Los viajes siempre nos invitan al respeto, sobre todo cuando es hacia Lugares Desconocidos. El miedo de perderse, de que nos decepcione, de que no encontremos lo que buscamos, siempre ronda en nuestra cabeza cuando exploramos lugares desconocidos.

Y que decir si lo que se preveía un paseo se transforma en un camino de cruz. Entonces empiezan los remordimientos, los viajes al pasado con el intento absurdo de querer cambiarlo. Quién no ha dicho” si volviera a pasar nunca lo haría” pero la verdad es que si volviera a pasar probablemente volveríamos a errar, o no. Porque equivocarse solo es un error si no aprendes de ello, si aprendes equivocarse se transforma en enseñanza y te ayuda a levantarte una vez más para seguir adelante.

Hay mucha gente que camina con la mirada puesta hacia atrás, son los primeros en tropezar en cualquier obstáculo que se les presente.

Otros se dedican a mirar tan lejos que ignoran lo que se les presenta ante sus propias narices y también topan con la cruda realidad que los hace tambalearse y caer sin previo aviso.

Otros se sienten tan seguros de sí mismo que no quieren compañía porque prefieran llegar los primeros antes que compartir. Estos no solo son los primeros en perderse sino que además su propia voluntad los asola en su miseria y reciben de su propia medicina un ungüento que en lugar de aliviar aviva sus heridas, la soledad.

Los que realmente siguen adelante firmes y fuertes más allá de sus caídas son aquellos que comparten su viaje con los que también buscan el camino de salvación. Son aquellos que saben que solos no son nada, ni mal acompañados tampoco pero que, con aquellos que han manifestado, como ellos, que creen en un solo Señor y Salvador, Jesús, deciden emprender el camino angosto y lleno de tribulaciones que les hará tropezar, caer, herirse e herir, que les hará sufrir y angustiarse pero que sobre todo les hará ir hacia delante, hacia la promesa divina de descansar para la eternidad curtiendo su alma. Ese camino por muy inhóspito que parezca es el mejor, por muy duro y difícil que se nos antoje es el único a seguir. Y lo más importante de todo es que nunca vamos a estar desamparados porque Jesús nos acompañará y el Espíritu que mora en nosotros nos guiará haciendo que seamos buenos los unos con los otros en estas andaduras.

Solo hay una manera de seguir adelante en este mundo secular y es de la mano de Jesús. Amen

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10)

Que Dios os bendiga, Alfons
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