Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

La mitad del camino

Llevo siendo docente diecinueve años. Ya he sobrepasado mi ecuador laboral para, por fin, asilarme en una “nueva” casa que, posiblemente, va a ser la misma en la que me voy a jubilar salvo causas de necesidad de no hacer esos pocos kilómetros en el coche o, simplemente, ganas de jubilarme en el centro que tengo justo debajo de casa. Sí, pienso en la jubilación. Más aún después de ver como, lamentablemente, el tiempo pasa inexorable y no da ni un triste respiro. Cada vez todo se acelera. Cada día que pasa, aunque no quiera planteármelo y mirándome en el espejo me vea igual que cuando empecé, me hago más mayor. Ya no es sólo a nivel físico, ya es la propia percepción de lo que supone lo que está sucediendo en mi ámbito profesional y la manera de enfocar la docencia. No es lo mismo ahora que el primer día que entré en el aula. Sí, me da pánico cambiar de centro (ya llevo unos cuantos en la mochila) para irme a un macrocentro, con un porrón de compañeros en el Departamento y, por qué no decirlo, asumir que voy a necesitar cambiar mi manera de funcionar. Ya, Toca Dejar de ser autónomo para trabajar mucho más en grupo. Más aún con gente, grandísimos profesionales, que ya conocen el centro y a los que voy a pedir ayuda sí o sí. Ayer, por cierto, reunión de Departamento para perfilar el curso que viene. Y sí, pude permitirme el lujo de embarcar al personal en algo que creo interesante para volver a dar vida a la asignatura de Tecnología… todo el tema de la programación y la robótica. Eso sí, asumo manuales (no libro de texto) y la necesidad de hacer exámenes por decisión de grupo. En cursos posteriores, una vez aclimatado… ya veremos

Fuente: https://twitter.com/barneyfarmer

En mi caso no llevo maleta física. Ni siquiera sombrero. Es una sensación extraña la de volver a empezar de nuevo para, posiblemente, finiquitar mi vida laboral en menos años de los que llevo ya trabajando. Mucho aprendizaje, muchos errores, muchas ganas de haber hecho cosas que al final, por determinados motivos, no he podido hacer. La verdad es que la sensación de vértigo, por mucho que se vea la luz al final de camino, es de aúpa porque hay algo que sí que tengo claro… en el momento en que finiquite mi labor profesional voy a dejar de escribir, pensar o, simplemente, plantearme nada relacionado con lo anterior.

Pero no vayamos tan lejos. Queda mucho por hacer. Ahora ya se vislumbra la luz. Estoy donde quería estar desde hace muchos años. Tengo la perspectiva de muchas cosas. El tren del que me he bajado, por última -aunque no se puede decir nunca- vez va a partir y, en esta ocasión, no voy a echar la vista atrás mientras arranque en dirección contraria. Me quedo con lo bueno de estos años, de mis centros educativos y, por qué no decirlo, de compañeros, alumnos, padres y responsables educativos (entre los que, incluso que no os lo creáis, he conseguido tener grandes amigos). Ahora toca dejar marchar el tren y continuar andando, sin prisa pero sin pausa, hacia un futuro desconocido pero al que me apetece llegar. Al menos eso significará que habré vivido para empezar una nueva etapa vital. Y mientras… a disfrutar del camino.

Este post es mi aportación al reto #blimagen2017 que lancé hace unos días. Va… animaros, que aún estáis a tiempo.



This post first appeared on XarxaTIC, please read the originial post: here

Share the post

La mitad del camino

×

Subscribe to Xarxatic

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×