Su alimentación es a base de frutos, semillas, hojas, raíces, tubérculos e invertebrados del suelo, sin químicos hormonales.

Balancán, Tabasco, diciembre 16 de 2016.- En este rincón del estado llamado “El Edén”, existe una granja orgánica que cría Cerdos cien por ciento libres de químicos hormonales y de efectos secundarios para el humano.
Su dueño Alfredo Alamilla afirma que “la intención es la conservación, desarrollo sostenible y consolidación de la porcicultura tradicional en la región de forma ecológica”.
Este productor de cerdos cría ecológicamente las razas Pietrain, Duroc y Hampshire, las cuales ha adecuado a este trópico, y cuyo resultado ha sido la adaptación de las cruzas al suelo, clima, flora y fauna de esta localidad, y lo más importante, son individuos libres de enfermedades.
Alamilla señala que el régimen de alimentación de los cerdos es al estilo “llanero”, tal y como se llevan a cabo en Venezuela y Colombia, a base de frutos, semillas, hojas, raíces, tubérculos e invertebrados del suelo, que define buena parte de las características organolépticas de su carne.
Dijo que el encierro lo que causa son problemas, contrario al ejercicio constante del cerdo para la recolección de sus alimentos.
Es por ello, dijo, que la grasa que logran acumular los cerdos criollos durante la etapa de engorde es menos, lo cual se asocia con un bajo contenido de colesterol.
De acuerdo con la bitácora del productor, desde temprana hora, se procura el suero de leche para los cerdos mientras que, a media mañana, se despachan con la calabaza, la fruta de la palma de aceite, hojas de chaya, hoja de moringa, y yuca.
Agrega que aunque el crecimiento no puede compararse con el que se da en las granjas “normales”, esperan hasta seis meses para tener un buen ejemplar de cien kilos, contrario a los 4 meses que pasa un cerdo de granja inyectado con hormonas que le dan la altura y el peso, “pero que dañan al mismo ser humano”, finalizó.

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