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El comienzo en Praga (con alguna parada técnica)

Pues sí, después de algunos meses desde que solicité la beca Erasmus allá por Diciembre, papeleos varios y ese pensamiento de que este momento no llegaba nunca, sí, por fin estoy en Praga.

Todo esto empezó con un billete Granada - Praga , eso sí, con una gran letra pequeña, una pequeña parada de 12 Horas en Barcelona de 11 de la noche a 11 de la mañana. El vuelo de Granada a Barcelona era de solo una hora , y de Barcelona a Praga dos, pero mientras tanto había una pequeña parada técnica que me hizo volver a recordad las largas que son las noches.


Dejando Barcelona

 Esto de Dormir a la intemperie nunca ha sido nunca un gran problema, no es la primera vez que duermo en algún aeropuerto o por extraños motivos en un antiguo abrevadero de caballos, y eso si, son experiencias más que curiosas.

Conseguir dormir en algún sitio del aeropuerto medianamente cómodo requiere de un ritual, porque los de AENA se empeñan en poner reposabrazos en los asientos acolchados de forma que no te puedas tumbar, aunque ya he visto a varios personajes durmiendo justo en el borde de los asientos esquivando los temidos reposabrazos, aunque no sé si muy comodamente, la verdad.

Golfo de Giens en la costa francesa

Todo comienza inspeccionando el terreno, a veces las terminales ofrecen sitios ocultos ajenos a los ojos de los turistas somnolientos que pueden hacerte pasar una noche llevadera, en mi caso localicé una esquina detrás de una columna que estaba más o menos oscura en la terminal de salidas, no sé por qué,pero casi siempre en la terminal de llegadas todo está bastante más "pelao", así que ya sabeis, en caso de necesidad la zona de salidas.

Antes de irme a dormir decidir apuntarme al grupo de los "esta noche no pego ni ojo", o la gente que simplemente espera sentada a que amanezca, con este grupo aguanté como 20 minutos, después de comprobar que no hay manera de descansar en una asiento y que la familia de 13 tailandeses de al lado no pararan de cotorrear entre ellos. Así que dije:  pa' la esquina.

Una vez en el sitio elegido para dormir, hay que comenzar el despliegue o la forma de crear una cama provisional. En Ese Momento, a mi alrededor ya había como 6 o 7 personas durmiendo y lo mejor era copiar sus tácticas para pernoctar. En mi caso puse el abrigo para el invierno de Praga a modo de colchón y la mochila como almohada, me tumbé un rato, y joder, dormí 3 horas del tirón, hasta que me entraron unos escalofríos de la muerte y tuve que volver a levantarme para ponerme otro jersey encima, que el fresquito que entraba por la puerta ya era más bien demasiado frescoño.

Algo había que improvisar...

Ahí me di cuenta que la gente que estábamos durmiendo nos dividíamos en dos grupos:  los pringaillos como yo, que dormíamos como podíamos, y los profesionales de dormir en aeropuertos, que venían preparados con sacos de dormir, almohadas, tapones para los oídos, máscaras para los ojos y bebidas. En ese momento es cuando llega el arrepentimiento: Un manta no hubiera ocupado mucho espacio en la maleta, ¿verdad?
Al final conseguí volver a dormir hasta que llegaron los de seguridad por la mañana para levantarnos muy amablemente por la mañana para decirnos: venga cabrones, ya va siendo hora de despertarse.

La verdad que me sorprendió mucho que medio pudiera dormir, aunque eso sí, ayudó que la noche anterior no pegara ojo estudiando para un examen.

Tras todo esto, unas cuantas horas de espera y un par de horas de avión de Barcelona a Praga, un día lluvioso por fin me recibió en Praga, y después de algunos minutos en taxi desde el aeropuerto , ¡Por fin en mi destino! El piso en la calle Bělohorská en el que estaré algún tiempo.


 Bělohorská y las vías del tranvía
Esta es una panorámica de mi calle, bastante checa la verdad, porque todavía no he encontrado a nadie que hable inglés en ella.

Lo que se ve desde mi ventana, con la suerte de tener el tranvía en la puerta pasando cada 5 minutos


Todo esto ha sido mi llegada y muy pronto seguiré escribiendo, que Praga es una ciudad increíble con muchas cosas que contar.
Continuará...  Que sí, que sí, ¡que muy pronto vuelvo!.


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