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Maladian - Cuento




La carpa estaba llena, los asientos resistían el peso de la multitud apretujaba e incluso algunos observan en pie el espectáculo. El presentador correteaba de un lado a otro para hacer el anuncio de un nuevo Acto. Todos los que aguardaban ser anunciados parecían enfocados, pero tranquilos,  estiraban su cuerpo, se ataban algunas vendas, se atizaban las manos o arreglaban su maquillaje.  Bueno, todos a excepción de John, que no estaba enfocado ni mucho menos tranquilo, su frente se escondía bajo una delgada capa de sudor, al igual que sus manos temblorosas. Parecía estar haciendo un enorme esfuerzo al aguardar sentado con sus piernas cruzadas, el cuerpo tenso y la boca balbuceante.

-            -      No es conveniente que el público te vea nervioso - , dijo una de las bailarinas que volvía exhausta a tras bambalinas -  tu acto depende de tu confianza.

John mantuvo su mirada al frente y tragó saliva despacio.

-             -     Escucha, todo te va a salir bien, si el conejo no sale del sombrero puedes decirles… ¡que lo desapareciste!

La mujer intentaba ayudar, y sacarle aunque fuese una pequeña sonrisa, pero John estaba lo suficientemente ido como para no apreciar sus intentos.

-                  -         Mis trucos están perfectamente.

La mujer borró su amable sonrisa y se fue pisando fuerte y con la quijada arriba. John alzó la vista para verla marcharse, ella se detuvo y volteó a verlo nuevamente.

      -     ¿Te gustó hoy mi acto?
      -     No, la verdad vi algo menos de la mitad, fue aburrido.
      -     Siempre dices la misma cosa.
      -     Siempre bailas de la misma manera, es la verdad.

La bailarina suspiró enojada, cansada por los comentarios de John. El presentador interrumpió asomando su cabeza.

      -     ¿Listo Maladian?
      -     ¿Disculpe?
     -      Oh, ¿no te lo dije? , disculpa amigo pero no puedo presentarte como John, créeme, te hago un favor. ¿Estás listo?
      -      En realidad no.

El presentador intentando ignorar el comentario de John y la risa burlona de la bailarina que observaba la escena, dijo enérgico:

-                   -          ¡Hora del show!

Y saltó adentro del escenario de nuevo. “Maladian” se puso de pie, aguardando para salir con sus puños apretados y dando un gran respiro. Sus nervios subieron y su oído se hizo menos fuerte, apenas pudo escuchar los gritos de la gente y allí supo que era el momento, se acomodó en el escenario y empezó a ejecutar sus trucos en completo silencio, lo que después de un rato extrañó al público. A mitad del show entre la multitud se escuchó un grito.

-             -         ¿Eres mudo?
La gente se burló y Maladian se detuvo.

      -     ¿Puedes hablar?
      -     Puedo, pero no quiero dañar mi propio acto.

Intentó continuar en silencio pero el público abucheó. Se detuvo nuevamente y respiro incómodo, no podía ignorar su petición.

      -Bien, esto que ven aquí es un sombrero, eh…este sombrero se ve como cualquier otro…
      -     ¿Es un sombrero mágico? –gritó un pequeño niño sentado cerca suyo.
      -     No, realmente no lo es, pero guarda algo, peludo.
      -     Yo no veo nada.
      -     Es porque está escondido, pero ahora verán como pued…
      -     ¿Cómo está ahí y no se ve? –lo interrumpió curioso el pequeño.
      -     Es mejor no saberlo, ese es el truco, pero está aquí, lo puse antes de entrar.

El niño lo miró con sorpresa y en el público se oyeron algunas risas.

      -     ¿Eres un mago de verdad? , preguntó otro más arriba.
      -     Bueno, no hago magia de verdad, ¡pero me llaman Maladian!
      -     ¿Ese no es tu nombre?
      -     No, la verdad me llamo John

Más y más risas sonaban en toda la carpa, el resto del acto consistió en pequeños haciendo preguntas y él incómodamente respondiendo mientras intentaba distraer al público con algunos trucos. Pregunta tras pregunta el público estallaba en risas. Y al final todos se pusieron de pie para aplaudir a lo que creyeron era todo un show de magia y comedia. Maladian se refugió en la vieja fama que tiene todo acto de circo, engaño y entretenimiento, y ahora aprovechaba su debilidad como truco principal.


¿Y tu? ¿Pudiste adivinar el secreto de Maladian?






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