
El Carnaval Andino, es una celebración que tiene lugar desde el 18 de febrero al 1 de marzo, festividad que se vincula con la fertilidad de la tierra y la buena cosecha, ciclo agrícola que celebra el equinoccio de invierno, tiempo en el cual la tierra florece y se le agradece a la Pacha Mama por su generosidad.
Esta costumbre ancestral es retomada por los indígenas de Otavalo, haciendo ofrendas con agua de flores a los miembros de familia que en estas fechas retornan a su lugar de procedencia luego de emigrar al extranjero, llevando consigo a diversos puntos del planeta su cultura, en artesanía, música y folclor. Los Otavaleños son reconocidos mundialmente por su espíritu de comerciantes y aventureros, son fieles representantes de la cultura andina del Ecuador.

Y aquello se aprecia al mirar la compostura y la dignidad con la cual sobrellevan su atuendo y Sus Costumbres, ya que en tiempos anteriores, los pueblos indígenas eran tratados con desprecio por parte de los mestizos, acomplejándoles por sus costumbres y procedencia racial. Sin embargo las nuevas generaciones de Otavalos han adoptado una postura de enriquecimiento y orgullo por su pueblo, aprendiendo de sus viajes y las relaciones que mantienen con nuevas culturas y lenguas.

También se puede apreciar entre los jóvenes los modismos ajenos a su cultura que han adoptado, como en la vestimenta y en las preferencias musicales. Los mayores miran con preocupación esta actitud al pensar que las costumbres indígenas se debilitan, sin embargo los jóvenes miran en este cambio un acto positivo a la relación y el entendimiento que sostienen con el mundo, evidenciando su condición de viajeros.

Dentro de las festividades del Pawkar Raymi, que involucra eventos culturales, gastronómicos y deportivos, sobresale el Torneo futbolístico que es organizado por miembros de la comunidad. El torneo se lleva a cabo desde hace 13 años, con Equipos que representan a los países donde viven y radican miembros de la comunidad en el exterior. Los equipos están conformados por familiares y amigos, que llegan del exterior en estas épocas, el motivo es el reencuentro y la unificación del pueblo indígena.
En total hay 18 equipos, que con el transcurso de los años han convocado a cinco provincias, incluso este año jugó un equipo representando a los artesanos peruanos radicados en el país. Lo curioso de este evento es que los equipos juegan por una replica de la copa FIFA del mundial de fútbol.
Los equipos son conformados a lo largo de todo el año, como es el caso del equipo “family”. Jaime Yacelga es profesor de Ohio State University, donde dicta clases de cultura andina y kichwa. Su historia empieza en los años 70 cuando viajó por primera vez a los EUA como músico, dando conciertos en universidades y anfiteatros. Un día se le presentó la oportunidad de ser profesor universitario, estableciendo su residencia en ese país junto con su familia, desde aquella época cada año regresa en diciembre para festejar con sus familiares el Pawkar Raymi y mantenerse en contacto con su cultura y ancestros.
A diferencia de los otros años, decidió organizar un equipo de fútbol propio para participar en el torneo. El nombre del equipo resalta la unidad y los lazos de familia que son los valores y el motivo por el cual se organiza este evento.
Jaime Yacelga invirtió en los uniformes y en los gastos de alimentación y utilería que necesitaría la escuadra para hacer frente al resto de selecciones que se preparan con el mismo ahínco para este torneo.
Con el tiempo el nivel técnico del campeonato ha evolucionado, al igual que el reglamento, que permite el refuerzo de tres mestizos o afroecuatorianos por selección. Es común ver que en los refuerzos de los equipos estén contratados jugadores de primera categoría del fútbol ecuatoriano. Incluso este año para la final del torneo se contrato a un arbitro autorizado y miembro de la FIFA que en años anteriores pitó un encuentro de la copa del mundo.
En los graderíos se escucha a las barras haciendo fuerza por el equipo de Barcelona de España, Necaxa de México, MetroStars de EUA, que lucen el uniforme original y son dignos representantes de sus estrellas y países donde residen. El ganador del torneo se lleva consigo la replica de la copa FIFA, un estimulo económico, dos toros y la alegría de haber convivido con sus familiares esta temporada de carnaval en su tierra añorada.