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PARARSE

La mejor forma de avanzar es pararse. La vida está llena de caminos equivocados que elegimos sin pensar. (Anónimo)

Estamos en un mundo de vorágine constante. Ya sea de información o de desinformación pero nuestro cerebro, por no decir nuestra mente, está constantemente solicitado para que tomemos decisiones, opinemos, actuemos. Es más, aquellos que no actúan acorde a estas expectativas son tildados de tímidos, sin carácter, sin ambición.

Nuestra sociedad exige lo que califica de “compromiso” pero que en realidad es una “compra-sumisa” porque nos obligan a comprar todo lo que nos venden y porque nos someten a esta lujuria consumidora sin dejarnos pensar.

Cojamos la información, hoy en día hay más “opinadores” que noticias porque es importante que dejemos de pensar y nos encasillemos en doctrinos prefabricadas del pensamiento. Somos sus títeres y nos quieren sin cabeza. Impera lo fútil haciendo que la única salsa que conozcamos es la salsa rosa del corazón. Lo cruento, ya no nos explican los dramas nos los enseñan como una superproducción de Hollywood. Evitan que nos adentremos en el “por qué” de lo sucedido enseñándonos su versión para que no tengamos que ir más allá de ser espectador y como tal dejamos el tráiler cuando nos presentan otro, lo llaman exclusiva.

Cojamos la sociedad que nos cobija, o eso nos quiere hacer creer. Yo la llamaría la “suciedad” de consumo, donde sin vergüenza, ni tan solo ajena, derrochamos a trocho y a mocho cuanto los más inútil mejor. Si miro lo último que me he comprado, nada, pero nada de ello me es necesario para vivir pero todo está hecho para que piense que sin ello no hay vida. La “suciedad” nos invita a ser o no ser de ella y si te toca la peste del paro iras con todos los apestados, al margen de la “suciedad”. Es más si no te ha tocado acabaras pensando que eres un privilegiado como si ser imbécil fuera un privilegio, porque ¿qué somos cuando permitimos tratarnos a nosotros mismos sin respeto ni compasión? ¿Qué somos cuando preferimos mirar del otro lado en lugar de compartir con los necesitados? Pero para eso no tenemos tiempo, ni para pensar y menos para actuar. Estamos demasiado involucrados en hacer que la rueda del infortunio siga girando sin que nos toque.

Y qué pensamientos más turbios, más negativos tiene este hombre pensareis. No lo son, son tan claros y asertivos como el aire que respiramos pero solo se pueden tener si nos paramos un momento y observamos nuestro alrededor y como interactuamos con él. Veremos cómo los malos hábitos no llevan a otros peores, como nuestras mentes acaban siendo como robots teledirigidos.

Para parar esta locura hay que saber pararse porque detenerse nos ofrece la posibilidad de cambiar nuestras vidas y volver a coger el mano, ser proactivos en lugar de reactivos.

Todo esto que es bastante hacedero de escribir lo es mucho menos de aplicar porque no nos olvidemos de que la “suciedad” está al acecho y nos quiere para ella sola.

Jesús lo vio en el templo y ¿cómo reaccionó?

La mejor forma de pararse es en oración porque solo con el respaldo de Dios podremos encontrar el camino justo. Solo buscando a Jesús encontraremos las respuestas a nuestras peticiones y descubriremos la diferencia entre lo que pedimos y lo que necesitamos.

La mejor forma de avanzar es sabiendo cuando pararse y para eso está la Biblia, para enseñarnos cuando hace alto en la senda de nuestra vida y eso por desgracia no es noticia en la “suciedad” y los desopinadores no llenan sus tertulias de ello no sea que alguien quiera pararse a pensarlo.

15 Llegaron a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los asientos de los que vendían las palomas, 16 y no permitía que nadie transportara objeto alguno a través del templo.17 Y les enseñaba, diciendo[a]: “¿No está escrito: ‘Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones’? Pero ustedes la han hecho cueva de ladrones.” 18 Los principales sacerdotes y los escribas oyeron esto y buscaban cómo destruir a Jesús, pero Le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de Su enseñanza. (Marcos 11:15-19)

Que Dios os bendiga, Alfons
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