Aunque la Escuela es un lugar para aprender, muchas veces la presión de las Calificaciones puede provocar un efecto negativo en los estudiantes.

Seguro conociste a alguna persona que se mataba por sacar Buenas Calificaciones, y que vivía estresada por cumplir con todo para sacar ese 10 tan deseado.

Peeero, en la vida fuera de la escuela, las buenas calificaciones no te aseguran nada.

Y quizá es por eso que los estudiantes con calificaciones más bajas están tomando el mundo.

Actualmente, hay una cantidad impresionante de emprendedores que no permitieron que sus calificaciones marcaran su camino.

Las historias de Steve Jobs, Mark Zuckerberg o Bill Gates no son desconocidas. Ninguno de ellos terminó la escuela (por lo menos no en su momento), pero todos consiguieron ser exitosos.

Conforme te haces parte del mundo del trabajo, las calificaciones se vuelven irrelevantes en la vida diaria. Definitivamente, una calificación no te define para el resto de tu vida.

Sacar 10 en la escuela va a depender de tu capacidad para operar en ese sistema de medición de logros académicos, pero no es seguro que te funcione como preparación para el mundo real.

Lo que abona al éxito es la pasión, la perseverancia, la inteligencia emocional y la habilidad de entender y valorar el fracaso.

Sí, es real, uno aprende mucho más de sus errores.

Además, será tu carácter, las experiencias que vivas y las conexiones que formes –no tus calificaciones–, las que determinen tu camino en la vida.

Así que si acabas de terminar la escuela y no te graduaste con honores, ni la sufras.