo lleva.

Además, es uno de los alimentos permitidos en la dieta cetogénica, en donde las cantidades de proteínas no están especialmente restringidas, aunque eso no quiere decir que podamos comernos un kilo de jamón al día.

La moderación siempre es el mejor consejo, de manera que consumido de esta forma el jamón ibérico no engorda, tampoco el serrano, y dadas las pocas calorías que tiene si un día nos pasamos con la cantidad no supondrá ningún drama, pues estaremos sumando 200 calorías más que podemos perder caminando un rato hacia casa.

También es un buen desayuno acompañado de algo de tomate, y si vamos a tener un día con mucha actividad, en este caso no hay problema si le añadimos un poco de pan, pero una cantidad pequeña.

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