Al final Amparo Rubiales se tuvo que ir. La presidenta del PSOE de Sevilla había cruzado demasiadas líneas rojas al llamar 'judío nazi' a Elías Bendodo, coordinador general del PP, y la obligaron a marcharse. Supongo que Pedro Sánchez no quería otra campaña electoral como la anterior. Al menos el insulto antisemita no le salió gratis.