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Defensores de pseudociencias educativas

Empieza a ser preocupante que en ámbitos donde, lo que debería primar es la evidencia científica o, en caso de no ser posible, el sentido común, empiece a desembarcar con fuerza un movimiento de adoración a las Pseudociencias. Lo que antes era exclusivo del ámbito sanitario, con la irrupción y expansión de homeopatía, sanación por rezos o, simplemente imposición de manos, ha llegado al ámbito educativo. Y no, no ha llegado de la mano de personajes dedicados a vender el producto. Ha llegado de la mano de docentes que, día tras día, están con los chavales, que avalan y usan esas pseudociencias en sus aulas. Algo preocupante por lo que implica. Más aún sobre la afección de dicha aplicación sobre los chavales, usados como conejillos de indias y, por qué no decirlo, objeto de experimentación para el que ni los padres ni los propios niños han prestado autorización. Una cosa es comprar homeopatía o determinados productos con el dinero de uno, la otra es que te la den en tu centro sanitario y pagarla con el dinero de todos. Pues eso es lo que sucede en el ámbito educativo últimamente. Gran profusión de pseudociencias, elevadas a dogma de cientifismo absoluto y, por desgracia, sin nadie que les pare los pies.

Ayer mismo, de nuevo se mediatizaba por parte de los medios las bondades del Mindfulness y uno, al que le gusta leer de todo y saber qué se cuece en el ámbito educativo, se va directamente al enlace para leer la noticia. En primer lugar ya debería chirriar a alguien con sentido común que explique dicha técnica una directora y docente en el arte de la Realidad. A ver, ¿a nadie le suena raro lo anterior? ¿Pero qué demonios nos están vendiendo? ¿Arte de la Realidad? Por favor…

Pero no nos quedemos con lo anterior que ya debería servir para descartar la información. Vayamos a alguna de las afirmaciones que nos vierte en el artículo. Afirmaciones acerca de los beneficios del mindfulnes, ampliamente demostrados por numerosos estudios científicos de los que, a día de hoy, no he visto ninguno que haya aportado ningún defensor de esa técnica realizado por investigadores independientes. Bueno, alguno he visto pero, debo tener la mala suerte de haberme leído exclusivamente alguno de los que relacionan el mindfulness con una reducción de la esperanza de vida de pacientes con cáncer. Seguro que ha sido mala suerte y que Google conoce mi sesgo ideológico. Seguro que es eso.

Sinceramente, creo que afirmar lo que dicen muchos de los defensores del mindfulness de forma repetitiva y acrítica, plasmado en la siguientes líneas es peligroso, insensato y, cómo mínimo, muy poco serio.

«el mindfulness ha demostrado tener un efecto importante sobre el cerebro infantil. Numerosos estudios realizados en escuelas de todo el mundo prueban que los niños que siguen los principios del mindfulness son más capaces de gestionar situaciones de estrés y de ponerse en el lugar de los demás, tomando decisiones más conscientes en lugar de dejarse llevar por las emociones conflictivas, ya que parten de una base más tranquila. Esta práctica aporta una nueva manera de atender y mirar la realidad: despierta la curiosidad, el asombro y la concentración de los niños mediante la atención a lo que está ocurriendo en su mundo interior y exterior».

No, no ha habido ningún tipo de estudio sobre la relación del cerebro infantil con el mindfulness, no mejora la atención y, sinceramente, eso del mundo interior suena mucho a mantras repetidos desde la saciedad de personajes cuya única base científica es la fe absoluta en que algo va a funcionar. Y, es por ello que deberíamos tener mucha precaución antes de implantar lo anterior. Precaución que, por lo visto, debe aplicarse a la hora de llevar a tus hijos al aula no sea que se encuentren con algún docente capaz de decir lo siguiente sin inmutarse ni caérsele la cara de vergüenza.

Fuente: Twitter

Sí, lo estáis leyendo bien. Defendiendo las pseudociencias o cualquier práctica que pueda implementarse en los centros educativos (no lo olvidemos, sobre los alumnos y sin el consentimiento de los padres) bajo el supuesto que va a obtener resultados si se aplica con convicción. La verdad es que algunos hemos intentando convertir el agua en vino, prometo que aplicando mucha convicción y, sinceramente, no hemos tenido resultados. Supongo que no todos debemos servir para ello

Os recomiendo encarecidamente que echéis un vistazo al siguiente artículo sobre el mindfulness de Eparquio Delgado. Muchísimo más serio que lo que se dice en los medios o defienden algunos que, lamentablemente, están en nuestras aulas experimentando determinadas cosas.



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