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Guisando, un pueblo andaluz en Ávila

El pasado fin de semana tuvimos la suerte de disfrutar de un finde en familia en Guisando, Ávila. Justo a los pies de la sierra de Gredos y a orillas del río Pelayo.

Guisando os sonará a todos por los famosos Toros de Guisando, y sin embargo, no están aquí (toma troleo del bueno) si no en El Tiemblo (Ávila).

El pueblo

Guisando fue declarado en 1974 Conjunto Histórico Artístico y Pintoresco. Su belleza está reflejada en las plazas irregulares (la principal de 1905), en las casas de mampostería y en sus calles de sabor andaluz. La blancura de sus casas y el trazado de sus calles nos hacen creer por instantes que estamos en algún pueblo de las sierras del Sur.

Pasear por el pueblo ya consigue por si mismo cautivarte al fijarte en sus singulares chimeneas, los floridos balcones o las mamposterías. Por todas partes se oye y aflora el agua que proviene de la montaña y hay varias fuentes de agua fresquísima para disfrute de la población y los visitantes.

Por sus calles se han ubicado carteles explicativos de detalles curiosos de la Zona en castellano, inglés y en braille, cosa que nos encantó porque como ya sabéis, nos gustan los destinos inclusivos. Además también había fachadas con fotos antiguas de como era antes el trazado urbano y la verdad es que se conservaba gran parte del original.

El pueblo tiene todo lo necesario para pasar unos días en él, panaderías, carnicería…y varios bares y restaurantes. Todo abierto hasta en fin de semana en temporada alta, por si os falta algo para la barbacoa (en verano recordad controlar este tema por favor)

Curioso, sobre todo para los niños, es el monumento al cabrero, que representa como vivían los pastores de rebaños de cabras de la zona.

Entorno natural

Guisando goza de una posición privilegiada, a los pies de la Sierra de Gredos. Su buena localización hizo que ya en la década de los 60, muchos alpinistas que iban a los Galayos lo escogieran para alojarse. Desde esta localidad parten escaladores para acometer la ascensión a las míticas agujas de Los Galayos, como el famoso pico de la Mira a 2.543 metros.

Si nuestro nivel no es tan profesional, desde Guisando parten varias rutas de diferente dificultad para practicar senderismo o recoger setas. Sin duda una de las más interesantes en verano es la que nos lleva al Risquillo.

El Risquillo es una piscina natural que se encuentra cerca del área recreativa Casa del Parque, y dispone de un aparcamiento muy amplio. La mayoría de los visitantes de esta piscina es gente local, y cabe decir que no hay demasiado espacio para dejar las toallas, ya que la piscina está rodeada de cantos pedregosos y un muro. Sin embargo, la presa forma una bajada de cemento, en el que uno puede tumbarse y tomar el sol tranquilamente mientras no se está refrescando en las aguas del río. El agua está muy fría, avisamos, ya que es agua que viene de la montaña, pero es una gozada bañarse en un entorno así y en un agua cristalina.

Muy cerca se encuentra un restaurante y también la Casa del Parque,una especie de centro de interpretación de la naturaleza con toda la información de la zona y programación de actividades.

Si seguimos subiendo por la conocida carretera del camping, nos encontramos otra piscina natural aún más grande, conocida como el Charco Verde.

Es una zona particularmente rica en flora y fauna por la abundancia de agua que surge por todas partes.

Alojamiento y comidas

Dado la belleza y posibilidades de este pueblo de montaña, hay alojamientos rurales disponibles durante todo el año. La oferta es buena y de calidad aunque os recomendamos reservar con tiempo, ya que son muy demandadas. También os podéis alojar en el camping de las inmediaciones.

Estando en provincia de Ávila, no podemos irnos sin probar un buen plato de patatas revolconas, unas carillas (judías) o alguna de sus carnes de fama nacional.

Consejos varios

El pueblo está en cuesta, es un pueblo de montaña y hay que estar preparado para ello. Algunas calles son estrechas o de piedra y eso puede dificultar el tema accesibilidad para carritos de niños o personas en silla de ruedas.

Existen zonas de aparcamiento, incluso para caravanas, por lo que no es un problema. Además, lo mejor es dejar el coche y no cogerlo más que para la vuelta, merece la pena andar por la zona.

En las charcas no olvidéis llevar algún tipo de calzado protector para evitar dañaros con las piedras o resbalar con el verdín de las rocas. Los perros no se pueden bañar en las charcas aunque si pueden estar en la zona.

No olvidéis la protección solar y una sudadera para la noche aunque sea verano, lo genial de estar en zona de montaña es esa bajada de temperatura nocturna que os hará dormir genial.

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