Mucho hablar y defender la memoria histórica para ciertas cosas y, curiosamente, olvidarse de cosas que no hace mucho pasaron en las aulas de nuestro país. Entiendo que para que triunfe un determinado discurso educativo es bueno, para los que lo defienden, olvidarse interesadamente de parte del pasado. Y esto esta pasando con los defensores de los ámbitos en la ESO: que se olvidan interesadamente de cuestiones que, gracias a la lucha de muchos, se consiguieron.

En el día de ayer, en la red del pajarito, una de mis redes sociales favoritas aunque los algoritmos estén hechos actualmente unos zorros, comenté que los Maestros ya fueron en su momento especialistas. Que en sexto, séptimo y octavo (estos dos últimos cursos, reconvertidos con la LOGSE en primero y segundo de ESO) ya existían maestros en el aula que impartían determinadas ramas de conocimiento. Por tanto, la excusa de usar los ámbitos para atender mejor al alumnado, gracias a tener menos docentes, es algo totalmente contraria al sentido común y a la historia. Mejorar la transición entre Primaria y la ESO no consiste en desespecializar al profesorado de la ESO. Consiste en volver a trabajar con especialistas en sexto de Primaria. Eso sería lo adecuado. Eso sería lo que marca el sentido común. Eso es lo que marcan todas las evidencias que, en otros países, se han realizado respecto a la agrupación de asignaturas para ser impartidas por el mismo docente.

Hablando de evidencias recomiendo el espectacular estudio (aquí), realizado hace bien pocos años, por el gobierno inglés y su Departamento de Educación que, después de realizarse, paralizó de urgencia el modelo de integración de asignaturas y de usar a los profesionales para impartir asignaturas (subjects) que no les eran propias. Mucho más serio que las intuiciones o las evaluaciones realizadas por equipos directivos afines en sus propios centros. Especialmente cuando estas últimas ya tienen, desde el sesgo inicial hasta la falta de todos los parámetros para ser considerados una investigación.

Pero bueno, sigamos con lo planteado en el título. Con las pruebas que demuestran que, desde el año 1989 (Real Decreto 895/89, de 14 de julio) , hasta su eliminación con la LOGSE (con un período de diez años de transición), existían maestros especialistas en las diferentes asignaturas, tal y como se indicaba en el artículo 8 del mismo.

Ese Real Decreto se ve modificado por el Real Decreto 1664/91, de 8 de noviembre y por la Orden del 19 de abril de 1990 por el que se crea la especialidad de Música.

Pero qué pasa con la promulgación de la LOGSE. Pues que en principio, sobre el papel, se potencia la especialización de los maestros…

… pero, por determinadas presiones de las Facultades de Magisterio y de Pedagogía y, por las habilitaciones masivas de maestros para ocupar los primeros cursos de la ESO, las especialidades se diluyen en unos grandes bloques.

Entonces, lo que sucede es que se desespecializa a los maestros de sexto de Primaria y, a trasladarse séptimo y octavo a los Institutos como primero y segundo de ESO, se pierde esa reivindicación que habían tenido los maestros para modernizar su profesión y especializarse.

Y ahora, después de la lucha de todas esas maestras y maestros, nos encontramos con que el gobierno está volviendo al modelo de la época franquista en el que un solo maestro impartía todas las asignaturas a todas las edades.

No todo lo de antes era malo pero, con lo que costó modernizar ciertas estructuras educativas y avanzar en ciertas cosas, resulta totalmente paradigmático que se considere innovación el agrupar asignaturas para ser impartidas por el mismo docente.

Revisar hemerotecas es sano. Especialmente, porque si lo hiciéramos más habitualmente de forma generalizada, quizás no compraríamos ciertos discursos educativos.

Ya queda nada para acabar la semana… que, al menos en mi caso, está siendo muy dura.

Como estoy haciendo en los últimos artículos, os recomiendo mi nuevo libro sobre educación para mayores de dieciocho, “Educación 6.9: fábrica de gurús”. Lo podéis adquirir aquí (en versión digital o papel). Y sí, me haría mucha ilusión que fuera uno de los diez libros más vendidos sobre educación este curso. Además, adquiriéndolo ayudáis a mantener este blog.