Sin duda alguna la del martes fue una de las jornadas más aburridas de Champions League de los últimos años. Acostumbrados a ver como dos equipos de la élite futbolística europea se miden cara a cara, poniendo todas sus cartas sobre la mesa y generando ocasión Tras ocasión para sumar mínimo un gol, vimos como dos de los duelos más esperados de estos octavos de final se quedaban en blanco, a cero, no pasaron de las tablas iniciales.

Olympique de Lyon y FC Barcelona por un lado, y Liverpool y Bayern Munich por el otro, fueron incapaces de batir las porterías rivales para conseguir encarrilar sus pases a la siguiente fase y dejaron dos partidos soporíferos en los que los aficionados terminaron pidiendo la hora. Teniendo en cuenta que en los resúmenes no iba a haber grandes goles ni acciones truculentas, las cámaras tuvieron que centrarse en pequeños detalles y anécdotas, y en los acontecimientos que sucedieron tras el partido, en la zona mixta, donde si hubo juego.

En Liverpool, después de un partido gris por parte de ambos equipos en el que los alemanes pusieron el control pero los ingleses las ocasiones de gol, la Entrevista de las radios españolas a James Rodríguez tras el duelo dio pie a uno de los vídeos graciosos de la jornada. El colombiano estaba comentando la fortaleza del Real Madrid en Champions League cuando su compañero Franck Ribery pasó por detrás, le dio una palmada en la espalda y le dijo en un “perfecto” castellano: “James es el numero uno”. El protagonista no pudo evitar dejar escapar una sonrisa ante el halago de uno de sus capitanes en el club bávaro.

Mientras que, tras el duelo entre el conjunto francés y el español fue Gerard Piqué quien se encargó de abastecer a las tertulias con una de sus típicas declaraciones en forma de dardo al eterno rival, el Real Madrid. Los blancos vieron como los blaugranas les superaban por segundo año consecutivo en la final de la Copa del Rey de baloncesto, y de nuevo con polémica arbitral. El central culé criticó la actitud de los jugadores del club blanco de la pelota naranja tras el pitido final del colegiado pues algunos de ellos tildaron de ladrones a los árbitros.