El Gobierno sirio debería pensarlo dos veces antes de usar armas químicas, aseveró el titular de Defensa estadounidense, James Mattis, en declaraciones a la prensa. El único problema es que admitió a la vez que Eeuu no tuvo y no tiene ninguna evidencia sólida de tal uso.
“Todos han visto cómo reaccionamos [a un ataque químico], pues no sería buena idea repetirlo”, declaró Mattis haciendo referencia al infame ataque de abril de 2017.
En aquel entonces, tras el supuesto uso de sustancias químicas en Jan Sheijun el 4 de abril, EEUU acusó de inmediato a Damasco sin que se realizara investigación alguna y efectuó un ataque masivo con misiles de crucero contra el aeródromo sirio de Shairat, supuestamente usado para realizar dicho ataque.Pero ahora, Mattis admitió no haber visto ninguna evidencia del uso del gas sarín —de lo que acusan a Damasco— en aquel incidente o algún otro:
“No tengo evidencia. Lo que digo es que hay grupos en el terreno, organizaciones no gubernamentales y combatientes en el terreno afirmando que el sarín sí fue usado. Estamos buscando la evidencia. Por el momento no la tengo”, reconoció el jefe del Pentágono.
A su vez, Moscú estuvo entre los críticos de las decisiones de EEUU basadas en testimonios sacados de las redes sociales y las declaraciones de los grupos opositores a Damasco.
Rusia ha puesto en duda la imparcialidad de una investigación basada en las declaraciones de una sola parte del conflicto, sin que un equipo de investigadores internacionales realice un análisis minucioso en todos los lugares vinculados con el incidente.Desde el ataque, Washington mantuvo intacta su postura sobre la culpabilidad de Damasco, usando el tema de las armas químicas como herramienta de presión contra el presidente sirio, Bashar Asad, y sus aliados, en este caso Rusia e Irán.
Moscú, por su parte, en reiteradas ocasiones criticó tanto la toma de decisiones apresuradas como los intentos de politizar el tema del uso de sustancias tóxicas para promover una agenda política destinada a derrocar el Gobierno legítimo sirio.Además, Rusia sugirió que al trazar las ‘líneas rojas’ de este tipo para Damasco, dada la culpabilidad automática de Asad, EEUU en esencia va incentivando a los grupos armados opositores de llevar a cabo ataques de bandera falsa con el fin de provocar una respuesta armada de Washington contra el Ejército sirio.
Sin tener ya ninguna posibilidad de lograr una victoria militar sobre las tropas sirias, los opositores o radicales pueden teóricamente recurrir a las provocaciones para ‘solicitar’ así una intervención militar externa contra Damasco.
La declaración de Mattis, de hecho, ha confirmado estas preocupaciones de Moscú: el ataque con misiles de crucero, así como la incesante retórica acusativa contra Asad, de hecho, carece de fundamentos. Y en el Pentágono lo saben.
Con información de Sputnik
Ayuda a mantener en línea nuestro WebServer. Te necesitamos para poder seguir haciendo publicaciones y seguir generando contenido.