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Cuando Mono me cumplió un sueño.

A veces lo que sueñas lo ves imposible; a veces te basta con sólo soñarlo; a veces no te basta y lo haces. Conozco muchas personas que nunca han tenido un sueño de nada. Van caminando por esa miseria con lo que pueden y con lo que tienen. A muchas de ellas nunca les has escuchado decir “siempre he querido…”. Basta, seamos condescendientes con aquellos que siempre vivirán atados a la tierra. Hablemos de los que un día decidimos despegar y dejar todo o mucho o poco por llegar ahí, como Charlie.

Vida normal, casado, con hijos, un trabajo estable y una idea que incubó por muchos años. Él dice que es un músico frustrado, es zurdo y su mamá nunca dijo a los maestros que debía tocar con la mano izquierda. “Me gustaba Mötley Crue, Judas Priest, Iron Maiden y era el tipo de música que escuchaba. La música siempre ha sido una parte fundamental. Llevaba cuatro años pensando que me debería dedicar a hacer lo que me apasiona. No es que mi trabajo actual no me guste”. En medio de “gustar y apasionar” hay un abismo de diferencia. Todos los que hacemos lo que nos apasiona alguna vez sufrimos de ese vértigo.

“Una de mis frustraciones también fue, que en ese entonces, sólo venía Quiet Riot y Rod Stewart, aunque he creído que hay un nicho muy desatendido para esas bandas llamadas ‘de culto’, que han sido muy descuidadas por los promotores. Siguen con la fórmula de traer lo ya probado, lo que sí vende y no arriesgar mucho. Todo empezó con una idea (no de crisis de la mediana edad) si no con decir: tengo que hacer algo que me apasione. Ya trabajo, ya me va bien en lo que hago pero tiene que haber algo más y así empecé a hablar con mis amigos de traer bandas”.

“Pensé en una idea tipo la de Sound Kick o Bandastic que hacen crowdfounding, pero les faltaba algo. Una idea que estoy desarrollando es que como tú creíste en la banda y en el proyecto, al final, si hay utilidades, se les regresará 15 por ciento a la gente que compró los boletos por adelantado. Es una manera de hacerlos sentir parte de un proyecto, de invitarlos a que sean promotores de alguien. Aunque esa idea la desarrollaremos bien para el próximo evento”.

Así es como cruzan un abismo y escriben a la agencia de Mono. Ilusamente pensaron que no les iban a hacer caso, no eran nadie, no son conocidos, pero tenían las ganas en los ojos. Mono les dice que sí, que sí vienen. Puedo imaginar lo que sintieron al recibir la respuesta. Así somos los que cruzamos abismos. Cerramos los ojos y decimos “pues chingue su madre”. Tras recibir esa respuesta positiva empezaron los preparativos para estos jóvenes empresarios que decidieron cumplir un sueño y lo lograron.

Correos de ida y venida con preguntas, respuestas, buscar lugares, poner dinero, hacer negocios con gente de catering, del hotel, de choferes, camionetas, seguridad y, lo más difícil, vender boletos. “Una de las cosas que aprendí durante mi trabajo fue cuando alguien me dijo: el mejor líder no es el que es experto en todo, es el que sabe acomodar a la gente en el lugar adecuado”. No se hacen los súper héroes, pidieron ayuda a la gente que sabía y confiaron en ellos. Todos apostaron a cumplir un sueño, todos les ayudaron.

“Nos llevó mucho tiempo la negociación, pero fue muy sencillo. Lo único que pidieron fue una noche adicional de hotel, que eso se paga, las comidas y el transporte local para la banda. Han sido muy accesibles, tres habitaciones dobles, alimentación normal. Pidieron smoothies, yougurt, barras de granola, cervezas y ya, todo es muy sencillo con ellos. Investigamos todo, nada fue casualidad. Le trabajamos mucho. Le pedimos a la vida y nos la cumplió. Ahora nos sentimos mucho más comprometidos a que todo salga perfecto. Negociamos con todos, llegamos a acuerdos y siempre supimos qué esperar, por eso todo salió bien. Esto no lo estoy haciendo para hacerme rico, lo estoy haciendo porque me apasiona”.

Explosions in the sky y M83 son sus próximos proyectos. Nada lo va a quitar de aquí ya. Lo hizo una vez y lo va a volver a hacer. También uno se vuelve adicto a la adrenalina que dan lo sueños cumplidos, y entonces vamos por más.

“Siempre he asistido a conciertos. Ahora llevo a mi hijo y cuando le veo la cara sé que tomé el camino correcto”.

Charlie es nuevo en esto, él lo sabe y se asume como tal, siempre ha sido honesto con él mismo y con los demás al hablar de su proyecto, pero, ¿quién no ha sido nuevo en algo?

Todo fluye cuando lo haces con el corazón. Todas las puertas se pueden abrir, si no alcanzas el timbre, siempre habrá un banquito para que te subas y lo hagas sonar. Acuérdate, es tu sueño, sólo tú puedes cumplirlo. Abre los ojos y verás que todo te espera. Empecemos por el principio, empecemos desde abajo, empecemos a construir algo que sólo sea de nosotros.
No importa de qué sueño estemos hablando, si es construir una máquina del tiempo, escribir un libro, abrir tu tienda de mascotas, irte a escalar el Everest. Te presento a Charlie, promotor de Mono, alguien que ya puede tachar de su lista que porque quiso trajo a México a una de sus bandas favoritas .

Y, ¿tú? ¿Ya lo hiciste? A veces lo que sueñas parece imposible, a veces cruzas el abismo y lo haces posible. Y sí, a veces hay más.
Gracias a Charlie (@elfabulosocharl) por esta plática, me gusta estar rodeada de gente que tiene sueños y los cumple.

Texto publicado para Letras Explícitas.


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