Desde la mañana a la choca
del pitillo del almuerzo
hasta el hastío
dale a la llana y platacho
dale a la llana y platacho
albañil de la angustia
pega uno tras otro
tus ladrillos
acomoda esas frustraciones
una a una como quejas sordas
más tercas que el fierro
o que el olvido
más largas
que esperanza de pobre
pónele duro albañil
y Pega Otro ladrillo
La plata lejana se ríe
de la guerra
de grietas en tus manos,
esa que llevan impreso
color del cemento mismo
las penas sólo te dejan
una quebrazón de recuerdo
como cuando la paz se desfonda
y se hace injuria y perjuicio
Pero así y todo las penas
también tendrán que terminarse
como se termina el pan
como los años o el vino
y mientras Tanto aguanta
escupe lejos
traga amargo
y pega otro ladrillo
Pega albañil
recuerda
por cada postura una pena
en cada hilada un fastidio.
Levanta albañil un muro
que sea de todo el alto
de tu afán
aplomado y preciso
ese que define el dentro y el afuera
que tiene todo el ancho
del silencio
y el color del corazón mismo
Destila entre dientes
el hilo de una canción
ningunea implacable al ayudante
tírale una talla al amigo
a ver si así se disuelve
todo el dolor
de ser tu mismo
y dale con todo al muro
dónde -si no- puede caber
tanto, tanto desengaño
tanto hueso y cuero
de tanto sueño perdido
pónele duro albañil
tensa y derecha la lienza
dale con todo
y pega otro ladrillo
