Mientras todos lloran sobre tu cuerpo,
andaremos por las calles.
Probarás todo lo que gustas,
sonriendo.
Seguro las aves
volarán sobre nosotras.
Ellas silenciarán todos los lamentos,
todas las voces.
No te preocupes,
no taparán el sol.
Lo verás en las nubes
oscuras, llorándote.
Verás Rayos de nubes. Rayos de sol.
Pasearemos como flotando,
lejanas e inocentes.
Por la esquina de tus labios
resbalará un dulce refresco
en vez de saliva.
Las flores que nos rodean
poblarán jardines,
nos darán su perfume,
y crecerán tan libres
como tú alguna vez fuiste.
No verás tu vida Pasar ante ti,
porque te llevaré a pasar con ella,
en ella.
Vivirás todo lo que el tiempo ha conservado,
correrás con las hojas del otoño,
serás una criatura más
en este inmenso mundo.
Y cuando ya hayas recorrido cada rincón,
cuando por fin sientas el viento,
cuando las hojas y las plumas
hayan cubierto tu dolor;
levantarás tu rostro iluminado,
lleno a tope de vida,
y sonreirás.
Soltarás una carcajada.
Y yo te estaré mirando
con este par de ojos rojos,
con una galleta en la mano
y una flor blanca en la otra.
Pondré la galleta sobre tu pecho
y comeré la flor perfumada,
para llenarme de tu recuerdo
y poder oír la verdad.
© Luciana Rivera (Poema)
© Juan Calvo Díaz (Foto)