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Sí, No, Y ¿Por Qué?

Tags: escribir menos
Edson Rodriguez Villa
11 de noviembre. Cuenta regresiva. Falta un día para que entregue este trabajo, y dos días para otro, aún más complicado. ¿Por qué comienzo por ahí? Sencillo, estos trabajos están consumiendo mi tiempo más allá de los límites, no me gusta escribir cuando es por tarea, siempre es mejor escribir por el gusto, deseo, necesidad metafísica o impulso de escribir, cuando escribes sobre lo que le da sentido a tu vida, o sobre lo que te va destruyendo a cada segundo. O más que eso, cuando escribes porque tienes la necesidad imperativa de escribir, no cuando tu nota depende de que escribas bonito, con lógica o con orden gramatical regular, o tantas otras leyes académicas, seguramente ya lo dije antes, y seguramente alguien me lo hará notar, pero es porque siempre está en mi cabeza.
No puedo escribir párrafos cortos, no en esta ocasión debo admitirlo, y menos escribir poco.
Llevo haciendo esta tarea por lo menos una semana, tal vez un poco menos, mi problema es que no termino de escribir, o cambio de idea, o ideas, u olvido simplemente lo que pensaba horas o días antes. Tengo los borradores, algunos de mis amigos leyeron lo que escribí, se reían conmigo de algunos comentarios que hacía, sobre los párrafos cortos o sobre la chica que usaba la blusa verde de embarazada, luego dejaban de reírse, la seriedad se hacía presente, y finalmente me preguntaban “¿Quién es Samanta?” Ese momento pensaba en comentarles sobre la mujer que está en todos mis pensamientos, pero al final no decía nada, y terminaban por hacerse una idea errada de mi situación.
No podemos escribir con la misma velocidad con la que pensamos, ni con la misma nitidez, menos escribir cada vez que pensamos, es una debilidad que tenemos, por lo menos yo, y pasa que ideas geniales muchas veces se quedan en el olvido o como ideas abstractas imposibles de explicar, y menos aún plasmar en hojas, ya sean digitales o las convencionales que suelen guardar sentimientos en sus arrugas o desgastes.
Tampoco se puede escribir todo el tiempo, lo sé porque estoy caminando en la calle y me resulta un tanto peligroso.
Ya son las seis menos diez, tengo una clase en una hora más o menos. Recordaba lo que le dije a una amiga sobre escribir los procedimientos de los estudiantes para entrar en un aula cerrada cuando ya es tarde.
Sí, sé que estoy escribiendo cosas sin un tema central (“otra vez”), ya me lo dijeron antes, hechos sueltos, sin una conexión concreta y palpable, siempre será así en mi caso, pero sí es una reflexión personal, lo escribiría de todas formas, no me importa mucho el puntaje o la crítica, es el impulso que tengo el que me lleva a escribir de esta forma, el mismo impulso que me hace hablar de Samanta todo el tiempo.
Y más o menos llegué a lo mismo, escribo un poco y luego pierdo el sentido de lo que escribía, y pasa el tiempo, días enteros, y generalmente termino por escribir otra cosa. Y sigue en mi cabeza las preguntas que siempre escucharé, “¿por qué es importante, por qué merece ser escrito, por qué merece existir?”, no tengo la respuesta, sólo sé que es importante para mí.
No me pregunten quién es Samanta, ella sabe que me refiero a ella, bastará decir que significa algo mas allá de lo importante, que es la esencia de la lluvia y del viento, pero no me pidan que la describa de la forma tradicional.
Perdí seis horas de mi “valioso” tiempo esta noche, me dormí, es el porqué, y no debía hacerlo, debo terminar mi tarea, tengo las horas contadas, ya son las seis veinticinco de la mañana del viernes, hoy debo presentar esto, “A última Hora”, la frase viene a mi mente siempre que debo presentar trabajos, y queda mi trabajo de mañana, mejor no hablar de eso.
No sé si podré escribir más, según veo, tengo mucho trabajo hoy, tal vez no podría terminar ni con mi mejor esfuerzo, que sé que no pasa a menudo, sólo tengo unos segundos más, ya comenzó el día y ya estoy tarde para mi primera clase.
Sólo hay una cosa más de la que debo escribir si es que llegara a ser lo último, una vez escribí: “mi tiempo se está acabando y cada cosa que hago y cada cosa que no hago me acerca inevitablemente a la muerte”, estos días estoy deprimido, por un tema que no vale la pena, pero al final sé que puedo encontrar un poco de felicidad al sentir la lluvia, o en las tardes cuando hace viento. Vamos a morir todos y estoy un poco decepcionado de cómo se dan las cosas en gran parte de mi vida, pero aun así se pueden disfrutar de momentos que valen todo lo demás, ves esa sonrisa, ves esa mirada, escuchas esa voz, sientes ese perfume y cierras los ojos entonces…


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