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El idiota

El es un perfecto Idiota, y cuando digo idiota no estoy usando ninguna figura retórica: es un idiota.

Un idiota de los que no llaman la atención por la calle, de los que puedes llevar de visita a casa de los amigos y no te van a dejar mal delante de ellos. No es el idiota que habla sin que se le entienda, ni que tiene que limpiarse las babas continuamente, ni de los que hurga en su nariz esté donde esté. Podríamos resumir: es un idiota educado.

¿Por qué digo entonces que es un idiota? Lo mas útil para entendernos es acudir al diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Primera acepción: que padece de idiocia. Como no entiendo la palabra idiocia he de volver a buscar; idiocia: Trastorno caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales, congénitas o adquiridas en las primeras edades de la vida. Quizás lo he juzgado demasiado severamente.

Segunda acepción: Engreído sin fundamento para ello. Tampoco me encaja. No es engreído. No, no lo es. Su idiotez es de otro estilo.

Las otras tres acepciones mejor ni citarlas. “Pensaba que el diccionario de la RAE sería mas completito”.

En cualquier caso lo que no admite duda es que es idiota, un Perfecto Idiota. No sé que hace casado con Elisabet.

Elisabet es licenciada cum laude en lengua y literatura española. Se había doctorado brillantemente en lexicologia comparada entre Unamuno y de Azorín; había sacado las oposiciones al cuerpo de catedráticos de instituto con un nueve coma ochenta y siete; y ahora compartía las clases de Literatura Castellana en un instituto del Prat de Llobregat, con una colaboración con la cátedra de Hispánicas del Blecua en la Universidad de Barcelona donde estaba desarrollando su estudio de lexicologia comparada entre Murakami y Azorín (algunos profesores de la Universidad, celosos de ella, la tachaban de oportunista por aprovecharse del éxito comercial del japonés). Frecuentaba la filmo, era una experta en cine expresionista alemán, neorrealismo italiano y cinematografías del Africa negra. Estaba escribiendo un libro de astrología sobre la relación entre Lilith, la luna negra, y la componente marciana de Judy Garland. Además Elisabet estaba buenísima.

El idiota, por su parte, no había acabado ni el bachillerato; había hecho FP administrativo (el decía ADE que queda como mas chulo y misterioso, pero en realidad era un puto administrativo), después de haber intentado FP de Chapa y Pintura y FP de Diseño Gráfico.

Los conocí un día que coincidimos en un bar y estuvimos formando un extraño trio durante un par de años. Salía con ellos porque Elisabet era una magnifica conversadora y porque él no molestaba demasiado. Lo que me jodía de las salidas era cuando me pedían que condujese yo el coche, para ellos pegarse el lote en el asiento de atrás. Es lo único que nunca le he perdonado a Elisabet.

El día que lo tuve mas a tiro fue en las duchas del gimnasio (ya sé: es un tema muy manido) avanzada la noche, solos los dos, desnudos. Él con un bronceado como para quitar el hipo, con el cuerpo cubierto de gotas de agua deslizándose por su piel lentamente, con su ondulada melena cayéndole salvajemente por la cara, con sus hermosos músculos moldeándole el cuerpo, y su maravillosa polla. Le metí mano directamente al paquete sin mediar palabra y él me respondió con una hostia que me tiró de espaldas al suelo.

Desde entonces no los he visto mas. Se que él sigue casado con Elisabet y sigo sin entender porque ella sigue viviendo con semejante idiota.



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