Por ANGÉLICA QUIÑONEZ | TINTA BLANCA Imagino que existe una justificación psicoevolutiva detrás del arrepentimiento. Quizá en una era tribal surgió para que evitáramos las conductas que nos hacían daño a nosotros y a nuestro clan, pero ahora estamos considerablemente más solos y escrutados. Nuestros arrepentimientos nos acompañan en cada pequeñísimo detalle, como dedicar un libro o compartir un beso.
Related Articles
This post first appeared on (Casi) Literal | Cultura | Opinión | Arte | CrÃt, please read the originial post: here