Tras el descubrimiento de Pompeya en 1748 y Herculano diez años ante en 1738, las excavaciones arqueológicas realizadas en las dos ciudades romanas destruidas por la explosión del Vesubio, el 24 de agosto del 79 d.C.,  tendrá el efecto de volver a poner el mundo Greco-Romano en el centro de la vida cultural. 

 

El arqueólogo e historiador de arte alemán Johann Winckelmann, en 1755, escribió Gedanken über die Nachahmung der griechischen Werke in der Malerei und Bildhauerkunst (Reflexiones sobre la imitación de las obras griegas en la pintura y la escultura), una apología de las artes grecorromanas que tendría un éxito arrollador. Aunque su obra maestra será Geschichte der Kunst des Altertums (Historia del arte de la Antigüedad) publicada en 1764, con fecha de 1763.

 

Musée du Louvre
 

Tras haber visitado Pompeya y leer la obra de Winckelmann, David, pintor oficial del Consulado y del Imperio, glorificará el desnudo masculino a la más pura influencia clásica. En su famoso cuadro Les Sabines (Musée du Louvre), que representa un tema de la Antigüedad narrado tanto por Tito Livio, Plutarco, Virgilio y Ovidio, sólo las mujeres aparecen vestidas. Todos los cuerpos de efebos muestran una espléndida y heroica desnudez. 

 

Musée du Louvre
 

Asimismo, en Léonidas aux Thermopylae, vemos a los espartanos enfrentándose a los persas pero de dónde sacó David de que los guerreros antiguos peleaban completamente desnudos. En ese momento, esta recurrencia de la desnudez en las pinturas del pintor, autor de la Coronación de Napoleón, conmocionó a sus contemporáneos. David se defiende invocando la obra de Winckelmann. 

 

Musée Calvet, Avignon
 

No obstante, cómo podemos interpretar, La Mort du Jeune Bara, Musée Calvet, Aviñón. Nada en realidad justifica la desnudez, la ambigüedad, ni la pose erótica de abandono del joven martir de la guerra de Vendée en 1784.