SINOPSIS:
Whitechapel, un tranquilo barrio londinense, empieza a darse a conocer por los misteriosos y brutales asesinatos que se suceden en él. Múltiples testigos creen haber visto a un espíritu maligno que reside en un lúgubre callejón. Él, en realidad, busca regresar a la vida. Aunque sea a través de la muerte.
Se rumorea que un libro nigromántico tiene la culpa.
Una novela sobrenatural, llena de suspense que llevará de la mano al lector hasta sus más profundas pesadillas.
Acepta el pacto, atraviesa el umbral… llega a la luz.
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En el callejón de Jack nos encontramos ante un thriller sobrenatural con una trama interesante donde se mezcla el thriller clásico con rituales demoníacos y que nos va a llevar a un Londres de niebla, crímenes y oscuridad en dos tiempos: 1997 y 2017. El protagonista, Jack, es un asesino psicópata metódico, muy aficionado a la casquería. En ocasiones me ha recordado a Jeffrey Dahmer por esa afición de guardar restos en la nevera... Nuestro Jack es un personaje peculiar, malvado, sarcástico, con una madre tóxica y dedicado además a las artes nigromantes para su objetivo principal: conseguir la vida eterna, lo que añade un plus a sus fechorías.
He recalcado antes el término Thriller Sobrenatural para destacar su esencia y no relacionarla con una novela de terror. Todos sus elementos están coordinados para un efecto en conjunto favorecedor a la trama policíaca, nigromántica y asesina del personaje principal, Jack Brooks, del que seguiremos sus andanzas a menudo con simpatía y a pesar de que no deja de ser un asesino implacable en pos de su objetivo final. La locura psicopática de Jack Brooks junto con la locura propia que es la seña de identidad de la nigromancia, constituyen la esencia de este thriller.
Aunque en ocasiones he encontrado el uso de algunos adjetivos o descripciones de escenas con lenguaje algo recargado, el autor hace uso de su habitual sentido del Humor e incluso momentos cómicos logrando aligerar las escenas más escabrosas de antes y después. Destaco la trama ligera y la facilidad para que el lector avance con ganas y deprisa a querer averiguar más. Destaco también, como punto de humor, el encontronazo de Jack con las nuevas tecnologías en 2017, que sacarán más de una sonrisa, o la relación con su "novia" Lucy.
Pero no olvidemos que, a pesar de algún toque de humor, estamos ante una mente perturbada y que las correrías de Jack nos van a tener ocupados, como mantienen al inspector Taylor, su contrapunto. El desenlace que nos plantea el autor es abierto, muy adecuado y consecuente con este tipo de historia, por lo que tendremos un final de lectura muy satisfactorio.
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