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Fiasco Motrileño


Posiblemente esta sea la entrada que con mayor desazón escribo en este blog. Y puede que también sea la que menos esperaba publicar pero ¿qué puede uno hacer ante tamaño despropósito?

Después de años de cordialidad entre un servidor y el Club de Ajedrez Motril, el vicepresidente 2º, Jorge Bueno Fernández ha perdido las formas, la educación, la vergüenza, el respeto y la profesionalidad.

Ayer 18 de Agosto de 2013, en la 4ª ronda del torneo de Motril nos tocaba jugar en la mesa 1 a Jorge Montoro y a mi. Pues bien, desde el minuto 1 de partida un chaval cuya edad y nombre desconozco se pasó 10 o 12 minutos haciendo un sin fin de absurdeces innecesarias que crisparían a cualquier ajedrecista que intentase jugar una partida de ajedrez competitiva.

En primer lugar cogió 2 banderas de las que se ven en la siguiente imagen y las colocó junto a nosotros. Como puede verse claramente, las banderas están en la mesa de los trofeos, y por supuesto no hay niños molestando. En esta ocasión, el jugador es el hijo del árbitro, y a la derecha Jorge Montoro.

Después las estuvo recolocando durante un minuto, hacia delante, hacia los lados, tocando el reloj con las banderas. Cuando ya creía que estaban bien puestas sacó unas 5 o 6 fotos desde todos los ángulos. Después comenzó a girar las banderitas, a cambiarlas de lado, hasta que ya era demasiado y en ese momento pienso ¿dónde está el árbitro? Levanto la cabeza y veo que está en el otro extremo de la sala, donde se encuentran los jugadores que llevan 0 puntos en la 4ª ronda y que no hace ni el amago de mirar hacia la mesa 1. Mesa que se encontraba sobre una tarima unos 30-40 cms elevada del suelo. Se supone que para aislarla del resto de la sala y permitir una mayor concentración a los jugadores.

Finalmente tengo que llamarle la atención yo mismo y decirle al niño que hasta cuando piensa estar molestando con las banderitas. Esto a viva voz en medio de la sala silenciosa con unos 5 o 6 minutos de partida. El árbitro tal vez no se dió cuenta. Entonces el niño se aparta de la mesa y al momento va a la mesa de trofeos, coge un trofeo y lo pone en nuestra mesa del lado de Jorge Montoro y comienza a sacar fotos. Después con el trofeo para un lado de la mesa, para el otro... Hasta que finalmente tengo que decirle de nuevo que haga el favor de no seguir molestando.

Por fin se aparta de la mesa y poco después la partida acaba en esta posición: (yo con blancas y juegan negras)

Caida de bandera y pierdo por 10 segundos. Después de analizar la partida con Jorge y los observadores agolpados alrededor de la mesa me dirijo al arbitro y el comite organizador, a la misma vez que voy a llamarle la atención al niño. Lo que no sienta nada bien a Jorge Bueno, allí al lado en ese momento.

La respuesta del arbitro: "es que si te estaba molestando haber parado el reloj y haberme llamado". Claro, hubiera sido mucho mejor parar la partida, desconcentrame y gritar desde la otra punta de la sala llamando al árbitro, interrumpiendo a todos los jugadores del torneo y molestando más que nadie. Quizá lo educado hubiera sido parar el reloj, levantarme y caminar 10 metros hasta el árbitro para comentarle lo que ocurre mientras mi rival se queda profundizando la posición, en una partida a 15 minutos finish.

La conversación continúa con el árbitro (Antonia Martín Martín), y los organizadores Jorge Bueno Fernández y María León Salido, hasta que finalmente Jorge Bueno, en lugar de mediar en modo alguno, ni mucho menos disculparse en nombre de la organización o reconocer que posiblemente fue un descuido y que tratarían de evitarlo en lo sucesivo, lo que cualquier persona razonable espera escuchar, comienza a reprocharme, el a mi, que llevo toda la mañana quejándome y que si no estoy contento que no vaya más a sus torneos. Asombrado, le increpo a reconocer su falta y hago saber que en lugar de reprocharme a mi las quejas debería llamar la atención del niño que ha estado molestando toda la partida. En ese momento, en un tono aún más ofensivo y despectivo comienza a decirme en voz bastante alta, que llamó la atención de los participantes que yo ya no iba a jugar más torneos organizados por ellos, y que si quería que podía irme en ese momento del que estaba jugando. Cuando algunos jugadores se acercaron a preguntarme que ocurría, comenzó de nuevo a decir, interrumpiendome que si no me parecía bien que me fuera en ese mismo instante, impidiendome incluso hablar libremente con la gente.

Más reproches e invitaciones a marcharme de parte de María León Salido cuando en la siguiente ronda juego contra Alejandra Bueno León, quien también estaba supervisando el desarrollo del torneo. Ya había al menos 3 personas en la sala, además del arbitro, que se ocupaban (o deberían) de la organización del torneo.

Durante la partida me entero de que ella, es hija de Jorge Bueno Fernández Y María León Salido. Y lo mejor de todo, el niño que había estado molestando es su hermano, Álvaro Bueno León, hijo de Jorge Bueno Fernández y María León Salido. Toda la familia en la organización del torneo. El niño se dedica a molestar durante la partida con Jorge Montoro y nadie, incluyendo el árbitro, se da cuenta.


La guinda, es que mi rival, Jorge Montoro, a quien tengo en buena estima y aprecio, al menos, a día de hoy y hasta que se manifieste al respecto como espero, tratando de lograr acercamiento y soluciones y no agrandando problemas y generando asperezas, es el presidente del club, que aunque en ese momento se encontraba en calidad de jugador, todavía no se ha pronunciado. Ni siquiera intervino en ningún momento durante todo lo descrito anteriormente. ¿Por qué tu silencio? Así debió estar la tarima todas las rondas. Despejada.


Esta mañana he comenzado una serie de gestiones que llevaré a cabo en los próximos días, en relación a toda esta situación. Me he puesto en contacto con la dirección del Patronato de Deportes de Motril. desde donde he recibido una respuesta mucho más amable y educada: "lamentamos que este tipo de situaciones ocurran en el deporte. Y aún más en actividades tan nobles como el Ajedrez. Posiblemente se trata de personas no preparadas para atender al público". Acto seguido me han facilitado los datos para presentar las pertinentes reclamaciones ante el Ayuntamiento de Motril.

Estoy a la espera de la respuesta del propio Ayuntamiento mientras preparo la correspondiente queja a la FADA. Y ya veremos si Jorge Bueno Fernández (o en su defecto el propio club) tiene capacidad para vetarme en los torneos de Ajedrez de Motril.

De esta forma espero hacer saber al club de Ajedrez Motril, que no estoy dispuesto a dejarme manipular ni ofender por su parte. Que no pienso tolerar este tipo de situaciones en este ni ningún otro torneo y quedarme callado. Callado para dejar que este tipo de injusticias sigan ocurriendo en el deporte. 




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