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Recopilación: César Vásquez Bazán
Nota: Este artículo se encuentra en edición.
Pago puntual de los jornales
Jehová (Yavé) comunicó a Moisés que los empleadores pertenecientes al pueblo judío deberían pagar los jornales de los trabajadores y deberían hacerlo puntualmente. La orden divina quedó registrada en tres versículos del Antiguo Testamento:
“No explotarás al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos [judíos] o un forastero que se encuentre en tu tierra, en algunas de tus ciudades. Le pagarás cada día, antes de la puesta del sol, porque es pobre y está pendiente de su salario. No sea que clame a Yavé contra ti, pues tú cargarías con un pecado” [Deuteronomio 24, 14 - BL 274].
“No oprimirás ni despojarás a tu prójimo. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente” [Levítico 19, 13 - BL 190].
“¡Pobre de aquel que se aprovecha de su prójimo y lo hace trabajar sin pagarle su salario” [Jeremías 22, 13 - BL 723].
La disposición divina fue confirmada en el Nuevo Testamento:
“Unos trabajadores vinieron a Cosechar Sus Campos y ustedes no les pagaron, ¡pero su jornal clama al Cielo! Las quejas de los Segadores Han Llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos” [Carta de Santiago 5, 4 - BL 511].
El futuro de los ricos
En la Carta de Santiago la crítica a la riqueza llegó a su máxima expresión:
“Pues bien, ahora les toca a los ricos. Lloren y laméntense por las desgracias que les vienen encima. Sus reservas se han podrido y sus vestidos están comidos por la polilla. De repente se oxidaron su oro y su plata; el óxido se transforma en acusador ante Dios, y llega a ser fuego que a ustedes les quema las carnes. ¿Cómo pudieron hacer reservas en los últimos tiempos?
Unos trabajadores vinieron a cosechar sus campos y ustedes no les pagaron ¡pero su jornal clama al Cielo! Las quejas de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos.
Ustedes no buscaron más que lujo y placer en este mundo, y lo pasaron bien mientras otros eran asesinados. Ustedes mataron al inocente; era fácil condenarlo, puesto que no se podía defender” [Carta de Santiago 5, 1-6 - BL 511].
Obras citadas
La Biblia. Latinoamérica. [BL]. 1989. XIII Edición. Madrid y Navarra: Editorial Verbo Divino.
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