Capítulo tresmilésimo octingentésimo octogésimo tercero: “Todos necesitamos de horas vacías en nuestras vidas, o no tendremos tiempo para crear o soñar". (Robert Coles, 1929, psiquiatra estadounidense)".

Resulta que la "culpa" de que tres de cada cuatro estadounidenses estén circuncidados la tiene el señor que inventó los Cereales.

En el siglo XIX, cuando la circuncisión era algo solo judío y minoritario, los médicos pensaban que la masturbación, ese ritual de amor a uno mismo que todos aprendemos y vamos consolidando con el tiempo, era el responsable de causar locura, ceguera, impotencia, epilepsia y un largo etcétera.

Y como para todo hay iluminados salvadores, el doctor John Harvey Kellogg, impulsor de la cruzada contra la "epidemia" de la masturbación (además de rico y aburrido) promovió dos remedios infalibles. Por un lado la circuncisión deserie, que debía de ser realizada sin anestesia ya que "el dolor de la operación tendrá un efecto saludable para la mente, especialmente si está asociado a la idea de un castigo". Y por otra -arrimando el ascua a su sardina-, promocionando alimentos alejados del "pecado". Kellogs creía que uno se excitaba comiendo alimentos con sabores fuertes, como lo picante; y creía que se podía prevenir la "tentación" con una dieta de sabores neutros... como los cereales.

Y mientras, por aquí, con el prepucio, el pucio y el postpucio intacto y hartándonos a galletasmaria y sobaosmartinez rebosantes de aceite de palma. Luego que somos una panda de degenerados y que si pecamos. Normal.

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... calorías vacías.