Hace unos años atrás, en Alemania una Ministra le pidió a su chofer, empleado público, que luego de pasarla a dejar al trabajo, dejara a su marido un par de cuadras más allá del Ministerio. El chofer se negó y la acusó. La Ministra debió renunciar, fue una exigencia de la ciudadanía que consideraba que su cargo y el uso del auto no eran para su provecho personal sino para el bien de los ciudadanos. En cambio en Chile, años atrás un Intendente chocó en su auto y no se le hizo un examen de alcoholemia, aun cuando es una exigencia que se le debe hacer a toda persona que provoca una accidente.
Lo que en un país desarrollado como Alemania es una costumbre, la Probidad, en Chile está recién apareciendo luego de una serie de escándalos que han azotado a la Concertación y que para mal de ellos y bien del resto de los chilenos, ya no se podían esconder.
Quien iba a pensar que por unas frambuesas una subsecretaría debería algún día renunciar, o que el encargado de la guardia presidencial se le acusaría por usar el vehículo fiscal para el traslado de su señora, o un ex presidente de EFE concuñado de una precandidata presidencial sería acusado en tribunales no solo por despilfarrarse el dinero de la empresa sino por amenzar a los testigos para que no atestiguen o cambien su versión de su mala gestión, o que una plana completa del Registro Civil sería removida y acusada de favorecer a una empresa en un proceso de licitación y cuántos otros aun quedan que usan y abusan de los recursos públicos y que por tener unos buenos padrinos nadie les dice nada, nadie los ha tocado, nadie los ha enjuiciado.
Ojalá que la PROBIDAD en el uso de nuestros recursos públicos llegué para quedarse, ya que es necesario, para poder hacer un buen uso de nuestros escasos recursos públicos pero sobre todo, para ir sacando del sistema a los ineficientes, a los ineptos y a todos quienes hacen que el ESTADO sea un institución mediocre y anquilosada en el tiempo, sin la agilidad necesaria para dar soluciones a los requerimientos de sus ciudadanos, que son a quienes debe servir.
Mientras mayor sea nuestra probidad es más fácil que tengamos hospitales de calidad, porque tendremos proyectos de calidad en cuanto a su construcción, equipamiento adecuado y personal idóneo, todo porque los recursos serán utilizados adecuadamente, porque habrá gente capacitada en los ministerios proyectando las obras y porque se inaugura cuando corresponda con los permisos sanitarios correspondientes.
Mientras mayor sea la probidad, más fácil que empresas extranjeras inviertan en Chile, porque saben que la corrupción no es mal enquistado en la sociedad y que si existe esta limitado y se lucha contra ella. Por ende, les gustara invertir, lo cual generara puestos de trabajo y riqueza para el país.Mientras haya probidad, todos los amigos, operadores políticos, hijos/as, nueras, concuñados, yernos de los políticos de turno saldrán del Estado porque seremos capaces de decir que no pueden estar en el porque no tienen las competencias mínimas o necesarias para poder cumplir con las responsabilidades que incluyen trabajar en el.
Debemos entender que la probidad no algo causal del cual podramos desprendernos o tomarlo cuando queramos. La probidad es un pilar fundamental para mantener un sistema democrático sano y vigoroso, es fundamental para que las relaciones entre los distintos ciudadanos y sectores o grupos de intereses o de poder de nuestra sociedad puedan relacionarse de manera simétrica y transparente, donde el poder está al alcance de todos porque se distribuye de mejor manera, donde todos tienen derecho a pedir como a ser escuchados. La probidad implica que la cultura del mérito está por sobre la del pituto, la cultura de la probidad implica que como sociedad exigimos nuestro derechos pero estamos conscientes de nuestros deberes, sabemos y reconocemos es necesaria para que nuestras autoridades sean responsables de sus actos, eficientes en las responsabilidades que les hemos encomendado y que deben ser honestos en su quehacer personal, porque éste puede implicar faltas a la probidad.
Por ello es necesario tener una ley de lobby que regule este actividad y que no escondamos bajo el derecho de petición tráficos de influencias o acuerdos que favorecen a pocos en desmedro de la mayorías; debemos impedir que alguna autoridad pueda ejercer en propiedad un cargo sino ha explicitado su riqueza personal y familiar y los interes que por el ejercicio propio de su cargo deberá legislar y por ende su independencia como autoridad se pueda ver afectada; que todas las reuniones que una autoridad tenga con alguien que solicite algo para su beneficio propio o de otros queden registradas en la web de la entidad pública a la que corresponda, ya sean estas hechas en la oficina de la autoridad como en cualquier otro lugar; que no se traslade a provincia a los jueces acusados de actos contrarios a la probidad sino que sean expulados del sistema.
Ojalá que la cultura de la Probidad logró imponerse sobre la cultura del despelote, es necesario por el bien de Chile o nuestro destino será terminar siendo como Argentina o Venezuela. En la medida que tengamos mayor probidad, estándares más alto para nuestros funcionarios públicos de todos los niveles, más fácil será llegar a convertirnos en un país desarrollado.
