El progrerío estadounidense decidió guerrear con todas sus armas, jueces progres incluidos, contra una medida de Trump que en buena lógica tenía todo el derecho a tomar, independientemente de que se estuviera de acuerdo con él o se discrepara. Yo, personalmente, estaba totalmente de acuerdo con la medida.

Estamos hablando del veto migratorio a seis países de mayoría musulmana (Chad, Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen). Y es que es de sentido común que si bien salir del país propio es (o debería ser) un derecho, entrar en otro es un privilegio. Vamos, como que yo puedo salir de mi casa cuando quiera, pero solamente puedo entrar en otra casa si el dueño me lo permite.

Pues al final el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha venido a poner cordura en este tema, aprobando la medida del Presidente. Y lo ha hecho, para que no queden dudas, por una mayoría de siete jueces contra dos.

Evidentemente esto no va a resolver el terrorismo musulmán en suelo estadounidense. Pero bueno, al menos se cierran algunas puertas (que, dicho sea de paso, deberían ser más) a potenciales terroristas. Algo es algo.