Un antiguo dicho popular afirma que hacerlo puede Provocar que estalla la cabeza o, al menos que el cerebro sufra daños serios. Eso no es cierto; sin embargo, aguantar los deseos de estornudar puede acarrear algunos problemas. el aire que se expulsa durante el proceso viaja a 160 kilómetros por hora y con él salen del cuerpo entre 2000 y 5000 pequeñas gotas húmedas cargadas de bacterias. Detenerlo puede provocar, en casos raros, lesiones en los cartílagos nasales, sangrado nasal, daños en el oído interno, vértigo, desprendimiento de retina o una inflamación transitoria de la cara, conocida como “ enfisema facial”. Por otra parte, al impedir la expulsión de los gérmenes es posible haga más lenta la curación de infecciones respiratorias comunes, como la gripe.