Decía Albert Einstein que mientras el conocimiento es limitado, la imaginación es infinita. Esta verdad aplica también para el erotismo, todas las personas adultas tienen fantasías sexuales, definidas éstas como pensamientos o imaginaciones que implican situaciones íntimas y que pueden activar la función sexual.

Fatasear, imaginar, evocar y recordar es saludable, y se nutre de diversas fuentes de la experiencia vital de cada uno. Hay fantasías que se comparten, otras que es mejor mantenerlas en secreto - jamás le digas a tu pareja que imaginas estar en la cama con Brad Pitt o George Clooney - pero que pueden hacerse presentes en un encuentro íntimo real, mentalmente recorriendo cierto argumento o cierta imaginación, y esto no es contraproducente pues forma parte de la variedad de estímulos que podemos disfrutar. Ahora es importante que no siempre se recurra a la fantasía para excitarnos, que seamos capaces de centrar nuestra atención en el momento presente y disfrutar la estimulación de los cinco sentidos: vista, audición, gusto, tacto y olfato.

No mandamos en las fantasías de nuestra pareja. Nuestro cerebro es nuestro, de ninguna manera una fantasía es una infidelidad, y no debemos juzgarlas porque son personalísimas (por eso digo que muchas veces no es bueno compartirlas, y es mejor que se queden en la imaginación).

¿Que pasa cuando nuestra pareja nos confiesa una fantasía que quiere realizar y no nos gusta la idea? Esto pasa mucho con los tríos, y debemos acceder sólo si nos sentimos seguros, nadie debe sentirse presionado, al decir que sí debemos establecer reglas para ambos y acordar que es algo para probar, que si no nos gusta no estamos obligados a volver a hacer, ni se va a convertir en una práctica frecuente, de lo contrario se cae en el chantaje emocional. Cabe acotar que los tríos son peligrosos, los hombres juran que pueden decidir no involucrarse emocionalmente con alguien que tengan sexo, pero eso no siempre sucede, por otra parte, puede generarse celos si ven a su pareja disfrutar un encuentro con otro hombre, así que se trata de un terreno muy arriesgado, donde hay posibles consecuencias difíciles de afrontar.

Cuando recreamos una fantasía en pareja es como jugar. Nada de sentirnos presionados porque las cosas deben ser como las imaginamos con un guión predeterminado, una actitud lúdica, sin expectativas, con buen humor, es lo que les hará disfrutarla y convertirla en un recuerdo memorable. Se vale desde cambiar de escenario, hacer juegos de rol, usar disfraces, actuar, usar juguetes, probar nuevas posiciones...si algo no les gusta díganlo sin cortarse y busquen otra cosa, no hay límites, y eso definitivamente mejorará la comunicación y la complicidad erótica entre ambos

Hay fantasías sexuales que son muy frecuentes e invasivas, y quien las tiene se asusta. Se trata de personas que experimentan una gran ansiedad porque su fantasía es distinta a su orientación sexual o es una práctica considerada mala  es decir, rechazada-  por la sociedad. En este caso no debemos tener miedo, porque la mente es absolutamente libre así que no nos juzguemos. Hay un ejemplo no sexual, muchos hemos imaginado como sería robar un banco, o participar de una situación peligrosa o transgresora de las normas y no lo hacemos porque sabemos que no está bien, y eso no nos perturba porque sabemos que es sólo una fantasía de nuestra mente ¿Por qué nos perturba un pensamiento sexual poco tradicional? Porque en nuestra sexualidad se implican nuestras creencias, nuestros valores y las normas sociales que se ponen en conflicto con nuestros deseos, esto puede llevarnos a cuestionar nuestra orientación, nuestra identidad, confrontándolos lo que nuestra cultura espera que nos guste, nos atraiga y nos excite, siendo hombres o mujeres.

De esta manera, las fantasías sexuales no son ni buenas ni malas, son simplemente un recurso más para nuestro placer. Si tu fantasía te genera conflictos de pareja o un grado importante de malestar personal, el mejor camino para resolverlo es una consulta de orientación sexológica, para que esto no te impida disfrutar tu sexualidad a plenitud...¡En Sexo y Alma!


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