El concepto de leer está mal enfocado. Los snobs piensan que si no lees es porque eres un vago inculto que sólo se dedica a perder el tiempo. Los vagos incultos piensan que los que leen son arrogantes por traer un libro bajo el brazo. Al contrario de esas definiciones tan absurdas de unos y otros, los que leemos lo hacemos por razones completamente diferentes. Yo leo por distintos motivos: 1) para salvar a mi imaginación de mí misma; 2) para visitar otras vidas; 3) para deslindarme de este mundo que a veces me resulta aburrido o violento o absurdo; 4) para desestresarme; 5) para tener un motivo para llorar; 6) para no tener que interactuar con nadie; y 7) para que mis trayectos en auto (cuando hay tráfico leo en el auto) o en Metrobus se me hagan más cortos y menos insufribles.
Cualesquiera que sean los motivos, todos tenemos uno y también los lectores asiduos, con el tiempo, van aclimatándose a las mañas que exige la lectura. Algunos leen sólo por las noches y cierta cantidad de páginas. Otros leen sólo en el baño -qué infame tener a Cortázar o a Coetzee en el retrete, en serio-; otros cargan su libro a donde quiera y en cada oportunidad leen un poco; y otros leen por las mañanas. Aquí es donde entramos.
La mañana es esa parte del día en donde cada 24 horas se nos da la oportunidad de ser de nuevo. La mañana trae borrón y cuenta nueva. Es el momento del día que más disfruto. Me gusta quedarme de 15 a 20 minutos en la cama, sin hacer nada, sólo despertando lentamente; y de preferencia que nadie me hable durante ese momento. No me gusta hablar en las mañanas, no me gusta que me hablen. Pido 20 minutos para incorporarme al mundo de los vivos.
Mis padres me invitaron a la lectura, no me la impusieron. Mi madre es la lectora más voraz que conozco. Con ella discuto, platico y mis mejores sobremesas son cuando no estamos de acuerdo en gustos. Ella siempre dice: “leer por las mañanas doma a tus demonios”.
Desde hace muchos años necesito la lectura por las mañanas, que nunca es la misma que tengo por las noches. No siempre estoy de humor, no siempre quiero leer a esa hora, pero pasa pocas veces. Tengo dos tipos de lectura, la matutina y la nocturna. La matutina es como esa amante a la que pasas a ver rápido, de la que te enganchas y la persigues pero en pequeñas dosis. La nocturna es tu amante de cabecera, esa que te desvela, te emociona, a la que le das continuidad. Es por eso que acostumbro mis lecturas cortas en la mañana y largas en las noches.
Descubrí las antologías mañaneras, descubrí los Cuentos matutinos. Todo eso sucedió por dos motivos. No se me da leer antologías o cuentos de un hilo. Cada cuento, cada texto que compone una antología merece su lugar, merece su digestión, merece que le dediquemos sólo un momento para ellos. No puedo leer tres cuentos seguidos porque ya perdí al primero. Por lo que te recomiendo leer antologías o cuentos por la mañana. Uno solo. Digiérelo, disfrútalo, piénsalo, lee.
Cuentos Infantiles.
Se piensa que si eres adulto ya no lees cuentos para niños. Qué error más grave, ser adulto y adentrarte a bosques con hadas, a castillos con duendes y a mundos imaginarios te da mucho más de cuando eras un infante. Te invito a que releas esos cuentos que tus papás te leían de niño. Te invito a que con una taza de café, te regales 10 minutos por la mañana y leas un cuento por día.
- Charles Perrault: autor de “Caperucita Roja”, “Pulgarcito”, “El gato con botas”, “Cenicienta”, “La Bella Durmiente”, “Barba Azul”.Los Cuentos de Charles Perrault, Ed. Alianza.
Cuentos de Charles Perrault, versión kindle en Amazon.
-Hermanos Grimm:
Retomando el género literario de Perrault, los hermanos se aventuraron a reescribir los cuentos del francés. Al principio, esos cuentos no estaban pensados para ser leídos por niños; sin embargo, con el paso del tiempo, los Grimm cedieron y suavizaron los textos para convertirlos en grandes cuentos de hadas. También hicieron su versión de Blancanieves. Son autores de “Hansel y Gretel” y “Las doce princesas bailarinas”.
* Cuentos de los Hermanos Grimm, en Gandhi encuentras la versión de adultos -con tapa seria y formal en dos tomos- y la versión de niños con tapa ilustrada.
-Hans Christian Andersen.
¿Te acuerdas de “El patito feo”? ¿De “La sirenita”? ¿De “El soldadito de plomo”? Bueno, este danés fue el que los escribió, allá por los 1800.
* Cuentos SC 083, Ed. Porrúa. -Roald Dahl
“Charlie y la fábrica de chocolate” o “Matilda” son uno de los dos cuentos que este escritor inglés con un mundo alterno nos ha dado a niños y adultos.
* Los mejores relatos de Roald Dahl, Punto de LecturaAntologías y cuentos.
Si lo que te gusta es otro tipo de lectura, aquí unas antologías o cuentos para tu mañana.
-Bestiarios e Historias de cronopios y de famas, Casa tomada y otros cuentos, Cuentos Completos, de Julio Cortázar. ¿Cómo dejar afuera a nuestro Santo Niño Cortázar? Al que nunca te cansarás de leer y si lo haces una vez al día con sus antologías de relatos o cuentos, las mañanas son mejores. Ed. Punto de Lectura.
- -Ficciones, Antología de literatura fantástica, Cuentos breves y extraordinarios, Cuentos Completos de Borges. Intenta un relato por día, si no le entiendes, regresa a él otro día, en algún momento te dirá algo. Ed. Debolsillo y editorial Lozada.
-Antología de Crónicas Latinoamericanas, edición y recopilación de Darío Jaramillo Agudelo. Una compilación de las mejores crónicas que se han publicado alrededor del mundo en revistas y periódicos. Encontraremos textos de los mejores escritores contemporáneos como Juan Villoro, Martín Caparrós, Alberto Salcedo Ramos, Diego Enrique Osorno y Gabriela Wiener.
-Songbook, Nick Hornby. Ed. Anagrama
En este libro, Hornby nos cuenta la historia de 31 canciones específicas que lo han marcado de forma personal en diferentes escenarios y condiciones. No necesariamente son sus favoritas. Un libro que te lleva por la música de Nelly Furtado hasta Bruce Springsteen, pasando por Zeppelin y Badly Drawn Boy.
-Suicidios ejemplares, Enrique Vila-Matas. Ed. Anagrama.
Cuento por cuento hay un puente del cual saltar, un océano al cuál quererse entregar, un vacío que te invita a saltar. Cuento por cuento, Villa Matas describe las desgracias de aquellos que piensan dejar el mundo, cuando algunos sólo lo piensan, otros lo intentan y pocos lo logran.
Terror Matutino.
-Necronomicon, H.P. Lovecraft.
Selección de cuentos de suspenso y terror, ed. Gpo. Editorial Tomo.
-Cuentos Completos, Edgar Allan Poe, ed. Alianza Editorial.
-Los Cuentos de Canterbury, ed. Edimat Libros.
-Malos Sueños / Felices Pesadillas, ed. Valdemar.
No hay que explicar el terror ni el suspenso, ni el thriller. Leerlos en la mañana causa un cierto escalofrío que es imperceptible por las noches.
Muchas recomendaciones, a título personal, donde algunos cuentos han sido mejor que otros, pero todos me han dado mañanas diferentes, mañanas que sólo son mías. Porque como bien dice mi madre, cuando uno lee por las mañanas doma a sus demonios y nos volvemos más dóciles y menos salvajes.
A lo largo de mis “mañaneros” he ido encontrándole el lado especial a la brevedad que dan las letras, a ese tiempo que cuando leemos sólo es de nosotros. Date el tiempo de leer cuentos mientras tomas tu café, mientras viajas en el metro rumbo a tu trabajo, mientras te hablan de vampiros, de muertos vivientes, de una canción, de un duende en un bosque, de una crónica de Pablo Escobar a plena luz del día y que tu cerebro imagine desde temprano. Cualquiera que sea tu género, no importa, lo que importa que es sientas el placer de tener un mañanero literario.
No hay pretextos. ¡A leer!
Texto publicado para Letras Explícitas