Me gusta pensar que Somos instantes Embotellados en carne y hueso. Momentos comprimidos y frágiles como el cristal, sostenidos por preguntas con respuestas infundadas a las que aferrarse.

Pensamientos críticos amontonados que quizá, hayan sido pensados por otros hombres previamente. Que forman un dulce elixir de sentido, agradable durante la juventud, y que suele despacharse con pérdidas y lamentos amargos con los años.

Presta atención antes de que la emoción se desvanezca y rescátala, absorbe ese amor que imaginas fugazmente en ocasiones para darle forma y pulirlo. Y así ya tendrás un instante más que guardar a buen recaudo, para recrearlo y construir sobre él.

Empiezo a creer que nos reducimos a rescatar, dar forma y almacenar. Aunque poseer es tan solo olvidar el conocimiento de que las situaciones existen por sí mismas, forzándolas a que tengan nuestros motivos. Y así asimilamos el concepto de propiedad, asignándolo a los ideales, a los recuerdos, incluso a la materia doblegada por el hombre. Hasta algunos de nosotros, retienen visiones inspiradoras de la realidad que serían capaces de equilibrar muchas injusticias, por creer que les pertenecen.

Almas avariciosas, cuyo instinto de reservar los sueños sofisticados para sí, es solo un reflejo antropológico. Reflejo con el que intentan proteger lo que creen que otros puedan arrebatarles, exprimiendo en su beneficio lo que piensan que les aportará una ventaja Ante Sus semejantes, ante sus rivales.

Pero la renuncia, marginará y debilitará a aquél quién la practique, en lugar de liberarlo de falsas convicciones y reestructurar sus principios. Pues solo somos recipientes individuales que ansían llenar sus presencias, al igual que el resto.

El relato Embotellados es de la fuente Anadesería - Blog de Microrrelatos y Reflexiones de la Vida.