He pensado mucho sobre le tema que nos ocupa. Primero sin haber visto la película y después tras visionarla Y he legado a varias conclusiones que me parece interesante compartir. Seguramente no será populares pero… ¿Dónde estaría la emoción en mi vida entonces?

Seguramente todo el mundo se ha enterado de que Pixar / Disney ha estrenado una nueva película del  universo Toy Story por motivos extracinematográficos. Pocos sabrán la movida que se ha ocasionado con el tema del doblaje que ha sido bastante sonado. Tim Allen, el que se encarga de poner voz a Buzz en las películas originales ha sido sustituido por Chris Evans con un resultado, si habéis visto la versión original un poco decepcionante. Muchos son los fans que no consideran que poner al Capitán America fuera de recibo, de hecho mucha gente se ha mosqueado con esta decisión. Si bien no es que la línea temporal de la película y sus predecesoras lo impidan si que es cierto que no era necesario proponer un cambio tan brusco de personaje. Esta situación enfado a Allen y confundió a Tom Hanks que pensaba que su amigo seguía en el proyecto y que cursó varios tuits con él sobre la película que provocaron aún más lío. 

Tampoco creo que hayáis escuchado todo lo necesario que Lightyear ha sido un batacazo tan grande en taquilla que a puesto a Pixar en el punto de mira. 

Lo que seguro que os ha llegado es el tema de que se ha prohibido por la existencia de un beso lésbico en varios países. No vamos a negar que esto es algo que no deberán pasar en el siglo XXI pero lo llamativo es la publicidad gratuita que este hecho le ha dado y el pequeño empujón en taquilla porque los padres progres han ido a ver ese beso con sus hijos por las razones que sean. Pues bien, quiero matizar un par de cosas. 

Sin remontarnos mucho el tema de la censura en las películas del estudio es algo habitual. Y no sólo en las de adultos. Nos vamos a quedar en las últimas para que lo entendamos. La última cinta de animación que llegó al cine de Pixar fue Onward. Una maravilla que quedó eclipsada porque se estrenó una semana antes del estallido del estado de alarma en nuestro país. Esta cinta que tuvo un recorrido super breve en cine fue prohibida en muchos países por tener en ella una relación lésbica. ¿Diferencias con Lightyear? Pues que no dió tiempo a estar prohibida en tantos países por los cierres de la sala pero a pesar de ello nadie recordará este incidente. ¿Os suena? 

Sigamos con el caso de Red. Red se estrenó en plataformas digitales directamente sin mayor explicación por parte de Disney. Si somos sinceros no sorprende saber que el tema de la película y el tratamiento de la adolescencia y dela cultura china podía ser problema en todo asía y oriente. ¿Es motivo suficiente para tomar esta decisión estratégica? Pues económicamente hablando y analizando las taquillas post pandemia era un movimiento muy inteligente para que la gente se suscribiera al canal y pudiera darle el bombo que merecían en redes. De haber llegado a salas sólo la mitad del mundo hubiera podido disfrutarla. Jugada redonda para Disney que mosqueó a Pixar que no levanta cabeza desde entonces. Pero en lugar de hablar de censura se habló de la valentía de su temática y muchos alabaron la cinta que ,a todas luces queda lejos del os grandes títulos del estudio. 

¿Ganas de más? Pues os cuento que Eternals fue prohibida en China y sólo llegó a las salas de Oriente Próximo previa versión censurada. Disney y Marvel pasaron por el aro y a pesar de ello no fueron capaces de remontar los resultados. En este caso un personaje masculino tenía un marido y una familia, una escena de escasos segundos que despareció del montaje final de muchísimos países para conseguir un estreno comercial en cines. En este caso no hubo problema en meter tijera. 

¿Cuál es la diferencia entonces entre estos casos y Lightyear? Según mi punto de vista la principal es el golpe sobre la mesa del estudio de Lasseter por controlar los contenidos que lleva teniendo con Disney y al que shuelen referirse como “diferencias creativas” que todo el mundo sabe que son ideológicas. Mandar sus películas más arriesgadas a la plataforma les enfada así que se han atrevido con un clásico para dar un golpe de estado. Jugada redonda si ponemos a las redes con el encaje progresista y de amor a hacer la Promo de la película y no hablando de su poca taquilla por razones meramente cinematográficas. Es decir, ponemos el foco en la censura y no en que la cinta no está bien planteada o que es complicada para los niños. Y nos amparamos en los padres que en defensa de la diversidad dieron ese pequeño empujón a la recaudación par ano hablar de desastre total. 

Con esto debo decir que el tema de la sexualidad de los personajes en dibujos animados no está ni de lejos establecido pero es mejor hablar de Toy Story que de que otros proyectos como Nimona se quedaran en el limbo porque Disney no se atreve a hablar de diversidad. Que Pixar ha encontrado la forma de presionar con sus buques insignia y ayudados por las corrientes de opinión que las redes sociales han demostrado tras este episodio. Y finalmente que es sencillo desviar la atención de la calidad de una cinta si es en pos de la defensa de los derechos de cualquier colectivo. Es un interesante debate. ¿No?