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La historia de un perro quebrado

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Dedicado a la Maga habanera.

Salí a pasear un domingo, con mi hija de cuatro años, al parque. Día de sol, de una congestión humana que se desahoga en la misma ciudad que el lunes les acoge con cara de humo y conductores malgeniados. percibo que la mirada de Leticia, se detiene en la ruta del ciclo paseo, entre las piernas de atletas y ruedas de bicicleta, un perro en sus dos patas, arrastra un vehiculo adaptado a su maniobralidad.

Un vista cruda, una mirada tierna a la vida. Muchos miraban, con actitud de sorpresa, de rareza, un perro desvalido columna para abajo, con un pañal ridículo pero útil, que se sujeta a dos piernas muertas, dándole una apariencia siniestra, unos ojos azules, de raza tropezada. Se sabe observado, quizás se asocie mas con una bicicleta que con un perro de mascota.

Camina sin importar orden, de modo rebelde, atropella trotadores, provoca rápidos giros de manubrio a los ciclistas, los patinadores, se van un tramo patinando de espaldas, observando, pensando quizás, que la vida en realidad, depende mucho de la ayuda que te prestan, de la estima con la que sonríes, por querer vivir.

Otras quizás se dirán que es mucho lío y responsabilidad un perro con ese aspecto, esa cambiadera de pañal, esa retorcedura de mal aspecto. Una hiena de feo. Y claro, cualquier ladrón, de un patazo lo desbarata. u otro perro , de esos que odian y ladran a lo distinto, al olerle lo denomina inservible y vulnerable. Miraba acercarse dos pitbull, y su respectivo dueño infrenable, pedaleando su bicicleta, de apariencia intimidante. Sin embargo el tipo con algo de dificultad reacciona, ante la presencia de un perro parapléjico, apenas puede desviar la ruta de sus animales, y evitar un choque de ruedas. Los perros pasan gruñendo, torpes en el repentino giro, les despide una mirada hielo azulada. Que de cierto modo, disfruta de esa rebeldía que le brindan las ruedas, aunque reconoce su talón de Aquiles. La boca aguanta el cuerpo.

Me dio interés conocer a la persona detrás de ese cuidado. Por ese clamor de bondad. Por la desinteresada compañía, que apoyo y le dio a un perro una oportunidad. ¿Porque aproximarse a ese sacrificio? ¿Arrimarse al árbol torcido?. Muchos lo hacen me digo, personas obsoletas físicamente, que aportan a la vida y al amor, enseguida pienso en aquel genio del software y la computación. Una mente y el universo.

Imagino, la posición que asume una persona, al responsabilizarse, de una situación comprometedora, dicen lenguas pueblerinas, que los comedidos salen mal parados. Y es verdad, aquella frase, pulida con tantos actos bondadosos que se escuchan. Que se es testigo. Donde la ayuda ajena, siempre es mal interpretada. En este mundo, cada vez mas cruel, menos sensible, con uno, con el prójimo, no se diga por algún animal polar que se derrite por la vanidad del consumo, o tan solo detenerse por un perro, roto mal parido, que se lamenta.

Reflexiono mucho este aspecto, la condición anímica, la facultad humana de no sentirse mas, conmovido, por la desgracia ajena, la única emoción o sobre salto es un ahogado grito de gol, tan corto como el orgasmo, en alguna cancha de las tantas, donde se aglomera la multitud agobiada de cotidianidad. Hace apenas unos meses atrás, la multitud y los diarios, se exaltaba indignada, mataban a un pelado, de apenas 18 años con varias cuchilladas y premeditación, soltando bloques de cemento en su cabeza en revancha por un partido de futbol. A su vez, recuerdo, haber visto, un sujeto en carrera, un salto y dos pies juntos caer sobre una cabeza, me impresione con una nariz y el pavimento, actos violentos, que se presencian al pasar, en un estante de periódicos, que imprime MUERTE, cruel, real, de la cotidianidad de nuestros días, desde nuestros ancestros. Somos, también sangre violentada como raza.

Proliferan ahora las bandas, los matones, los peludos, los rapados, los medias tintas, que agreden, en furia, en odio, sin razón, como aquel bastardo, que rompió la columna a un cachorro de días, de un solo patazo, abandonándole quebrado en sus gemidos, fue cuando Nelly, lo encontró entre la basura y la pena, pensando que tan solo era un perro con HAMBRE, lo levanto; una cruz, “una llave de fe”.


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LA HISTORIA DE SPIKE

* (EL TEXTO A CONTINUACION ES UNA COLABORACION ESCRITA DE NELLY LEMA)


Llamado también “Llave de fe”. Spike es una mascota muy especial, y no lo digo por su incapacidad física sino porque es un perrito que se las ingenia para alcanzar lo que quiere, y eso me alienta cuando tengo que atravezar obstáculos.

Recuerdo que fue un día miércoles hace 5 años, un día típico de invierno en la cuidad de Quito, cuando me dirigía como hacia usualmente todo los días en la tarde, con dirección a la empresa Metrocel de donde retiraría la mercadería de mi negocio. Cuando de pronto, al bajarme del bus, encontré a los señores del Municipio realizando su labor cotidiana de recoger la basura en la esquina de la calle, en medio del ruido de palas y escobas se oía un lamento; cuando miré, para mi sorpresa, en una esquina de la basura, un lindo cachorrito de preciosos ojos azules… estaba sentado con sus ojos muy abiertos sumamente asustado y temblando. Lo mire con dulzura y me acerque para acariciarle. En ello me dirijí a uno de los señores allí presentes,
¿de quien es esta mascota?.


El señor me miró y dijo con cierta tristeza: " desde la mañana lo he visto sentado a lado de la basura, al parecer nadie viene a recogerlo". Fue así como él me dijo que si quería podía llevármelo. Yo por supuesto ni corta ni peresoza, dije que sí, acto seguido, recogí a mi pequeño amigo el cual estaba muy cochinito. Como describirles en ese momento su hermosa apariencia: su lindo pelaje como de pastor alemán tan suave como algodón. Sus lindos ojos azules intensos contrastaba en su carrita de pelaje negro. Finalmente su atuendo concluía con un hermoso laso color rojo que daba la apariencia que era como un regalo. Vaya que regalo dirán ustedes cuando sepan su historia, pues ningún humano regalaría a alguien un perro de apariencia hermosa pero con un defecto (no podía caminar), en un lugar como ese con semejante envoltura...,

Me acerque a recogerlo y me di cuenta que estaba cochinito. así que no dude en sacarme la bufanda, y darle nueva envoltura a mi regalo a fin de tomar el bus sin que nadie se diera cuenta.
Llegué a la oficina (que era mi casa también) toda emocionada por mi hallazgo, coloque en la sala al pequeño cachorro para que mis amigos lo observaran; pero el animalito seguía temblando y permanecía inmóvil. Por alguna razón no dejaba de lamentarse, y pues yo no sabía que hacer. Así que tome un poco de atún pues supuse que tendría hambre, y él desesperado se acercó a comer, pero al momento vomitó todo. No supe que más hacer con mi mascota, al cual luego pusimos por nombre Spike. Trate en la tarde de animarlo, como era tan pequeñito, lo puse en mi pecho, y se durmió sin mayor problema. En la noche le di un poco de comida, pero nuevamente vomitó, entonces supe que algo malo pasaba con él. En la noche se lamentaba, y pensé que no alcanzaría el día. Esa noche tuvimos un torrencial aguacero, que yo pensé : Creo que al menos salve a Spike de morir en medio de la tormenta”.

Apenas amaneció tome a Spike y me dirigí en bus con rumbo a Santa Clara, pues había observado algunas veces al pasar por ahi, que había un veterinario, así que fui a buscarlo. Cuando llegue a ese lugar, le explique al Dr. lo que pasaba con Spike. El al tomarlo con cierto aire indiferente, tomó una pinza y presionó en las patitas del animalito sin el menor cuidado. Se dirigió a mi y dijo: "Señorita, este cachorro tiene un serio daño en su columna, por lo cual no tiene sensibilidad en sus patas, asi que nunca podrá caminar, a mas de eso, está lleno de bichos por la diarrea que tiene. Con el mismo aire de indiferencia ante el enfermo dió su veredicto: lo mejor será adormecerlo (como ellos gentilmente llaman el matar un animal).

Al explicarme el cuadro trágico del futuro de Spike, me convencí que lo mejor era “dormirle”. me dijo que valía 10 dólares la vacuna para solucionar ese "pequeño problema". Accedí hacerlo como quien realiza un acto de bondad digno de aplauso decidiendo sobre el final de una vida; el Dr. colocó a Spike en su gran mesa metálica, y procedió a ir a su cuarto en busca de la "solución". Doy gracias a Dios por ese tiempo que se tomó; porque fue ahí cuando Spike al estar sentado con su espalda hacia mi, volteó suavemente su carita, y con su mirada tierna como de súplica me dio un mensaje como diciendo: “no tienes derecho a matarme”. Fue ese el mensaje que llegó a mi mente al mirar esos tiernos ojos azulados, y en ese momento estalle en llanto.. Antes que llegara el Dr. corrí a la mesa y tome a Spike, le abracé y salí. Le dije al Dr. que no podía hacerlo. agradecí sus servicios y me fui.

Durante el trayecto, mientras caminaba, en medio de mi llanto percibía palabras de Dios que hablaban a mi corazón. Dios usó la vida de ese animalito para hacerme saber cuanto me amaba. Por ese mismo tiempo, mi vida personal se había desmoronado como cuando viene el agua y arrastra sin compasión una casa construida sobre la arena. Una relación sentimental afectó tanto mi vida que a pesar del apoyo de mis amigos, no podía recuperarme. Creía firmemente en Dios, pero esa relación afectó mucho mi vida personal así como mi fe, y no podía creer que había caído tan bajo… Me sentía tan culpable como para levantar mis ojos nuevamente a ese Dios maravilloso que nunca me había desamparado; que me había aconsejado y que me había advertido que esa relación no tenía futuro. Pero en mi autosuficiencia, confiando en mi buen criterio, deje un lado el consejo sabio y decidí establecer esa relación. Esta situación afectó tanto mi vida, a tal punto que no quería vivir, no existía ninguna motivación para seguir viviendo y no me importaba nada. Ese tiempo caminaba sin rumbo, creo con certeza que por la gracia de Dios no me haya atropellado un carro, pues no tenía mi mente en este mundo.... Y fue ahí, en ese minuto, en ese tiempo exacto, cuando se estableció un dialogo entre Dios y yo. Mientras sostenía a Spike; un perro que no tenía futuro, un perro al cual nadie quería pues no podría correr ni cuidar nada; un perro que sería un peso en vez de una ayuda, por medio del cual Dios me indicaba: "Observa a ese animalito; él no puede caminar porque un ser humano lo hirió y lo dejó inválido, pero mira, observa, él tiene vida, y pese a ello, mírale detenidamente, él siente, él percibe, y lo más importante es que le he dado una cierta gracia, que si le das la oportunidad de vivir, el puede traerte felicidad. De igual manera yo no te juzgo como las personas, porque yo no soy humano, y por más que hayas hecho algo malo, no por eso dejo de amarte, no por eso has dejado de ser mi hija, y no por eso te quitaría la vida. Tienes nuevas oportunidades pues yo ya te he perdonado".... No tienen idea lo que en ese trayecto sucedió en mi vida, volvió ese anhelo de vivir, y ese saber que Dios tiene mejores planes para mi vida, llegaron tan profundo y claro a mi corazón, que en ese momento las lágrimas ya no eran de tristeza sino de felicidad. Que hermoso fue ese día cuando me sentí libre nuevamente y pude experimentar la mano de Dios levantándome nuevamente. "Dios es un Dios de oportunidades".

Quizá muchos piensen en este momento que esto es una historia religiosa o algo así, pero para quienes creemos con certeza que Dios existe y que es real, y que nos ama, sabemos que él nunca dejará de buscarnos pese a lo que podamos hacer.

Continuando con la historia de mi mascota Spike, ese día busque en la guía telefónica otras posibilidades en diferentes veterinarias, explicando a todos mas o menos la situación de Spike; Todos me decían que no hay nada que hacer sino que debía sacrificarlo. Fueron algunas llamadas con las mismas respuestas, hasta que cansada de buscar y con una pequeña esperanza, marque finalmente el último número, encontré al doctor Granda de Veterinaria Argos, me dijo que podía haber alguna posibilidad antes de llegar al punto de adormecerlo, pero que debía examinarlo. Lo lleve corriendo con una esperanza en mente. Cuando llegué el doctor muy amable tomó a Spike, y al mirarlo, dijo que tenía que examinarlo para ver que tan grave es el daño. Se tomó un buen tiempo; cuando salió me dio su diagnóstico: "Spike no puede caminar, tiene un severo golpe en su columna que le impide mover sus patas, habría que hospitalizarlo para que entre en una etapa de desinflamación hasta ver si hay una posibilidad de mejora. Así que tuve que dejar a Spike por una semana en la clínica. Iba todas las tardes a visitarlo, y cuando me sentía llegar, comenzaba a llorar; así que todos los días que llegaba, tomaba una bufanda y lo pasaba debajo de su barriguita, y lo hacía caminar, eso le traía alegría porque le gustaba ver que hay mas halla del pasillo.


(foto archivo personal de Nelly Lema)

A los dos días el doctor dijo que ya movía la cola, y que era un buen síntoma. Así que lo deje más tiempo, lo trataron de los bichos, pues sus intestinos estaban perforados. Así que comenzó un tratamiento, a la semana se le tomó radiografías para ver el estado de su columna y fue cuando el doctor indicó que el daño era severo y que si lo operaba, el riesgo era alto y la probabilidad de vivir muy remota. Debía tomar una decisión, así que dije que no. El doctor me explicó lo difícil que seria criar a Spike en esas condiciones, que él tendría que arrastrarse y se lastimaría, que se irritaría su piel y que no podría cuidarlo. Se que con mucho cariño me daba el consejo para evitar el sufrimiento de los dos, pero para mi Spike ya era parte de mi vida. Una y otra vez me aconsejaba que lo piense, pero como vio que tomé ya la decisión, me dijo que lo llevara por una semana para ver si lo podía cuidar. Para que contar todo el trajín que pase, el primer día fue fatal, me coloque una funda plástica grande para protegerme, guantes, etc, etc., fui al baño para tratar de colocarle la crema en la colita porque estaba irritado debido a la diarrea; pero no pude. Me sentí decepcionada de mi mismo que me puse a llorar-abracé a mi perrito pensando que el doctor tenía razón. Al día siguiente no se que pasó pero tome con tal decisión a Spike y pude atenderlo, me sentí realizada… Cuando llegaba la noche tomaba a Spike y lo ponía en mi pecho y allí se dormía. Cuando se acaloraba lo ponía a lado del teclado mientras seguía trabajando en el computador. No entiendo que Spike haya sido un cachorro tan pequeño que pudo caber en el escritorio.


(foto archivo personal de Nelly Lema)

Esa fue la rutina de vida entre Spike y yo en las horas del día, llegado la noche lo dormía en mi cama, y poco a poco fue creciendo, y se acostumbró a ir en el carro. Al principio, no sabía como hacerlo caminar, sentía mucha tristeza verlo arrastrarse, pero se fue adaptando pues la casa era con alfombra y no se lastimaba. Debía encontrar algunas alternativas para hacer placentera su vida. Para solucionar el asunto del movimiento, pensé en un caballo cuando hala una carreta, entonces tomé una caja y dos CD´s, forme una especie de carreta, y lo sujete a su cadera, ¿pero que creen?: al no tener movilidad en la parte inferior se caía, entonces supe que esa no era la alternativa correcta, y seguía buscando formas de resolver ese problema. Otra cosa que debía resolver es su orina. Como no podía sentir, no se daba cuenta cuando orinaba, así que tuve que ingeniármelas y adaptarle los pañales normales de bebe para ponerlos a Spike. Les hice un agujero atrás para que salga la colita, y para que se sujeten a su cuerpo, le hice una especie de tirantes como cuando las mamás ponen a los niños los tirantes para que sujeten los pantalones, eso hice con los pañales, y les cuento que los más pequeños le llegaba al pecho. En fin esos fueron los primeros días de vida de mi perrito Spike.

Busque las formas de hacerlo caminar, en Internet encontré opciones de coches que servirían para adaptarlo para él. Su primera silla le causo tal impresión que no quería caminar y temblaba. Parecía como ese perrito de la serie Jimmy Neutro-lleno de alambres. Al observar esa situación se me ocurrió ponerle delante una salchicha, fue así como caminó, y se dio cuenta que eso le ayudaba a desplazarse. Ese día nos divertimos mucho porque ya no necesitaba la bufanda para hacerlo caminar, el se sentía que podía hacerlo solo, y comenzó a reconocer toda la casa, fue un lindo día para los dos.

Su primera silla le sirvió por un tiempo, pues luego ya no entraba, y el mismo muchacho que fabricó su primera silla, me sugirió hacerla una nueva pero con guías para que cambien de altura conforme el crecía. Spike se adoptó muy bien a la silla de ruedas, él sabe que es su herramienta para caminar, y cuando lo llevo al parque a pasear, él corre como cualquier otro perro, lo que no puede es saltar. Spike es una mascota muy alegre y muy mimada, mis amigos lo quieren mucho, y que decir en la oficina. Yo digo en broma a mis empleados que Spike es el único trabajador del planeta tierra que sale feliz cuando tiene que trabajar (su trabajo consiste en acompañarme hacer las gestiones de la oficina, es así como se gana la vida). Para mi Spike no es una mascota, es como un niño que merece ser cuidado. La única tristeza que me da es cuando ve otros perritos en su paseo por el parque; él sale corriendo para jugar pero como tiene un aspecto grande, los otros piensan que los va a morder y se asustan. He visto que la raza pequines no le tiene mucho miedo a él y los labradores. Spike piensa que los otros perros no le van a morder y él quiere solo jugar. Como les dije es muy juguetón y algo presumido, a Spike nunca le verán con la cabeza hacia el suelo, él tiene una buena autoestima, siempre va con su cabeza en alto, y en expectativa de encontrar algo nuevo. Le encanta salir en el carro, y sacar su cabeza por la ventana para que le acaricie el viento. Cuando sube al carro, ocupa todo el asiento de atrás, así que por broma siempre digo a mis amigos que tengo opción de llevar solamente a una persona en mi carro.

Como verán en las fotos, su aspecto es hermoso, cuando lo ven en la ventana todo el mundo lo elogia por la apariencia que tiene, su porte es muy elegante y su mirada imponente. Es una rara mezcla de pastor alemán y Husky siberiano. Tiene un pelaje muy suave del color típico de un pastor alemán, pero sus ojos son azules.

Usualmente vamos al parque, y allí la gente que cuida los carros en el parqueadero ya le conocen, y le tienen mucho aprecio, porque es manso y se deja acariciar sobre todo por los niños, es muy mimoso. Ah, pero tiene uno que otro gusto, a Spike le encanta el helado y los chicles de bola en envoltura. Durante el día, pasa conmigo en la oficina, debajo del escritorio, y sabe que a cierta hora salimos a hacer gestiones y está pendiente de ello. Así que se acerca a mí para estar con la pata diciéndome que salgamos. Siempre va conmigo a todo lado, somos algo así como super amigos.

En casa, cuando se moviliza, yo le digo siempre: “Spike, levante las patitas”, y él sabe que debe levantar las patitas de atrás, y se sostiene solo con las dos de adelante las cuales les tiene muy fuertes para desplazarse, es todo un malabarista a la hora de moverse en casa.

Talvez algunos piensen que es egoísta tenerlo en esa condición, pero creo que para mi ha sido más desafiante criarlo, porque demanda de más cuidado que una mascota normal, debes tener más amor y sobre todo compromiso como para criar a una mascota con alguna deficiencia. Normalmente nosotros buscamos una mascota que nos sea ayuda, que no nos cause molestia, pero nunca buscamos una mascota para “hacerla feliz” sino que siempre buscamos primero nuestro beneficio. Es como yo digo: Una madre cuando tiene su hijo y ve que nació paralítico, no por ello deja de quererlo y piensa en matarlo porque no le ve futuro, de la misma manera sucede con Spike, él no tenía mucho futuro en el mundo normal, pero le di la oportunidad para que viva y él es feliz.

No se cuando él deje de existir y es una pregunta que a veces prefiero no planteármela, solo espero que Dios no me lo quite de una manera muy triste. Se que cuando él se vaya será en el tiempo de Dios. Yo se que Dios me lo dio y Dios me lo quitara cuando sea el tiempo exacto de saltar a una nueva fase, mientras tanto “Llave de fe” seguirá siendo mi compañero de trabajo, mi aliado en mis expediciones, mi amigo fiel, pero sobre todo, el que me recuerda que Dios siempre esta pendiente de mi camino en esta tierra.

Para concluir quiero darle gracias a Dios por las formas increíbles que él usa para comunicarse con nosotros y mostrarnos su amor, No importa lo que hayamos hecho, cuando nos acercamos a él, él siempre tendrá sus manos extendidas para tomarnos, abrazarnos, levantarnos y enseñarnos a caminar nuevamente.

Con mucho cariño para aquellos que pueden haber perdido la esperanza de vivir por cualquier circunstancia, quiero que sepan que Dios los ama, y que existen nuevas oportunidades que pueden cambiar nuestras vidas.

Nelly y Spike




Información de Interés


Fundación Protección Animal Ecuador

CLINICA VETERINARIA Y CENTRO DE ADOPCION
www.pae.ec / [email protected]
(532-2) 3319522 / 331777 /289 7941
Ulloa 34 – 85 y Rumipampa



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