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Las notas de Bachillerato: datos frente a relato

Hace un par de días se publicó, en un determinado medio de comunicación, un artículo titulado “El Defensor del Pueblo de Navarra alerta de que el Opus Dei infla las Notas de Bachillerato en sus colegios” (enlace). En él se decía que la desviación entre las calificaciones que sacaban en Bachillerato el alumnado en determinados Centros, controlados y gestionados por esa congregación religiosa, tenían una desviación entre 1,183 y 1,325 puntos frente a las que sacaban en las Pruebas de Acceso a la Universidad (EvAU).

No voy a discutir los Datos de esos centros que se comenta en el artículo. Al igual que tampoco, con los datos en la mano, publicados por el Ministerio de Educación y FP (enlace) o los que publican las diferentes Comunidades, en cuestionar el filtro que se realiza, por nivel socioeconómico de las familias o procedencia, del alumnado en centros públicos y privados. Eso son datos. Y los datos, por mucho relato ideológico que le pongamos, son lo que son. Otra cuestión es que haya interés en vender otra cosa porque los datos no nos gusten. O que los intentemos justificar con creencias. Las creencias pueden ayudarnos a no tener que enfrentarnos con la realidad pero, como todos sabemos, al final la realidad se empecina en ser la que es.

Lo que sí que voy a hacer en este artículo es hablar de las conclusiones que demasiados han extraído de unos datos concretos: la inflación de las calificaciones en centros privados. Inflación que existe, pero que, según datos oficiales, es la misma (y en algunos casos menor) que la de los centros públicos. Para mis creencias ojalá no fuera así, pero lo es.

Voy a coger la serie histórica de mi Comunidad (en otras Comunidades es, por lo que he podido ver, parecido). Una serie histórica que se nos facilita (aquí) desde el curso 2009-2010 con datos desagregados por centros educativos, en los que aparecen la media de la Selectividad (perdonadme, pero todavía uso el término antiguo, aunque al principio del post haya usado el moderno -cambiar palabras para decir lo mismo-), la media de las calificaciones de Bachillerato y las desviaciones típicas entre ambas. Un inciso. También aparecen los datos obtenidos por asignatura (lo sé, ahora se llama materia) en esas Pruebas de Acceso.

Pues bien, cogiendo esa serie histórica, nos encontramos en que, centrándome por ejemplo en los resultados del curso 2021-2022 y el alumnado que se presentó en la UPV, lo siguiente:

Fuente: https://innova.gva.es/documents/161863209/362070175/Estad%C3%ADsticas+PAU+GLOBAL+2022.pdf/d79871e0-6dfd-7bd6-5e83-c893de45402c?t=1658479562668

Observamos que la diferencia entre las calificaciones de la Selectividad frente a las que se obtenían en Bachillerato, son parecidas entre centros públicos y privados. Incluso en privados puros, la diferencia de calificaciones es inferior a la de centros públicos.

Pero esto es debido a la pandemia dirán algunos. Pues va a ser que no, porque si cogemos los datos curso 2018-2019, también para la UPV, nos encontramos lo siguiente:

Fuente: https://innova.gva.es/documents/161863209/168438192/Estad%C3%ADsticas+Global+2019.pdf/ff019432-9214-436e-b063-db68abed3af3?t=1568116172732

En este caso la privada “pura” parece que infle un poco más las calificaciones en Bachillerato pero, el efecto global porcentual es mínimo. Además se rompe uno de los grandes mitos: las calificaciones globales de Bachillerato son inferiores en los centros privados puros que en los públicos. Por tanto, aquí el relato del inflado de notas por tipología de centro, si lo extrapoláramos (algo que no deberíamos hacer porque lo importante son los datos desagregados por centro y un centro que infle mucho las notas lastra resultados globales), estaría totalmente desmontado.

A nivel global no hay inflado de notas específico según tipología de centro. Eso sí, los datos nos indican que en Bachillerato TODOS los centros educativos, con independencia de ser públicos o privados (subvencionados o no), inflan sus calificaciones. Algunos de forma escandalosa y otros de forma mucho más moderada, tal y como puede comprobarse en la siguiente desagregación por centro educativo de la convocatoria de Junio de las últimas realizadas.

Fuente: https://innova.gva.es/documents/161863209/362070175/Estad%C3%ADsticas+PAU+JUNIO+2022.pdf/8650a3ed-00fd-57eb-33a6-3fb65eb19695?t=1658479757921

Lo sé. Ojalá los datos, para las creencias de muchos, no fueran estos. Pero yo no puedo hacer que los datos sean los que quiero. Eso sí, a mí lo que me preocupa no son los datos globales. A mí lo que me preocupa es que, por presiones de las notas de acceso a determinadas carreras universitarias, tengamos que jugar todos a inflar las notas porque, por desgracia a diferencia de lo que pasaba en mi época de estudiante, el proceso de adjudicación de esas plazas depende de décimas. Y eso, por muy buen profesional que seas (hablo tanto de centros públicos como privados) hace que, en ocasiones y conociendo al alumnado, quieras hacerle un favor. Un favor que, al ser global, repercute negativamente en todo el alumnado del sistema educativo.

Finalmente deciros que a los centros educativos cada curso llegan los datos desagregados por asignaturas. Y hay algunos profesores de Bachillerato que cada año repiten, o bien con buenas notas en Selectividad de su alumnado o con muy malas (un curso, con malas o buenas notas de tu alumnado en Selectividad puede ser debido al grupo). Y lo más grave es que, en ocasiones, profesorado, las notas de su alumnado son un desastre un año tras otro en Selectividad, sigan queriendo coger esos grupos de Bachillerato. Algo que debería vigilarse porque, como he dicho antes, el alumnado se juega mucho.

Sé que había dicho “finalmente”, pero no puedo resistirme a cerrar el artículo de hoy sin deciros que ojalá los datos no fueran los que son. Pero si no quiero enfrentarme con ellos estaría haciendo un flaco favor a mi profesión y, lo que es más importante, al alumnado porque, la única manera de mejorar en educación es ver qué no funciona, qué problemas tenemos en el sistema e intentar, con datos y evidencias, que mejore.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel). Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. Además, adquiriéndolo ayudáis a mantener este blog.



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