No vaya a caer usted en la tentación de mirar para el lado y decir que prefiere quedar eliminado con Venezuela que llegar a la final ratoneando como lo ha hecho Paraguay. O viceversa si quiere.
Como dije en una columna anterior, Borghi es lo menos malo para la Selección Chilena ante la ausencia de Bielsa. El capital humano, los jugadores, siguen siendo los mismos y siguen en alza. Esto es lo que hace pensar que esta Copa América estaba para que Chile la ganara. Sin embargo, el aspecto táctico está tremendamente resentido.
El fútbol de más elaboración y menos vertiginoso que tanto gusta a los comentaristas deportivos de nuestro país, está en un punto medio que no es ni netamente ofensivo ni netamente defensivo. Está en el medio. Tan confuso es, que de pronto y sin que nos demos cuenta ese "fútbol ofensivo de mucho toque" se convierte en "defenderse con la pelota". Y cuando el técnico dispone a los jugadores de modo ambiguo sobre la cancha, es natural que en cualquier momento se puedan confundir.
Si lo han hecho caer en la falacia de que el fútbol de Bielsa era demasiado vertical y predecible, despabile. Uno de los goles más recordados de la Selección del Loco es el 1-0 contra Argentina en el nacional ¿Sabe cuántos toques le dio Chile a la pelota para embocar? 15. Eso es fútbol de elaboración: cuando se dan 15 pases seguidos pero para avanzar, no para ver por dónde entramos.
Y la Selección de Borghi tiene que "ver por dónde entramos" porque le han eliminado los punteros. Usa una sola referencia en el área como Bielsa, pero no existe quien alimente al 9 porque el volante por derecha y por izquierda es un engendro que se para 30 metros más atrás que el puntero y que no sabe si debe defender o atacar. "Usted juegue nomás" dice Borghi, y por eso mismo hemos vuelto a depender de los genios. El grupo dejó de ser importante otra vez.
Respecto de la elección de jugadores, heché de menos a Fabián Orellana (era LA opción para reemplazar a Beausejeur) y a Pedro Morales. Si bien Luis Jiménez sorprendió rindiendo más de lo que todos esperaban de él, su posición no es la de conductor y le falta visión de juego para sacar el pase profundo de Valdivia y que también tienen en menor medida Matías y Morales.
Me duele la eliminación de Chile, porque además no la mereció. Pero el fútbol es así. Veo complicada la clasificación al mundial si las eliminatorias se hacen tan parejas como esta Copa y más aún si dependemos de qué tan iluminados estén los genios en cada partido. Bielsa había activado una máquina de generar futbolistas eficientes, que no hacían más ni menos de lo que tenían que hacer. Ahora esa maquinaria se ha detenido y no se ve la suficiente exigencia para reactivarla.
Cuando la generación de oro se extinga, volverán las vacas flacas. Preocupémonos por nosotros.
Como dije en una columna anterior, Borghi es lo menos malo para la Selección Chilena ante la ausencia de Bielsa. El capital humano, los jugadores, siguen siendo los mismos y siguen en alza. Esto es lo que hace pensar que esta Copa América estaba para que Chile la ganara. Sin embargo, el aspecto táctico está tremendamente resentido.
El fútbol de más elaboración y menos vertiginoso que tanto gusta a los comentaristas deportivos de nuestro país, está en un punto medio que no es ni netamente ofensivo ni netamente defensivo. Está en el medio. Tan confuso es, que de pronto y sin que nos demos cuenta ese "fútbol ofensivo de mucho toque" se convierte en "defenderse con la pelota". Y cuando el técnico dispone a los jugadores de modo ambiguo sobre la cancha, es natural que en cualquier momento se puedan confundir.
Si lo han hecho caer en la falacia de que el fútbol de Bielsa era demasiado vertical y predecible, despabile. Uno de los goles más recordados de la Selección del Loco es el 1-0 contra Argentina en el nacional ¿Sabe cuántos toques le dio Chile a la pelota para embocar? 15. Eso es fútbol de elaboración: cuando se dan 15 pases seguidos pero para avanzar, no para ver por dónde entramos.
Y la Selección de Borghi tiene que "ver por dónde entramos" porque le han eliminado los punteros. Usa una sola referencia en el área como Bielsa, pero no existe quien alimente al 9 porque el volante por derecha y por izquierda es un engendro que se para 30 metros más atrás que el puntero y que no sabe si debe defender o atacar. "Usted juegue nomás" dice Borghi, y por eso mismo hemos vuelto a depender de los genios. El grupo dejó de ser importante otra vez.
Respecto de la elección de jugadores, heché de menos a Fabián Orellana (era LA opción para reemplazar a Beausejeur) y a Pedro Morales. Si bien Luis Jiménez sorprendió rindiendo más de lo que todos esperaban de él, su posición no es la de conductor y le falta visión de juego para sacar el pase profundo de Valdivia y que también tienen en menor medida Matías y Morales.
Me duele la eliminación de Chile, porque además no la mereció. Pero el fútbol es así. Veo complicada la clasificación al mundial si las eliminatorias se hacen tan parejas como esta Copa y más aún si dependemos de qué tan iluminados estén los genios en cada partido. Bielsa había activado una máquina de generar futbolistas eficientes, que no hacían más ni menos de lo que tenían que hacer. Ahora esa maquinaria se ha detenido y no se ve la suficiente exigencia para reactivarla.
Cuando la generación de oro se extinga, volverán las vacas flacas. Preocupémonos por nosotros.
