
Esto de las vacunas ya huele. En vez de una solución es un problema. Que los puestos operativos y sus cúpulas se vacunen es lo lógico si no queremos que queden descabezados. Esta rigurosidad no tiene sentido cuando no hay rigor ninguno ni normas claras en la vacunación de los ciudadanos.Por otra parte, el protocolo de vacunación de las Fuerzas Armadas es independiente del resto y lo decide