La idea de poner color en las mejillas es imitar un brillo saludable. Dependiendo de dónde lo aplicamos o qué color usemos resultará más o menos efectivo que se vea natural.

1. Un tono para cada piel.

A pesar de que hay bastante espacio para la variación, los tonos rosas, como el de L'Oréal Paris Match True, son los mejores para la piel pálida. Los tonos albaricoques, como Yves Saint-Laurent-colorete en crema 01, funcionan muy bien para el cutis medio. Y rojos apagados ladrillo, como Bobbi Brown Pot Rouge, para la piel oscura.

2. Encuentra la fórmula correcta para tu piel.

• Para piel normal a seca: prueba con un colorete en crema. Son como una crema de color, se mezcla con más facilidad que otras fórmulas y en general dan un aspecto muy natural. Normalmente no secan porque son bastante más hidratantes que las fórmulas en polvo.
• Para piel normal a grasa: ir hacia una fórmula en polvo como los Blush de Nars. Tendrá una duración mayor que el de un colorete en crema, ya que si tu piel es grasa puede diluirse y se desvanecen más fácilmente.
• Para piel grasa: prueba los coloretes en gel (que puede ser más difícil de asentar con la piel más seca). Prueba por ejemplo los coloretes de beneficts, también L'Oréal, Maybelline…

3. Elige bien tus brochas.

Son muy importantes para la buena aplicación del producto. No busques las más grandes. Trata de comprar las que se acomoden a la forma y tamaño de tus mejillas.También el pelo es muy importante. Yo os aconsejo las de pelo natural en lugar de las de pelo sintético. Para los coloretes en gel o crema, utiliza tus dedos.