Pedir que sus Guardianes piensen por sí mismos, tendrá serias consecuencias para Ainz, pues aunque parece beneficioso, los guardianes terminarán pensando que Ainz ya sabe lo que cada uno hará y eso será bastante malo cuando hagan cosas sin informarle.
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Debido a que Ainz no quiere sentarse en la silla con huesos humanos que le preparan, prefiere sentarse en Shalltear, pensando que será una perfecta humillación, en cambio es Albedo la que siente el castigo, mientras la pervertida Shalltear lo disfruta hasta el final.
Ainz quiere ver que están haciendo los lagartos con las horas que les concedió, pero Crusch y Zaryusu están copulando, así que se le quitan las ganas de espiarles.
Cocytus llega con para cumplir la promesa de Ainz y permite que solo los que sean más fuertes caigan frente a su espada.
Zaryusu de cualquier forma no puede hacer prácticamente nada fuera de un ataque para tocar la piel de Cocytus, la armadura de Cocytus niega la capacidad de congelación de la espada de Zaryusu.
Todos son exterminados, pero Cocytus pide clemencia y evita que los cuerpos de estos sean convertidos en zombies, así que él ofrece a Crusch la oportunidad de revivir a su prometido a cambio de espiar para él.
Entonces Zaryusu es revivido y este promete lealtad ante Ainz porque le considera un dios y Ainz considerará resucitar a sus hijos.
| Calificación: 7.1/10 |
