Era una mañana luminosa. El sol brillaba sobre las aceras y jardines mojados, y se reflejaba en los centelleantes autos estacionados. El funcionario caminaba a toda prisa, mientras pasaba las páginas del manual de instrucciones con el ceño fruncido. Se detuvo un momento frente a la casa de estuco verde. Subió por el camino privado y entró en el patio trasero. El perro dormitaba dentro de su