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Relación entre la salud humana y la salud de los ecosistemas

Del 5 al 14 de Enero 2021 se viene desarrollando un interesante coloquio virtual que involucra a la ciencia con la sociedad, y es relacionado con la calidad del agua como elemento integrador entre la salud humana y la salud de los ecosistemas.
El evento es organizado por CONCYTEC-Perú, entre otros organismos de  América Latina y cuenta con la participación de especialistas y expertos de diferentes países, dándonos la oportunidad de intercambiar valiosa información sobre las experiencias de uno de los recursos especialmente estratégicos para el desarrollo sostenible del planeta.

Agua y minería

Un tema altamente sensible es el que vincula el agua y la minería, sin soslayar a los otros usuarios, presentándose como una dicotomía " oro o agua", no siendo necesariamente antagónicos en países como en Perú, que es reconocida por su historia como un país minero.
Sin embargo, en las últimas décadas es causa de recurrentes protestas socioambientales, con enfrentamientos entre el agro y minería , los cuales vienen escalando como consecuencia de un cada vez mas reducido acceso y disponibilidad al recurso agua. 
Las distorsiones evidenciadas en diferentes cuencas hidrográficas se vienen incrementando como efecto del cambio climático - en algunos países con mayor incidencia que en otros-, haciéndolos mas vulnerables ante la escasez del agua, situación agravada con la inadecuada gestión y manejo del vital recurso, la cual se ve agudizada por la presión poblacional ejercida sobre los servicios básicos en zonas urbanas, efecto que se traslada a zonas con tradición minera y en áreas con nuevos emprendimientos de la industria minera.
En el caso peruano, ocho décadas atrás la población localizada en zonas rurales era mayor a las poblaciones asentadas en las ciudades, situación que en la actualidad esta figura se ha invertido, generando con las megalópolis una mayor presión demográfica y crisis del recurso agua en la costa desértica y particularmente, en su capital, Lima.
La crisis de la calidad del agua en Perú ha sido soslayada por diversas administraciones en los tres niveles de gestión de gobierno, al vincularlo con visiones estrechas y compartimentos sectoriales estancos ; pese al carácter integrador y multidimensional del recurso agua, su inadecuada gestión puso en línea de colisión a los distintos usuarios del agua.
En estricto no existe vigilancia integral de calidad del agua para consumo humano en el país, habiendo únicamente esfuerzos aislados desde diversos sectores en términos de monitoreo de agua.
El organismo regulador de las empresas prestadoras de servicios de saneamiento (SUNASS) considera como indicadores de la calidad de la prestación de servicios  a la continuidad promedio (horas/día), presión promedio (m.c.a) y tratamiento de aguas residuales (%), por lo que no tiene referenciada la calidad de agua en la fuente, así como la calidad de agua distribuida y entregada del recurso hídrico en diferentes cuencas del país, tal es el caso de la calidad del agua consumida en poblados menores y zonas rurales que no se encuentran bajo jurisdicción regulatoria. 
Tanto el ministerio de Salud, y otras carteras como el ministerio del Medio Ambiente a través del organismo adscrito OEFA y la autoridad nacional del Agua (ANA), adscrito al Ministerio de Agricultura y riego, hacen esfuerzos para darle sostenibilidad a la calidad del agua para su aprovechamiento multisectorial, entre los que se encuentra el uso minero.  
Al no contar con una eficiente prospectiva en el orden territorial, sin una mayor gobernanza ambiental y por consiguiente, sin articular políticas públicas que permitan el relacionamiento de la salud de los ecosistemas con la salud humana, se llega a satanizar a la minería y en especial a la gran minería, a quien se le asocia como la principal causante de la contaminación del agua y en consecuencia, el nexo causal en la reducción de la calidad del agua.
El nivel de responsabilidad que alcanza a la gran minería es justamente el no haber socializado suficientemente las experiencias exitosas que existen en el país, donde con el relacionamiento y alineamiento de los actores sociales pudieron adecuar y mejorar infraestructura gris y verde para viabilizar una mayor resiliencia de los ecosistemas, así como garantizar la salud humana.
Al cambio climático se le integra el deficiente manejo de los bosques de protección en las cuencas altas, incrementando el efecto erosivo de las aguas de escorrentía; los registros de Geo bosques-PNCB-MINAM, indican que sólo en el periodo 2008-2018 se perdieron 1.626.742 hectáreas de bosques, con lo que agravan la calidad de las aguas especialmente en las partes bajas de las cuencas.
Resulta importante pues socializar información científica en nuestros países, que atribuya la reducción de la calidad del agua, a causas naturales, además de las causas antrópicas que se tornan en transectoriales y multidisciplinarias del conocimiento humano.
La tarea de llevar la cultura del agua a los diferentes actores sociales, corresponde a diversos sectores del ejecutivo, utilizando diversos mecanismo como el de la asociación público-privada.

Hechos demostrados por el COVID-19

En Perú se acredita la afectación de los ecosistemas vinculados a la salud humana con el impacto generado por la presencia de enfermedades infecto contagiosas, como es en el caso de actual pandemia del COVID-19.
La lectura de los registros estadísticos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF), indican que una importante cantidad de defunciones se producen en la franja costera peruana, particularmente en Lima y Callao, en lugares donde los ecosistemas se encuentran afectados con externalidades diversas, una de ellas es la carencia de agua y deficiencias en la calidad del agua que llega al consumidor final en áreas donde no alcanza la cobertura del prestador de servicios de saneamiento.

Impacto de la falta de representación nacional

La crisis de la calidad del agua en Perú que se mantiene soslayada a través del tiempo por diversas administraciones de gobierno, constituye un efecto de una débil gobernanza y frágil democracia que pone a prueba la gobernabilidad del país.
De un lado se tienen fallas crónicas en la representación nacional, por lo cual el sistema democrático se defiende a través de la Ley N° 28094 - Ley de organizaciones políticas-, publicada el 01 de Noviembre del año 2003, de modo tal que se puedan fortalecer los partidos políticos que actualmente no representan a las grandes mayorías nacionales y desde los cuales se eligen a presidentes que en las últimas décadas fueron requeridos por la justicia. Asimismo, negocian la inmunidad parlamentaria para operar bajo el radar de las leyes, hecho que es registrado no solamente por los medios de comunicación masiva, si no que es percibido por la propia población que forma parte de movimientos políticos no partidarizados que se ven sin oportunidades ni acceso a participar en las elecciones democráticas, en donde todos los ciudadanos en igualdad de condiciones les asiste el derecho de elegir y ser elegidos.
Por otro lado, las incongruencias existentes en los procesos electorales que resultan en la elección de autoridades solamente con poder formal para el ejecutivo, se traslada a las diferentes carteras ministeriales que tienen que ver con el importante tema de la calidad del agua en territorio peruano, los cuales en la praxis capturan al organismo regulador, ralentizando su accionar. 
En este contexto, tanto el poder judicial como el ministerio público se ven con una actuación limitada y sesgada en el tema de aplicar el ordenamiento legal vigente frente a la crisis de la calidad del agua que está evidenciada en el tiempo. Es así que se sanciona con cárcel a los promotores de protestas contra proyectos mineros, que toman carreteras, entorpecen el normal funcionamiento de los servicios públicos, generan disturbios y amotinamientos, en tanto que no se aplica igual derecho frente a los responsables de afectar la salud de poblaciones enteras que se ven impactadas al consumir agua de calidad no apta para el consumo humano. 
A la evidencia científica se suman las declaratorias de parte del ejecutivo en diferentes cuencas y por sucesivas administraciones de gobierno de las últimas décadas referenciados a los Estados de emergencia por contaminación del agua para consumo humano directo publicadas en el diario oficial El Peruano. Profusa documentación conteniendo exhortaciones de la Defensoría del pueblo, informes de la contraloría general de la república, solicitaciones de organizaciones de Defensa Civil, ONGs , publicaciones hechas por medios de comunicación masivas tanto radiales, escritas y televisivas, forman parte de los hechos evidenciados que como expertos difundimos en este espacio y en diversos foros, incluyendo los académicos.
Sin perjuicio de las evidencias, el Estado empírico peruano continúa haciendo caso omiso a los altos riesgos que  incorpora a la cadena trófica vinculada a la salud de los ecosistemas y salud humana en general.

Recurrentes Estados de emergencia

Los cuellos de botella generados en el país relacionados con el recurso agua y establecidos por la dinámica impuesta por recurrentes situaciones de urgencia y emergencia, producen externalidades a la cuenca, distrito, provincia, departamento o región y al país respectivamente, lo cual resulta importante su valoración de cara al futuro. 
El pueblo peruano se encuentra a ochenta (80) días de elegir una nueva administración que iniciará funciones el próximo 28 de Julio del 2021, fecha en que celebra doscientos años de vida republicana, y por consiguiente resulta válida la pregunta de cómo es que pretenden dar solución a un problema de gestión nacional sobre la calidad del agua para diversos usos , que los últimos gobiernos sólo se limitaron a trasladar la solución del problema al siguiente gobierno en turno. La misma interrogante resulta pertinente hacerla a los candidatos para ocupar un curul como congresistas en el siguiente periodo legislativo del Congreso de la República.

El Dato

Seguidamente citaré parte de los decretos supremos que dan cuenta sobre los Estados de Emergencia por contaminación de agua para consumo humano antes mencionados:
►Reporte N°01-2019/SC/MCLCP de las localidades de Mórrope, Pacora y Otros -2019 en la Región Lambayeque. Cuya data se encuentra documentada en los hallazgos de los niveles de contaminación desde el año 2016, hasta el arribo de la Pandemia del COVID-19 al país ocurrido en Marzo del 2020. ( DSN°047-2018-PCM;DSN°066-2018-PCM;DSN°089-2018-PCM;DSN°106-2018-PCM;DSN°127-2018-PCM;DSN°033-2019-PCM;DSN°073-2019-PCM;DSN°096-2019-PCM).
►Estado de Emergencia por sesenta días  en diversos distritos y provincias del departamento de Puno que va desde el año 2019 a la actualidad, el último decreto supremo fue en fecha 1 de enero del 2021 dado por el gobierno nacional. (DSN°123-2019-PCM;DSN°153-2019-PCM; DSN°175-2019_PCM; DSN°204-2019-PCM;DSN°037-2020-PCM;DSN°081-2020-PCM;DSN°121-2020-PCM;DSN°147-2020- CM; DSN°208-2020-PCM).


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