Un siglo desde que te vi
sentado y natural junto al río,
y tal vez no recuerde bien
(ha pasado mucho tiempo)
si tocabas tu flauta de caña amarilla
o si la melodía procedía de tu carne,
pero te evoco mínimo,
transparente como el cauce
y liviano como el aire que respirabas.
El tiempo que ha pasado
y de ti, tres cosas:
tu sonido, un olor
y la memoria de tu vuelo.
This post first appeared on Pilo GarcÃa, Poemas, Prosas Y Anotaciones De Viaje, please read the originial post: here