2015 ya llegó, y con él el año donde el Derecho constitucional nos brinda la posibilidad de transformarnos en el centro de atracción de quienes intentan alcanzar un cargo político, jugando a la política. Apellidos que son importantes, y que al ciudadano común lo impresiona por su estatus social, al punto de creerlo el salvador de los destinos de un pueblo que hasta ahora crece a paso de tortuga.
Señores que al igual que la época feudal, promete bienestar de forma mísera al querer comprar la voluntad popular con un colchón, una chapa, un bolsón de mercadería o una boleta de servicio paga. Esas personas que finalmente triunfan al expresar el discurso mas bonito, cargado de absoluta demagogia. Que te pintan un mundo soñado durante el periodo de campaña y luego delatan su incapacidad de llevar adelante lo que prometieron.
Cuenta la historia, que un gobernador, en tono triunfalista encendió la llama de una obra. Que en tono de gracia manifestó que al año siguiente encendería la llama desde un hogar del pueblo. Eso cuenta la historia ( y ese hombre volverá a visitarnos buscando apoyo ¿con qué mentira?), pero la realidad indica que pasaron nueve años desde aquella promesa. Que esa obra fue caballo de batalla de otras campañas políticas, pero la realidad es que nos han mentido una y otra vez. sí también sucedió con las 200 viviendas de las cuales sólo se construyeron 20 y ni hablar de la cuestión servicios, donde la falta de una planificación eficiente, ha sido cada vez mas deficitaria.
Entonces, uno se pone a analizar y trata de encontrar una respuesta a la pregunta del porqué Canals está como está: sumido en un crecimiento lento con respecto a otras localidades vecinas, que aun siendo mas pequeñas, dan un ejemplo de prosperidad y gestión. Y no se trata de criticar por criticar. Canals NO tiene lo que merece y eso es una realidad. Pero la culpa no la tienen los dirigentes solamente.
La responsabilidad es compartida, con el habitante común, con el canalsense, y se pueden dar diversas explicaciones del porqué. Desde el momento en el que se cede el compromiso para que otro lo afronte, se condena al riesgo de sufrir las consecuencias. Lamentablemente, esa situación, a lo largo de los últimos años, porque quienes han ostentado el máximo cargo de la comunidad, lejos han estado del nivel que requiere el pueblo.
Es así, que uno se pone a pensar, que el silencio ha sido aliado del estancamiento en el que nos encontramos. Silencio de un pueblo manso, que no tiene una voz opositora coherente y seria a la hora de señalar los errores del gobierno. El día que el pueblo demuestre su nivel de inteligencia, las cosas cambiarán, pero también es necesario expresarse a través de la participación. De esa manera, quienes piensen que somos un pueblo de mansos corderos, empezarán a ver que peligra su discurso barato y se tendrán que esforzar en convencer al ciudadano mas que con palabras y dádivas que tienen olor a limosnas.
Es el habitante común e que tiene que dejar de lado la idea de venderse tan míseramente, usando la cabeza. No se puede elegir un candidato por el apellido o por ser una buena persona, sino por su capacidad,su historia,su trayectoria porque en definitiva es su nivel intelectual el que permitirá suponer la capacidad de planificar y programa obras con eficiencia y con impacto en la sociedad.
Ya el discurso del gas y las cloacas está agotado. Las inversiones deben girar en torno de una industrialización que genere mano de obra en todo aspecto: planes de construcción de barrios, planificación ordenada para una mejor prestación de servicios, una difusión transparente de lo realizado y una oficina de reclamos que permita la aceleración de respuestas a los requerimientos del vecino. Un mayor control vehicular, que permita la prevención de accidentes y a la misma vez con fines de una política recaudatoria. La creación de nuevos espacios que permitan el esparcimiento del sector juvenil amparado en las buenas costumbres y el contacto con la naturaleza. Las cosas simples en muchos casos superan a las complejas, dando resultados sorprendentes. Un sector de la plaza acondicionado para los jubilados, un transporte que traslade a los abuelos de los diversos hogares determinados días de la semana, una pista de skate, para patinar, canchas de futbol y voley en predio del ferrocarril...todo eso resulta una inversion de bajo costo pero de un valor cultural inmenso.
Ideas que nadie pondrá en práctica, porque no existe nada mas que lo gigantesco, lo faraónico, lo colosal, como si esas obras fuesen las que en su lápida serán recordadas por sobre su personalidad natural. El hombre es grande por su herencia, y es su conducta social lo que le hará ser reconocido.
Por eso, no culpe solamente al funcionario. Cúlpese usted, por venderse tan barato y hacer que al pueblo le cueste caro:su progreso. No culpe al gobierno cuando usted mismo no cumple las normas. No diga que nadie hace nada, cuando el que no hizo nada fue usted. No le eche la culpa a nadie, cuando la culpa es suya, por elegir al menos malo, y por pecar de inocente ante su discurso de campaña...
¿Alguna vez se preguntó porqué Canals está asi? bueno, ya tiene la respuesta.
